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Los cuatro últimos ‘fichajes’ de Elcano

Un historiador militar descubre la procedencia canaria de los cuatro tripulantes que se sumaron a última hora a la expedición de Magallanes

Vicente G. Olaya

A partir del 26 de septiembre de 1519, las cinco naves que componían la flota de Magallanes-Elcano, que intentará dar la primera vuelta al mundo (Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago), irán llegando a Tenerife. Allí permanecerán hasta el día 30, cuando abandonarán definitivamente Canarias. Los supervivientes no volverán a España hasta tres años más tarde. Pero antes de partir, cuatro hombres deciden embarcarse en aquella aventura: los canarios Hernán López, Blas Alonso, Andrés Blanco y Maestre Pedro. Sus nombres quedaron registrados, pero no su procedencia. Ahora, el capitán de navío, ingeniero naval y periodista Luis García Rebollo ha recuperado su historia y reduce el número de tripulantes cuya región de origen se desconocía. De los 247 iniciales expedicionarios, de nueve se ignoraba dónde habían nacido y vivido. Ahora, tras el hallazgo del militar, solo quedan cinco.    

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No está claro si la flota fondeó en dos puertos distintos. Es posible que el primero fuera Santa Cruz, al norte de la isla, mientras "que la segunda vez se detuvieron junto a la Montaña Roja, al sur de la Tenerife", explica García Rebollo. Lo que sí es seguro que subieron cuatro nuevos tripulantes y que uno de ellos, Maestre Pedro, que fue apresado en Cabo Verde, sobrevivió a la hazaña.

Hernán López se embarcó como sobresaliente en la nao Trinidad, sustituyendo a Lázaro de Torres, que abandonó la travesía. López murió a manos de los indios en la emboscada de Cebú el 1 de mayo de1521. Blas Alfonso entró a formar parte de la nao Concepción, pero posteriormente pasó a la Trinidad cuando hubo que quemar la primera en la isla de Bohol (Filipinas) por falta de tripulación. Murió en el intento de tornaviaje de la Trinidad por el Pacífico el 14 octubre de 1522. 

Andrés Blanco se enroló, por su parte, como grumete en la Santiago y pasó a la Victoria tras naufragar esta en la Patagonia. Su vida acabó en Cabo Verde, tras casi completarse la circunnavegación, al ser apresado por los portugueses el 14 de julio de 1522. Y Maestre Pedro, sobresaliente de la nao Santiago, tuvo que subirse a la Victoria tras el hundimiento de la primera. Apresado también por los portugueses en Cabo Verde, fue uno de los 13 prisioneros que regresaron a España unas semanas después.

Alberto García Montesdeoca, historiador y arqueólogo subacuático, admite que existe cierta polémica en Canarias sobre si las naves fondearon en Santa Cruz. Él cree que sí, ya que era "puerto real desde 1506, lo que hace más que probable que fuera el puerto elegido". García Montesdeoca, que está realizando estudios sobre la historia de este abrigo, reconoce que existe poca documentación de la primera parte del siglo XVI, pero "hay más que evidencias". Sin embargo, el atraque de las naos en el sur de la isla no está puesto en cuestión. 

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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