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Rafael Riqueni, la guitarra flamenca se hace sinfónica

El guitarrista estrena una versión en concierto de ‘Suite Sevilla’, su obra más clásica, con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla

El guitarrista Rafael Riqueni, en el Parque de Maria Luisa de Sevilla. En vídeo, Rafael Riqueni interpreta 'Júbilo' al final de la entrevista con EL PAÍS, el martes en el Parque de María Luisa, en Sevilla. Foto: ALEJANDRO RUESGA
Margot Molina

El maestro Rafael Riqueni (Sevilla, 58 años) no suele escuchar sus antiguas grabaciones. “Cuando pasa mucho tiempo ya no me gusta ese Rafael Riqueni porque soy otro”, afirma. Pero Suite Sevilla, su trabajo más clásico, que se editó en 1993, es una excepción. El guitarrista y compositor ha vuelto a la partitura y ha creado una pieza para guitarra y orquesta que estrenará el 24 de abril en el Teatro de la Maestranza de Sevilla junto a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS). Es la primera vez que la música de Riqueni, uno de los grandes concertistas flamencos, sonará en versión sinfónica.

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Aunque el guitarrista, discípulo de Niño Ricardo y Manolo Sanlúcar, reconoce que le gustan los retos, la nueva vida de Suite Sevilla ha sido “un trabajazo”. “Lo que escribí para dos guitarras, la de José María Gallardo y la mía, lo he tenido que reducir a una. De adaptar mi partitura para la orquesta y de dirigirla se ha encargado Manuel Busto. Él ha hecho la orquestación con la que yo soñaba. Poner la guitarra en su sitio, las entradas y salidas con la orquesta, ha sido muy laborioso y a veces duro; pero estoy muy contento con el resultado”, ha contado Riqueni este martes en una espléndida tarde en el Parque de María Luisa, su lugar preferido de Sevilla que le inspiró un álbum homónimo con el que en 2017 retomó su carrera después de 21 años sin grabar, una vez superada una honda depresión y casi dos años en prisión por la suma de delitos leves y altercados callejeros a consecuencia del trastorno bipolar que padece.

“Fueron años en los que dejé de creer en mí. Tocaba la guitarra, nunca lo dejé, pero nada tenía sentido. Estaba muy mal anímica y físicamente; pero en 2011 llegó Paco Bech y me rescató. Me trajo para Andalucía y empecé a recuperarme. Me fui a vivir a Huelva, al campo, y empecé a correr para ponerme en forma. Me costó mucho trabajo, pero ahora estoy feliz de poder seguir haciendo lo que tanto me gusta: tocar la guitarra y componer”, recuerda junto al estanque de los lotos, al que le dedicó un tema en su disco Parque de María Luisa. Francisco Bech se acercó a Riqueni, que entre 1981 y 2010 vivió en Madrid, para hacer un documental sobre la grabación de Parque de María Luisa, un proyecto que tuvo que abandonar por el lamentable estado de salud del guitarrista.

Desde entonces Bech -que en 2007 realizó un documental sobre la vida del roquero sevillano Silvio Melgarejo, A la diestra del cielo- se ha convertido en manager y “mano derecha” del guitarrista y lo ha ayudado en los momentos duros cuando, ya recuperado tuvo que ingresar en prisión en 2015. “Llevo una década grabando a Rafael y, finalmente, haremos un documental de unos cien minutos. Tengo más de 500 horas de material, incluidas todas sus actuaciones durante estos años. Nuestra idea es acabar ahora con el concierto del sábado”, ha apuntado Bech, quien cuenta para su proyecto con el productor Gervasio Iglesias (Grupo 7, La isla mínima).

Riqueni, en el parque de Maria Luisa ante el estanque de los lotos, al que le ha dedicado uno de sus temas.
Riqueni, en el parque de Maria Luisa ante el estanque de los lotos, al que le ha dedicado uno de sus temas.Alejandro Ruesga (EL PAÍS)

Suite Sevilla. Concierto para guitarra y orquesta era uno de los espectáculos estrella de la 21ª Bienal de Flamenco, pero tuvo que suspenderse por la pandemia. Ahora, la Bienal lo recupera en una semana en la que los artistas galardonados en esta última cita suben a escena y un día antes de que Riqueni reciba el Giraldillo Ciudad de Sevilla. “Estoy muy agradecido porque es un reconocimiento a toda mi obra, al flamenco abierto a influencias y fusiones, aunque siempre centrado en mis vivencias del barrio de Triana y de los grandes que yo oía de pequeño con mi padre”, dice el artista que con solo 14 años ganó el Premio al Mejor Tocaor en Concierto del Concurso Nacional de Córdoba y, desde entonces, no ha parado de sumar galardones. “Mi hermana me dijo ayer: ‘No me traigas más premios que no tengo dónde ponerlos ya”, añade divertido.

El Giraldillo que recibirá el domingo en el Teatro Lope de Vega se suma al de la Maestría de 2014 “por su sevillanísima música universal, que lo sitúa entre los más grandes maestros de la historia de la guitarra”. Premio que obtuvo por su famosa adaptación de la marcha Amarguras de Manuel Font de Anta, con la que Riqueni volvió a los escenarios tras un largo silencio que comenzó poco después de grabar Alcázar de cristal en 1996. El concierto de Suite Sevilla ha coincidido también con el lanzamiento de su último disco, Herencia (Universal), que tenía que haber salido en febrero de 2020, se aplazó por el coronavirus, y sale por fin este viernes día 23. Su octavo disco es un trabajo de guitarra flamenca en concierto en el que Riqueni homenajea a sus referentes y que estrenó en los escenarios en enero de 2020, en una gira de tres meses por España y varias capitales europeas.

“El trastorno bipolar es una enfermedad que hay que cogerla por los cuernos y atarla bien, porque si no se te escapa de las manos”, dice el guitarrista

“Volver a tocar con una orquesta es maravilloso. Ya lo hice con la Orquesta de Córdoba pero fue un concierto de Sabicas. En esta ocasión es mi propia música y con mi trabajo más clásico”, ha apuntado el artista, quien usará una guitarra del lutier Francisco Barba de hace 40 años. “Tengo cinco guitarras, pero para el concierto me han prestado esta de Barba que es muy blandita, muy cómoda. A la que más cariño le tengo es a una de Juan Montero de 1978 que me regaló mi padre”.

Su padre fue el primero en creer en el talento de Riqueni, algo en lo que la crítica especializada es unánime, y su suicidio en 1997 desestabilizó al guitarrista quien, tras pasar por varias clínicas mentales, está recuperado. “Me ha costado mucho encontrar el equilibrio, pero ahora han dado con un tratamiento con el que me encuentro muy bien. El trastorno bipolar es una enfermedad que hay que cogerla por los cuernos y atarla bien, porque si no se te escapa de las manos. Yo no puedo vivir sin mis pastillas, pero con ellas hago una vida totalmente normal”.

Prueba de ello es la gira que iniciará en mayo en París con Rocío Molina, con quien ha creado una obra mágica, Trilogía de la guitarra. Inicio (Uno), la primera parte del proyecto en la que se ha embarcado la bailaora malagueña. “Tenemos una armonía y una comunicación natural que me encanta”, apostilla Riqueni, una sintonía que se palpa cuando ambos están en escena.

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Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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