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Muere Hans Magnus Enzensberger, gran intelectual alemán del siglo XX

El poeta, ensayista y traductor ha fallecido en Múnich a los 93 años

Hans Enzensberger, escritor y pensador alemán
C.140756 (20-11-02) Hans Enzensberger, escritor y pensador alemán © Miguel GenerMiguel Gener
Elena G. Sevillano

Alemania despide a uno de sus últimos grandes intelectuales del siglo XX. El poeta, ensayista y traductor Hans Magnus Enzensberger ha muerto este jueves en Múnich a los 93 años, según ha informado la editorial Suhrkamp citando a la familia. Enzensberger fue uno de los autores más influyentes de la literatura y el pensamiento alemanes de posguerra. Autor de más de 70 volúmenes, fue también editor y periodista y un referente en todos los debates intelectuales sobre las transformaciones sociales y políticas de las últimas décadas.

Nacido el 11 de noviembre de 1929 en Kaufbeuren, en Baviera, Enzensberger vivió en su juventud en la Cuba socialista, Noruega, Italia, México y Estados Unidos hasta que se estableció en Múnich en 1979. A lo largo de su carrera recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2002. Escribió poesía y ensayo, pero también libros infantiles, obras de teatro y divulgación.

“Como poeta, ensayista, biógrafo, editor y traductor, fue uno de los intelectuales alemanes más influyentes y reconocidos mundialmente”, ha señalado la editorial al comunicar su fallecimiento. La ministra alemana de Cultura, Claudia Roth, ha elogiado a Enzensberger como “uno de los intelectuales alemanes más versátiles e importantes”. “Con sus versos y reflexiones críticas, acompañó la historia de la República Federal de Alemania, cuya fundación sobre los escombros de un país devastado presenció a los 20 años”, añadió. “Alemania le va a echar de menos”, aseguró la portavoz del Gobierno alemán tras conocerse la noticia.

Entrevistado por EL PAÍS con ocasión de la publicación en España de su primera novela autobiográfica, Tumulto, Enzensberger restaba importancia a su consideración como “gran intelectual del siglo XX” en Alemania, etiqueta que comparte con Günter Grass, Jürgen Habermas o Ernst Jünger. “Todos estos señores viejos que llevamos décadas en el mundo de la cultura resultamos un poco pesados a los demás. ¡Ortega y Gasset sí que era alguien! Tengo la impresión de que hubo un momento en el que los críticos quisieron deshacerse de nosotros. Pero al final vieron que no tenía sentido porque era una cuestión de tiempo. Solo tenían que esperar”, le dijo a este diario en 2015.

Enzensberger estudió Germanística, Literatura y Filosofía en las universidades de Erlangen, Friburgo y Hamburgo, en Alemania, y en la Sorbona de París. Durante un tiempo se dedicó al periodismo radiofónico. Inició su carrera literaria en 1957, a los 27 años, con la publicación del libro de poemas Defensa de los lobos, que fue traducido al inglés y cosechó buenas críticas fuera de Alemania. En 1965 fundó la revista Kursbuch y a principios de los años ochenta dirigió la publicación TransAtlantik.

Sus ensayos muestran que tenía intereses muy variados, desde el sistema político alemán hasta los medios de comunicación pasando por la historia contemporánea. Su ensayo Europa Europa, publicado en España en 1989, una de sus obras más célebres, combina la crónica con la radiografía sociológica y el análisis histórico para adentrarse en la realidad de siete países europeos: Suecia, Italia, Hungría, Portugal, Noruega, Polonia y España.

España también ocupó buena parte de sus intereses. Dedicó una biografía al guerrillero de la Guerra Civil Buenaventura Durruti, El corto verano de la anarquía (1972), y en su ensayo sobre el terrorismo El perdedor radical (2006) reflexionó sobre los atentados de Madrid en 2004. Buen conocedor de Europa, lanzó un dardo contra la burocracia de Bruselas en El gentil monstruo de Bruselas o Europa bajo tutela (2012), receloso de su —a su juicio— distancia y opacidad.

Su crónica Conversaciones con Marx y Engels (1981) recogía decenas de testimonios (Bakunin, Hess, Kautsky, Lafargue) y documentos históricos para reconstruir de forma caleidoscópica la vida y la obra de los dos pensadores alemanes que marcaron la historia del siglo XIX y XX.

Entre sus obras destacan Mausoleo (1975), una serie de 37 baladas sobre héroes modernos (revolucionarios, ingenieros, astrónomos, matemáticos, funcionarios) que advierten sobre las contradicciones del progreso; El hundimiento del Titanic (1978), un poema épico sobre la tragedia del célebre transatlántico; El filántropo (1984), que se inspira en la vida de Diderot para reflexionar sobre la función social del intelectual; el ensayo divulgativo El diablo de los números (1997), y ¿Dónde has estado, Robert? (1998).

Ya en el nuevo siglo publicó Los elixires de la ciencia (2002), que ahonda en la fértil relación entre la poesía y la ciencia, y Reflexiones del señor Z. (2015), en la que un locuaz alter ego del propio Enzensberger, entre estoico y excéntrico, comparte con quien quiera escucharlas sus muy críticas opiniones sobre las instituciones, la religión (y el ateísmo), el totalitarismo, la economía neoliberal, el arte y la poesía, entre otros asuntos.

“El enciclopedista”, titula este jueves su obituario el diario Süddeutsche Zeitung, que recuerda cómo Enzensberger cultivó todos los géneros y escribió sobre todos los temas que afectaron a Alemania y a Europa. Lo hizo, por ejemplo, con la crisis migratoria que vivió su país en 2015 tras la llegada de un millón de refugiados que huían de la guerra en Siria. Pero ya no pudo escribir, lamenta el diario muniqués, sobre las últimas grandes crisis europeas, la pandemia y la invasión rusa de Ucrania.

Muy interesado también por la divulgación sobre las más diversas materias, el mayor éxito de ventas de Enzensberger —vendió más de un millón de ejemplares en 30 idiomas― fue El diablo de los números, un volumen de divulgación sobre matemáticas para niños que él mismo definió en otra entrevista con EL PAÍS como “un libro contra la manera de educar aburriendo a toda la clase”. Con él quiso “mostrar que las matemáticas podían ser no solo accesibles, sino fascinantes para chicos de siete años”.

“Hans Magnus Enzensberger fue en todas las facetas y a lo largo de las décadas no solo el pulso intelectual de una República Federal más interesante; fue su representante más cosmopolita y a menudo muy adelantado a su propio país”, asegura Paul Ingendaay, el corresponsal de cultura europea del Frankfurter Allgemeine, en el obituario dedicado al ensayista alemán.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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