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Àngel Llàcer vuelve al Tívoli a lo Gene Kelly

El actor y director, en tándem con el músico Manu Guix, ultima los preparativos para el estreno de ‘Cantando bajo la lluvia’ en el teatro barcelonés

Cantando bajo la lluvia musical
Ensayo del musical Cantando bajo la lluvia en el Tívoli de Barcelona.JOAN SÁNCHEZ

Salta el diferencial del piano y se para el ensayo. Hace solo cuatro días que el equipo de Cantando bajo la lluvia aterrizó en el escenario del teatro Tívoli de Barcelona, pese a haber estado trabajando en el proyecto durante todo el verano. Un momento de incertidumbre paraliza la sala tras este pequeño obstáculo que entorpece la puesta de escena, pero Àngel Llàcer, director del espectáculo junto con Manu Guix, ameniza la espera con un micro y su habitual sentido del humor mientras los técnicos solucionan el problema.

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Parece que está todo listo, suenan un par de acordes y el equipo se vuelve a poner manos a la obra. “Necesito silencio” advierte Llàcer, que a continuación reclama que todos los elementos que conforman la escenografía estén listos para la puesta en marcha. Un gran rótulo en el que se puede leer “Grauman’s Theatre” desciende desde las entrañas que se esconden tras el terciopelo rojo. Los actores y bailarines llegan al escenario de forma escalonada a medida que se calzan los zapatos de claqué y se disponen a ensayar la coreografía de la última escena, propuesta de Myriam Benedited. Un despliegue de paraguas inunda el escenario y, tras un ajuste de micros, empiezan a sonar las notas que conforman la mítica melodía de Singing in the rain.

La canción que reside en el imaginario colectivo de todo aquel que tenga interés en el séptimo arte, se ha mantenido en su versión original para esta propuesta con marca personal del dúo creativo. “Solo se han traducido aquellas canciones que contribuyen a contar la historia y se han mantenido en versión original las que no intervienen en la trama”, afirma Manu Guix.

Los espectadores podrán rememorar el que fue un éxito en el cine de los años 50 aunque solo a partir de algunos elementos característicos de la película, ya que “se trata de una versión propia en la que tanto directores como actores y actrices partimos de cero para aportar nuestro toque personal. Lo bueno del espectáculo es que no es una franquicia, ni intentamos reproducir nada, sino que hemos tenido absoluta libertad para crear una nueva propuesta”, concluyen Llàcer y Guix.

30 bailarines y actores rememorarán el gran éxito del cine musical de los 50

El espectador no verá a Gene Kelly, pero sí a un Iván Labanda que dejará su marca personal en el escenario, así como la versión propia de Diana Roig de Debby Reynolds y las apuestas de Mireia Portas y Ricky Mata, que completan el reparto.

¿Cómo sería no trabajar juntos? Esa es la pregunta que se plantea el tándem de directores que ha trabajado de forma conjunta desde hace muchos años y cuenta con éxitos como La jaula de las locas y El petit príncep.

Las características marca de la casa continuarán atrapando al espectador que haya seguido la trayectoria compartida de los directores, gracias a la compenetración entre ambos y de todos aquellos que forman parte del equipo. “Siempre trabajamos con los mismos porque buscamos a los mejores”, apunta Guix.

La obra se estrenará el 15 de septiembre y estará en cartel hasta el próximo febrero

Pese a desvincularse del exitoso filme, todo aquel que vea el espectáculo “saldrá del teatro lleno de alegría porque eso es lo que intentamos transmitir en todas nuestras propuestas”, aseguran los directores. El musical llega en el mejor momento. La historia transcurre en una época de cambios, concretamente aquellos que implicó la transición del cine mudo al cine sonoro, pero sobre todo va de “cómo la gente con talento y optimismo se adapta a los nuevos tiempos”, una filosofía que Llàcer y Guix quieren contagiar a todos los espectadores.

Además de la participación de treinta personas sobre el escenario y otras diez a cargo de la música en directo, las grandes dimensiones de la propuesta musical también se traducen en la escenografía. El espectáculo tiene complicaciones a nivel tecnológico, por lo que el equipo ha planificado funciones previas durante la primera quincena de septiembre. Pasado el periodo de ajustes, el teatro abrirá las puertas al público el día 15 y bajará el telón a finales de febrero de 2022. Tras acabar la temporada en Barcelona, aterrizará en Madrid en septiembre de 2022 y terminará dando una gira por ciudades de toda España.

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