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La Vuelta, patrimonio cultural

La carrera ciclista española celebra su 80º cumpleaños y los organizadores piden que tenga la misma consideración que el Tour en Francia o el Giro en Italia

Carlos Arribas
Bahamontes, Perico, Bernardo Ruiz y Angelino Soler, en la celebración del aniversario.
 
 ESPAÑA EUROPA MADRID DEPORTES
Bahamontes, Perico, Bernardo Ruiz y Angelino Soler, en la celebración del aniversario. ESPAÑA EUROPA MADRID DEPORTES EUROPA PRESS (Europa Press)

Han pasado 40 años y Txomin Perurena se acuerda, al menos, de dos cosas: del silencio que le recibió en su velódromo de Anoeta cuando todo San Sebastián le esperaba victorioso, y llegó derrotado, y del número de teléfono de la novia de su ejecutor, el salmantino Agustín Tamames, con el que bromea, una copa de cava en la mano. “El 33 de Macotera”, le dice Perurena, y Tamames continúa: “En todas las etapas yo pedía una conferencia desde la habitación del hotel a las nueve de la noche, y estaba ya bien dormido cuando, a la una de la mañana, me despertaba la telefonista: ‘El 33 de Macotera al habla”.

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Pese al desarreglo telefónico, y las consiguientes peleas de enamorados, Tamames ganó la Vuelta del 75, remontándole cinco minutos en las últimas etapas al entonces inconsolable Perurena, quien ayer, en el acto que organizó la ronda española para recordar que un 29 de abril de 1935 desde la Puerta de Atocha de Madrid partieron, con destino Valladolid, los 50 corredores que conformaron el pelotón de la primera Vuelta Ciclista a España, prefería recordar antes que la derrota la cantidad de etapas en las que se había impuesto en los años setenta. Algunas con meta en el Retiro, otras con meta en la Casa de Campo, en los tiempos en que en Madrid no había M-30, en tiempos en los que conoció la glorieta de Atocha sin, con y sin escaléxtric.

A pesar de Perico y sus victorias inesperadas, y de Bernard Hinault destrozando al pelotón, y su rodilla, en directo, en 1983, la ronda española, la más joven de las tres grandes (el Tour nació en 1903, el Giro, en 1909), ha sido siempre la hermana pequeña del ciclismo. La Vuelta, creada por el diario Informaciones, ha carecido del carácter simbólico de las rondas francesas, generadora de los grandes mitos del ciclismo (el maillot jaune, el farolillo rojo, el Tourmalet o el Galibier), o italiana, en la que el enfrentamiento entre Bartali y Coppi en la posguerra contribuyó más a la reconstrucción del país y a la recreación de la conciencia nacional que la derrota del fascismo.

En el día a día de la ronda entran la guerra Bahamontes-Loroño, el 'periquismo' o el esplendor de Contador

La historia de la Vuelta, sin embargo, es la historia de ocho décadas de costumbrismo en España, la preguerra, el hambre de la posguerra, el desarrollismo franquista, el optimismo de la democracia, el esplendor del consumismo. Quizás por eso, en su 80º cumpleaños, Javier Guillén, director de Unipublic, la empresa organizadora, reclama para la carrera que se la considere parte del patrimonio español, de un día a día en el que entran la guerra Bahamontes-Loroño, el periquismo o el esplendor de Contador.

Aplaudiendo a Guillén, y gritando ¡Viva la Vuelta!, que es también el título de un libro de su historia, estaba Bernardo Ruiz, quien a los 90 años aún se pasa el día jugando a las cartas y de tertulia en el casino de Orihuela y es el vencedor vivo más viejo (ganó la Vuelta el alicantino en el 48); y estaba Federico Bahamontes, El Águila de Toledo, que nunca ganó la Vuelta (le pudo Loroño en el 57), y que a los 86 años, para mostrar su lozanía juvenil, busca a las chicas más jóvenes y hermosas para pasar junto a ellas el acto. Y quizás en homenaje y desagravio, la Vuelta organizó el acto en el antiguo pabellón de Toledo de la feria del campo, que reproduce en su fachada la Puerta de Bisagra que El Águila atravesó en coche descapotable cuando ganó el Tour del 59 y Toledo era una fiesta. Y también estaban Angelino Soler, que conquistó la Vuelta a los 21 años y esbelto todo de negro vestido, hasta la corbata, y estaban Perico y Álvaro Pino, y ciclistas que no ganaron apenas y de los que muchos no se acuerdan pero que crearon una de las grandes carreras del mundo.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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