Isleña Antumalen, activista y música: “Disfrutar de la vida también es un acto político”
Antumalen Ayelen Antillanca Urrutia, la voz mapuche que fusiona activismo ecológico y música urbana desde Wallmapu
La chilena Antumalen Ayelen Antillanca Urrutia lleva desde los 12 años trabajando en el activismo ecológico, intentando preservar de la contaminación las aguas del lago Ranco. Allí está su hogar, en las islas Huapi, en Chile. Fue una de las 12 seleccionadas entre las más de 4.000 candidaturas para optar a una beca LAYCS (Latin American Youth Climate Scholarships) y este verano daba una conferencia en Bonn dentro de unas jornadas ecologistas organizadas por la ONU. Se define como artista y activista. Tiene 25 años y para su faceta musical ha elegido llamarse Isleña Antumalen.
Pregunta. Usted es mapuche, el pueblo indígena más numeroso de Chile.
Respuesta. Nuestro territorio, el Wallmapu, abarca desde la zona centro hasta la zona austral de Chile y Argentina. Se divide en distintas identidades territoriales entre las cuales está la mía, la huiliche, la gente del sur. Es una de las regiones de Chile que tiene más agua. Por eso, la relación con el agua, con el ko, nos define mucho.
P. Su carácter reivindicativo, ¿es también propio de la mujer mapuche?
R. La mujer mapuche ha tenido mucha importancia en nuestra historia. La guerrera Janequeo, por ejemplo. La forma de organizarse de los mapuches dispuso que las mujeres se encargaran de divulgar el idioma por un territorio muy amplio.
P. Como ecologista, ¿cree que hay un plan B para intentar salvar el planeta?
R. Tengo más fe en las juventudes que en estos organismos internacionales que están bien out. Si la gente ve pequeñas iniciativas, pequeños grupos de personas haciendo cosas concretas por un territorio, quizá podamos generar una fuerza más autónoma que funcione.
P. Ha titulado su álbum Ñaña [hermana].
R. Es una palabra cortita, simple, pero significa mucho. Hoy, personas de distintos pueblos estamos desarrollando conceptos como la ñañaridad. Al salir de mi tierra he conocido a ñañas de otros pueblos muy distintos al mío, de África, gente innuit.
P. Y tiene una canción titulada Ñaña descoloniza tu belleza.
R. Ese fue el primer concepto que tuve que descolonizar. Nosotros fuimos colonizados por los españoles, otros pueblos lo fueron por los ingleses, los franceses. Las juventudes afrodescendientes e indígenas, hemos tenido que descolonizarnos para reentendernos.
P. Eso implica también apostar por la diversidad
R. Sí, absolutamente. Las identidades y las diversidades buscan su representación política. Fueron muchos años de reprimir muchas cosas y hoy tenemos la diversidad sexual, la identidad racial... Cada generación tiene sus liberaciones.
P. Usted tiene 25 años, ¿cómo se explica el resurgir global del fascismo y la extrema derecha?
R. En las últimas elecciones chilenas, Kast sacó mucha votación de gente joven y no solamente de clase alta, también de clase humilde. No me explico muy bien de dónde viene este sentimiento fascista y por qué hay esta gente joven votando a estos personajes. Siento que igual tiene que ver con la tecnología, el acceso desde muy pequeños a tantas cosas... Es complicado.
P. Dice que su cuenta de Instagram es como su fanzine.
R. Es la forma que se está usando para generar tu comunidad de gente que te escucha y que te apaña. El Facebook ya se acabó y Twitter [sic] no sé si aún está activo. IG es la plataforma hasta que inventen otra y nos movilicemos para saltar a alguna nueva.
P. Convenza a quien aún no la conoce para que escuche Ñaña.
R. Es una propuesta pionera, que yo no he visto, ni en Chile ni en ningún lado, jóvenes de un pueblo originario haciendo reguetón, haciendo dembow, ocupando la temática indígena en algunas letras. Encuentro que es como algo muy nuevo y la gente lo va a ver y va a decir, “¿pero qué es esto?”.
P. Aquí podríamos definirlo como rompedor.
R. Rompe varias normas en muchos sentidos y cuanto más lo escuche la gente, más va a entender qué norma estamos rompiendo. Viene del sur del mundo, pero a la vez es un estilo muy global. Podría cambiar incluso la percepción de la vida para la gente más receptiva.
P. En su música, ¿compromiso y disfrute van juntos?
R. Absolutamente. Podemos ser personas superserias, pero disfrutar de la vida es algo político porque hemos tenido madres, abuelas que no pudieron salir a bailar, tomarse un trago. Es un acto de reivindicación para las que estuvieron antes.
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