Llega la 71ª edición del festival de San Sebastián: de la polémica de Josu Ternera a C. Tangana
El Zinelmaldia comienza este viernes con la proyección de ‘El chico y la garza’, de Hayao Miyazaki; la promesa de buen cine y marcado por la entrevista de Jordi Évole al dirigente de ETA
Entre la huelga de actores y guionistas de Hollywood, y la polémica generada por la proyección del documental-entrevista de Jordi Évole al líder de ETA José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea No me llame Ternera, el festival de cine de San Sebastián encara este viernes la inauguración de su 71ª edición, un año con menos cine español del habitual, numerosos cineastas franceses, un paso adelante como lugar de encuentro de la industria latinoamericana y una apuesta por la animación. Aquí van 10 claves del certamen, que se clausurará el sábado 30. Habrá, hasta ese día, la posibilidad de ver 232 filmes (160 largometrajes) seleccionados de entre 4.184 inscritos en sus 20 apartados.
Tres directoras españolas para el concurso de la sección Oficial. Por primera vez en la historia, las películas españolas que concursan por la Concha de Oro están lideradas por directoras. La donostiarra Isabel Herguera, veterana animadora, presenta El sueño de la sultana, la primera película europea animada que concursa en el festival. Después le tocará el turno a Isabel Coixet, que en Un amor adapta la novela homónima de Sara Mesa. Y el trío lo completa otra cineasta vasca, Jaione Camborda, que presenta su segundo largo, O corno, la huida de una mujer —que se gana la vida mariscando y de vez en cuando ayuda en partos de sus vecinas— tras un terrible accidente en la Galicia de 1971, tierra de enfrentamientos entre contrabandistas y guardias civiles.
‘No me llame Ternera’, auténtica inauguración (o cómo Évole encara a Josu Ternera). Las ausencias del primer premio Donostia anunciado, Javier Bardem, en la inauguración por culpa de la huelga de actores, y del segundo, Hayao Miyazaki, el maestro de la animación, cuya El chico y la garza abrirá el certamen (aunque desde Tokio, en un vídeo grabado, el japonés recibirá un Donostia de forma virtual), han sobredimensionado el estreno de No me llame Ternera, de Jordi Évole y Màrius Sánchez para Netflix, una entrevista de 102 minutos a José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, uno de los etarras que más tiempo estuvo en la banda terrorista, que llegó a dirigir, y de los más fundamentalistas. No me llame Ternera inaugura la sección Made in Spain, pero el viernes (por su pase de prensa) y el sábado (con su rueda de prensa y su estreno al final de la tarde) ha devorado el resto de los eventos. Todas las entradas están vendidas. Sobre su selección, José Luis Rebordinos, director del festival, apunta: “Llevamos bastantes ediciones mostrando documentales sobre el País Vasco y su historia, y este es un buen reportaje periodístico que usa el audiovisual, y que se centra en la historia de nuestro pueblo, con lo que tiene todo el interés del mundo”. Y sobre Ternera, explica: “Es el ejemplo de generales de ETA con pocas luces, de cómo lo que ellos llaman organización se va despojando de un posible discurso político, que ese ente lo organiza todo, y ahí está su punto de cinismo: habla como si no hubiera ido con él”.
Restauraciones y recuperaciones. El Zinemaldia siempre guarda espacio para películas restauradas o recuperadas, más allá del ciclo clásico (este año dedicado a la retrospectiva, ahonda en la filmografía de Hiroshi Teshigahara). En otras secciones destaca que por fin se ha completado El realismo socialista, del chileno Raúl Ruiz, lectura satírica del proceso de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende, previa al golpe cívico militar de 1973, que ha sido acabado por su viuda, Valeria Sarmiento. O la restauración de la Filmoteca de Catalunya, añadiendo los 20 cortes que realizó la censura franquista, de Furia española (1975), de Francisco Betriú, con Cassen y Mónica Randall en el reparto. Y el estreno de El juicio, que en 177 minutos condensa (en 18 bloques temáticos) los centenares de horas de grabación en cintas U-matic que se hicieron durante los 90 días del juicio a las Juntas Militares en Argentina: en su momento solo se dejaron ver tres minutos al día, y sin sonido, como resumen diario de cada jornada en los informativos locales.
La huelga de los actores deja al festival sin Javier Bardem. Según Rebordinos, en principio se apalabraron sendos premios Donostia para dos actrices anglosajonas, pero la huelga de actores ha imposibilitado que los reciban y no se ha llegado a anunciar sus nombres (aunque sus películas se mantienen programadas). “Pero no ha afectado a la programación, porque solo contamos con una película de estudio grande [Esto va a doler, de Apple]. Desde luego, sí a las visitas, y nos ha privado de esos dos Donostia y de otros dos actores masculinos estadounidenses más”. A cambio, en el último momento se ha sumado a la inauguración Jessica Chastain. Y de los actos previstos, ha obligado a que Bardem recoja en la próxima edición su premio honorífico: el paro le impedía hacer promoción del evento. Sí hay cine independiente —tanto en el concurso como en otras secciones— estadounidense gracias a los acuerdos provisionales que las productoras indies están firmando con los sindicatos de guionistas y de intérpretes aceptando sus condiciones.
C. Tangana lo quiere todo. El título de la serie ya lo dice: Esta ambición desmedida. Después del éxito del disco El Madrileño, C. Tangana encara la gira más ambiciosa de su carrera. Y acepta que ese viaje de cuatro años sea grabado: desde la génesis del disco en Cuba hasta la concepción del show. El jueves 28 se estrenará en el Velódromo (todo vendido para ver las dos horas de la serie en una pantalla gigante de 24,77 x 10,41 metros), y el músico recibirá ahí su baño de multitudes.
Los otros formatos. Desde hace años, en los festivales de cine hay documentales en formato mediometraje, series de televisión, cine experimental... “Y no podemos cerrarnos a la evidencia. No queremos ni debemos”, explica Rebordinos. La sección en la que más se nota esa apertura de miras es Zabaltegi-Tabakalera, “donde no hay normas ni limitaciones de estilo o tiempo: cortos, medios, largos, ficciones, no ficciones, animaciones, series, instalaciones audiovisuales, descubrimientos de futuro y clásicos contemporáneos inéditos en España” cuenta la organización. Desde un corto de Godard hasta la película vietnamita de tres horas Inside The Yellow Cocoon Shell, que en Cannes logró un gran recibimiento. O el mediometraje Mamántula, de Ion de Sosa, siempre interesante, que cuenta la historia de un chico deseado por todos que es, también, una tarántula gigante travestida de humano, y que mata a sus víctimas succionándoles la vida con felaciones.
Víctor Erice regresa a por el Donostia 50 años después de la Concha de Oro a ‘El espíritu de la colmena’. El penúltimo día del certamen, el viernes, y coincidiendo con su estreno comercial, se proyectará Cerrar los ojos, el cuarto largometraje de Víctor Erice, que recibirá el segundo premio Donostia de esta edición, y que a su vez homenajea el medio siglo transcurrido desde que El espíritu de la colmena ganara la Concha de Oro.
Las despedidas de los veteranos. Este otoño, un puñado de veteranos se despiden del cine. En el Zinemaldia se asistirá a algunas de esas despedidas. Erice estrena Cerrar los ojos con 83 años, y aunque es cierto que su producción audiovisual nunca ha bajado, parece complicado que levante otro largometraje. Miyazaki, de 82, ha vuelto a asegurar que con El chico y la garza se jubila. Y en Zabaltegi-Tabakalera se proyecta Film annonce du film qui n’existera jamais: ‘Drôles de Guerres’, un corto póstumo de Jean-Luc Godard producido por la casa de moda Saint Laurent, en el que visitaba escenarios de pasados rodajes para encontrar su eco en la actualidad.
Las tres mejores películas de Cannes y las dos de Berlín, en el Zinemaldia. Con la sección Perlak, el certamen se asegura una programación segura de buen cine, ya que se alimenta con lo mejor de cada año. Por ejemplo, Fallen Leaves (premio del jurado en Cannes), del finés Aki Kaurismäki, película que en San Sebastián recibirá el gran premio Fipresci de la crítica internacional a mejor película vista en los certámenes de esta temporada. Más títulos de Cannes: la francesa Anatomía de una caída (Palma de Oro), de Justine Triet, y la británica La zona de interés (Gran premio del jurado), de Jonathan Glazer, entran en este apartado. Y de Berlín proceden la estadounidense Vidas pasadas, de Celine Song (que también había sido aplaudida en Sundance), y la mexicana Tótem, de Lila Avilés, presente en la sección Horizontes Latinos. Fueron los dos títulos más valorados por la crítica en el certamen alemán.
A rebufo de Venecia, de la mano de Toronto. El certamen de San Sebastián cuenta con un presupuesto de nueve millones de euros, el de Venecia más del doble. Cannes supera los 35 millones. “Cada festival juega su liga”, explica Rebordinos, “y nosotros hemos logrado que la película de Miyazaki acabe aquí, tras luchar por ella”. “Para nosotros era unir a Miyazaki con el Zinemaldia”. Pero, ¿no es Venecia la gran referencia del otoño? “Es que si quieres ir a los Oscar, ese es el festival. Defiendo a Cannes por encima de todo, pero atentos a Venecia ahí”, aduce el director del Zinemaldia. Toronto es un mercado, no un festival (no hay jurado ni premios, solo proyecciones para el mercado norteamericano), y por ello San Sebastián comparte películas con la ciudad canadiense. “Nosotros somos los últimos, más pequeños, y aun así tenemos 57 estrenos mundiales, con directores franceses importantes y de cineastas arriesgados”.
Babelia
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