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Otro Atlético desde Astana

Desde el mal partido en la capital kazaja, los de Simeone presionan más arriba, aumentan los robos de balón y generan más ocasiones

Ladislao J. Moñino
Griezmann roba el balón a Adin en presencia de Koke.
Griezmann roba el balón a Adin en presencia de Koke.GERARD JULIEN (AFP)

El empate en Astana (0-0) desató una oleada de fuertes críticas al planteamiento y al juego con balón desarrollado por el Atlético. En la capital kazaja, con cuatro mediocentros (Koke, Gabi, Tiago y Saúl), el equipo no fue a buscar arriba a un rival muy inferior técnicamente.

Tres partidos después (Sporting, Betis y Galatasaray), la mejoría experimentada por el Atlético para hacer suyo el gobierno de los partidos tiene que ver con la presión adelantada. Ahora juega con una intención más clara de ir a por los partidos. En ese tríptico de encuentros, el equipo alcanzó un promedio de recuperación de balones cercano a los 64, ocho más por partido de lo que venía registrando hasta ese duelo en Kazajistán. Casi diez más de los que promediaba la temporada pasada.

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"Antes nos costaba más, estamos mejorando la presión hacia adelante con tres en el medio, cosa que antes nos costaba más. Jugábamos porque teníamos más referencias en ataque", argumenta Simeone. En derrotas como la Villarreal, uno de los diagnósticos que se hacían desde dentro del vestuario era que el equipo sufría contra rivales que sacan bien la pelota desde atrás. Si el contrario lograba rebasar la primera línea de presión se encontraba ante un equipo partido, con demasiado espacio por delante y por detrás de Tiago y Gabi. Contra el Betis, Simeone introdujo la variante que parece más definitiva en lo que va de curso. Jugó de inicio con solo Tiago por delante de la defensa y con Koke y Gabi unos metros más arriba. “La presencia de Carrasco y el esfuerzo de Griezmann nos permite tener intensidad en la parte ofensiva cuando presionamos, obviamente sostenido por los tres del medio que están leyendo mejor cómo presionar”, analiza el técnico.

Ante la visita del Espanyol, (18:15, Movistar+), Simeone no podrá contar con Gabi, sancionado. La elección de Saúl en vez de Óliver para reemplazar al capitán tiene que ver con la idea de mantener esa intensidad en la presión a partir de la cual han mejorado las prestaciones de Koke y del propio Gabi con la pelota. Cuando recuperan con el equipo contrario saliendo aprovechan la descolocación y el pase es más fácil y dañino que cuando tienen que elaborar el juego desde más atrás. Si hay un futbolista que bajó sus prestaciones como interior sin Diego Costa y con el respeto que ahora le tienen la mayoría de los rivales, metiéndose atrás, ese es Koke. Más centrado y más arriba su participación ahora es mayor, tanto por su despliegue físico para presionar, como para pisar área y encontrar menos dificultades en el pase. Las contras del Atlético en estos tres partidos han nacido a pocos metros del área rival.

El Espanyol se presenta en el Calderón con Asensio bajo el foco y como gran amenaza. “Es el chico que ve bien el juego. Cada vez que controla busca hacer daño y mira hacia adelante. Es peligroso y a partir de su juego, el Espanyol puede hacer cualquier contra o juego asociado. Eso son los futbolistas que siempre nos han gustado”, concluye Simeone que también admite que, una vez asentado el equipo en defensa, 8 goles en 17 partidos, y con un volumen de ocasiones de gol en aumento, falta “precisión en el remate”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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