Málaga homenajea con erratas a Vicente Aleixandre
El Ayuntamiento transcribe mal, en unos paneles de madera instalados en el centro, el poema que el Premio Nobel de Literatura dedicó a la capital de la Costa del Sol
“Allí fui conducido por una mano materna. / Acaso de una reja florida una guitarra triste / cantaba la súbita canción suspendida del tiempo; / quieta la noche, más quieto el amante, / bajo la lucha eterna que instantánea transcurre”. El presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, Alejandro Sanz, leía el poema Ciudad del paraíso que el poeta sevillano dedicó a Málaga en unos paneles de madera que se instalaron la semana pasada en el centro de la ciudad. Sanz había recibido una foto de la obra en su teléfono móvil, pero no pudo seguir adelante con la lectura. Confuso, releyó, pero el problema seguía ahí: alguien había confundido la palabra luna y había escrito lucha. “Y la canción no había quedado suspendida del tiempo, el verso original dice en el tiempo”, explica Sanz, que encontró más tarde que la palabra paraíso estaba escrita sin tilde y versos cortados por la mitad. “Son errores que cantan mucho. Parece que alguien se descargó el poema de Internet y ya nadie supervisó más”, subraya.
Málaga llevaba años planeando su homenaje a Vicente Aleixandre, que residió cerca del puerto local buena parte de su infancia. Este verano, el Ayuntamiento encontró su oportunidad. Adjudicó un contrato a la empresa Hormigones Asfálticos Andaluces para mejorar el muro de la travesía Pintor Nogales, frente al Museo de Málaga. Los trabajos, valorados en casi 59.000 euros, recogían colocar una fachada con tableros de madera revestida para resistir el sol y la lluvia, pero también que cinco de esos paneles reflejaran, mediante perforación, el poema de Aleixandre. Con lo que no contaban los responsables municipales es que la madera se instalara con errores.
“No hay que fustigar a la empresa, un error lo comete cualquiera. Lo van a volver a hacer y, estoy seguro, esta vez revisarán todo con lupa antes de montarlo de nuevo”, dice Raúl López, concejal de Ordenación del Territorio. Sin posibilidad de fe de erratas, ha solicitado a la compañía que retire los paneles instalados y los reponga por unos sin fallos. “Si esto hubiera ocurrido después de que hubiéramos comprobado todo, sería responsabilidad nuestra, pero los trabajos están en ejecución y no pasa nada: se hacen de nuevo y ya está”, subraya. Las planchas de madera instaladas también mostraban cierto desajuste, creando pequeños escalones entre algunas palabras de los versos, así como letras que no se leen bien, errores que ya habían sido advertidos por el municipio.
Ciudad del paraíso es un poema que refleja la luz que impregnó al poeta en su infancia malagueña y que se incluyó en el libro Sombra del paraíso. El propio autor explicó que debía esta obra a Málaga. “Sin esa ciudad, sin esa ribera andaluza donde transcurrió toda mi niñez y cuya luz había de quedarse en mis pupilas indeleble, ese libro que por tantas razones bien puede llamarse mediterráneo, no hubiera existido”, decía el propio Aleixandre al publicar, años más tarde, Poemas paradisíacos, donde recogía una selección de versos relacionados con la capital malagueña y que el Ayuntamiento de Málaga reeditó en 2018 para regalarlo a los viajeros de los autobuses municipales.
“Ya podrían haber mirado uno de esos ejemplares para recoger la transcripción exacta del poema”, dice el presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre. Sanz celebra el homenaje al autor nacido en Sevilla, pero, eso sí, lo define como “una idea fantástica muy mal ejecutada”. Cree que el error se podría haber resuelto, simplemente, “comprobando antes de realizar la serigrafía sobre la madera”. El responsable de la entidad fundada en 1995 se ofrece él mismo a supervisar el trabajo de perforación de los nuevos paneles para certificar que se respetan todas y cada una de las letras del poema del Premio Nobel de Literatura en 1977.
En las siguientes lecturas en la pantalla de su teléfono móvil, Sanz fue encontrando nuevos errores, como admiraciones separadas por espacios de las palabras o la forma en que se incluye A mi ciudad de Málaga como primer verso del poema, cuando es la dedicatoria. “Se ha hecho sin rigor y con lamentables errores”, insiste Sanz, que también critica que los últimos versos estén casi pegados al suelo, “seguro que acaban con orines de perro”. “Creo que no es tan difícil contar con diseñadores para elegir una tipografía adecuada y para el tamaño y el lugar donde se instala el poema”, sentencia Sanz. Habrá que esperar unos días para ver culminado el homenaje con el que Málaga quiere agradecer a Aleixandre su más universal piropo que la describe como ciudad del paraíso.
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