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Los lenguajes de la tiranía

Tahar Ben Jelloun apuesta por el minimalismo, la austeridad y el rigor testimonial para abordar la crueldad humana y las miserias del poder

Jesús Ferrero
Portada de 'El castigo'.
Portada de 'El castigo'.

Accedí a la obra de Tahar Ben Jelloun a finales del siglo pasado a través de dos asombrosas novelas emparejadas (El niño de arena y La noche sagrada), que mostraban un escritor tan abierto a los misterios del alma como a los laberintos de la imaginación, de una gran humanidad y de una capacidad envidiable para la ficción. Ese gran fabulador desaparece en El castigo, para dejar paso a un narrador que apuesta por el minimalismo, la austeridad y el rigor testimonial, virtudes narrativas que se pliegan bien cuando se trata de abordar la crueldad humana y las miserias del poder. Dos referencias literarias parecen iluminar el horizonte de El castigo, una confesada: la película La colina, de Sidney Lumet, y la otra sugerida: la novela El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati.

El tono es realista, pero al estar proyectado en un universo concentracionario y claustrofóbico, todo empieza a adquirir muy pronto un aire irreal y delirante. Concebido en un “tono menor”, confesional y estricto, el relato va alcanzando una extraña grandeza, según van sucediéndose las páginas en las que se lleva a cabo una crítica muy severa a la gramática del ejército marroquí, incoherente, desproporcionada y destinada a quebrar todos los ángulos de la voluntad. “Lo absurdo forma parte del programa”, dice el narrador, refiriéndose tanto al sistema disciplinario como a los lenguajes cifrados de la tiranía, rica en gestos y en símbolos pero pobre en palabras.

El relato se inicia con la detención del narrador y su deportación a un campamento de reeducación próximo al desierto, en uno de los periodos más negros del reinado de Hassan II, cuando Marruecos vivía sometido a una permanente ley marcial y hablar podía costar muy caro. Continúa en una escuela militar de la montaña, y prosigue con intensidad y destreza hasta el torbellino final, de cuyos pormenores evitaré hablarle al lector. El castigo es una dura y excelente novela de iniciación y destrucción, donde accedemos a la génesis de la escritura de Tahar Ben Jelloun, a través de una experiencia de la inhumanidad sin la cual, según confesión de autor, nunca se hubiese convertido en un verdadero escritor.

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Autor: Tahar Ben Jelloun (traducción de Malika Embarek López).


Editorial: Cabaret Voltaire (2018).


Formato: tapa blanda (192 páginas).


Compra por 18,95€ en Casa del libro

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