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Gdansk se viste de verde y rojo

Los aficionados irlandeses y españoles disfrutan de las horas previas al partido en total armonía

Seguidores de la selección irlandesa, en Gdansk
Seguidores de la selección irlandesa, en GdanskALEJANDRO RUESGA

La afición española estará hoy en las gradas de Gdansk en evidente inferioridad respecto a los seguidores irlandeses, que han teñido de verde Polonia. Se calcula que más de 25.000 aficionados han viajado desde Dublín a la Eurocopa, la mayoría sin entradas para los partidos, así que durante la jornada resultó de lo más común ver a tipos vestidos de verde pasear con un cartel en la mano en el que se leía: “I need tickets”. La reventa funcionó y, al mediodía, se pagaban a 300 euros en el corazón de la vieja ciudad polaca.

Sin duda, predominó el verde durante todo el día, pero no faltaron los españoles, que se hicieron notar con sus disfraces y sus cánticos. La convivencia, en todo momento, fue extraordinaria entre ambas aficiones. Especialmente activo se vio a un grupo de seguidores sevillanos lleno de talento para la guasa, que llegaron el miércoles por la noche. “No veas el viaje que le hemos dado al pirata”, reconocía uno de los organizadores cuando el grupo abandonaba el barco vikingo que recorre los canales de la ciudad, una de sus atracciones turísticas. Y es que el grupo tenía arte: además de Franciso, ex jugador del Sevilla y del Espanyol, y del presidente del Betis, Miguel Guillen, también estaban César Cadaval, de los Morancos, el cantante José Manuel Soto, el Yuyu de Cádiz, compositor de chirigotas y el periodista de la cadena SER Fran Ronquillo. Al grito de “Polonia tiene un color especial”, acompañados de guitarra y cajón, recorrieron las calles del centro de la ciudad antes de la comida. También muchos familiares de los jugadores y del cuerpo técnico de la selección pasearon por el centro de la ciudad.

Pasado el mediodía, ha bajado el ímpetu coral de los españoles y han subido de tono los etílicos cánticos de los irlandeses, a los que las autoridades locales solo han tenido que llamar la atención por la vocación de los aficionados a trepar farolas y porque se colgó una bandera tricolor de lo más alto del campanario de la Iglesia de Santa María, en el corazón de la Gdansk.

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