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‘La sociedad de la nieve’, de J. A. Bayona, convence en el cierre del festival de Venecia

La película que sigue a los supervivientes del accidente aéreo en los Andes en 1972 pone el broche a la 80ª Mostra con una aplaudida mezcla de acción y emoción

Juan Antonio Bayona, anoche, en la alfombra roja de la ceremonia de clausura del festival de Venecia, donde se proyectó 'La sociedad de la nieve'.Foto: Kate Green (Getty Images for Netflix)
Tommaso Koch

La historia de la humanidad está llena de catástrofes. Y la del cine, también. En la vida, evidentemente, resulta preferible evitarlas. Hacia el séptimo arte, sin embargo, ejercen un poder de atracción enorme: emociones extremas, nervios a flor de piel, tragedia y, a veces, incluso episodios cercanos al milagro. Difícil explicar de otra forma el reencuentro de una familia separada por el tsunami que devastó el sureste asiático en 2004. Tanto que el director Juan Antonio Bayona terminó filmando aquella historia en Lo imposible. Y hace décadas que el mundo se interroga sobre cómo 16 almas sobrevivieron en 1972 a un accidente aéreo y una impar lucha contra la naturaleza en la cumbre de los Andes. Dos películas ya intentaron ofrecer respuestas. Pero el cineasta español ha querido proponer su propia versión, que cerró ayer sábado la 80ª edición de la Mostra de Venecia. Un reto de cierta altura. Igual que el resultado, según las primeras críticas españolas e internacionales. No por nada también está entre las tres preseleccionadas por la Academia de Cine para participar en los Oscar.

No hay, en España, director como Bayona. A nadie más Hollywood fiaría el abultado presupuesto y la responsabilidad de una entrega de la franquicia Jurassic World. Cuesta imaginar otro creador nacional al que Amazon hubiera fichado para una de las series más caras y esperadas de la historia, Los anillos del poder. El propio arranque de Lo imposible proponía una arrolladora inmersión entre las olas, de ambición y coste inauditos para el cine español. Pruebas de sobra para considerar a Bayona como una garantía para manejar con soltura secuencias descomunales en medio de las calamidades. Los temores previos rodeaban más bien otro aspecto: la tentación del cineasta hacia la emoción fácil. Por tan conmovedora historia real. Y por unos cuantos indicios esparcidos por su filmografía anterior.

La sociedad de la nieve, en efecto, asombra en muchos sentidos. Todo se antoja tan creíble como devastador. Y claustrofóbico. También gracias al libro de Pablo Vierci, en el que está basado el largo, y a dos elecciones acertadas del autor español: en medio de una cordillera desmesurada, y de espacios infinitos, Bayona recluye a menudo su filme dentro de los restos del avión. Verdad empapada de metáfora: un puñado de hombres unidos frente a las adversidades. Y el espectador, a su lado. Más aún, ya que el cineasta coloca en el grupo la clave de la supervivencia. Solo pocos pudieron salir de aquel infierno, pero se debió también a quiénes se quedaron por el camino. Pelea colectiva, cotidiana y errática, en vez de hazaña de un par de héroes.

Una imagen de 'La sociedad de la nieve'
Una imagen de 'La sociedad de la nieve'Quim Vives (Netflix)

Junto con los protagonistas, las emociones también terminan encerradas en un espacio más comedido. Incluido el canibalismo, clave de la historia real, pero campo de minas para narrar en el cine. Tan solo en un par de ocasiones, eso sí, Bayona cede hacia un sentimentalismo excesivo. Y, con él, diálogos y banda sonora. Perdonable, sin duda. El ceño se frunce más, en cambio, por la elección de guion respecto a la voz que narra la película. Trampa o decisión sólida: hay argumentos para ambas teorías.

Las primeras críticas españolas, en todo caso, han encontrado sobre todo virtudes en La sociedad de la nieve. Pero el festival de Venecia ha confirmado que la prensa cinematográfica cuida especialmente a los suyos. En Italia, en EE UU y, por supuesto, también en España. La acogida ha sido favorable también en medios tan prestigiosos como Deadline o Variety. Ambos celebran el equilibrio y la humanidad de Bayona, algo que reconocen incluso reseñas menos entusiastas, como las de Screen Daily o CineEuropa, que lamentan también un metraje de 144 minutos. Sucede, por otro lado, en casi todas las superproducciones de hoy en día. Puede que sea otra forma de demostrar que Bayona ya juega en esa misma liga.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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