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Atom Rhumba, el regreso del caos controlado

La banda vasca vuelve con ‘Cosmic Lexicon’ tras siete años de silencio

Atom Rhumba. De izquierda a derecha, Jaime Nieto, Andoni Etxebeste, Rober! y Joseba Irazoki.
Atom Rhumba. De izquierda a derecha, Jaime Nieto, Andoni Etxebeste, Rober! y Joseba Irazoki.

Quedarse indiferente ante una canción de Atom Rhumba es tan difícil como fumarse un cigarro en una montaña rusa. Sigue siendo así en Cosmic Lexicon (2018, El Segell), el disco con el que la banda, uno de los especímenes más peculiares y exitosos del rock vasco desde que naciese hace ya más de 20 años, ha vuelto al ritmo de competición de la industria y los directos después de siete años al ralentí. “Nunca lo dejamos del todo, pero sí habíamos bajado mucho el pistón porque es jodido tener familias, trabajo y compaginar eso con la música”, explica Rober!, frontman y encarnación del espíritu que impregna Atom Rhumba: frenético, ecléctico, atrevido, loco, pero controlado.

Cosmic Lexicon mantiene la esencia sonora de su predecesor, Gargantuan Melee (2010, Brian’s records), pero las canciones están más depuradas y son menos estridentes. “Hay un cambio, sonamos más natural, entre otras cosas porque hemos grabado de manera clásica, estudiando cada tema antes de entrar al estudio para no retocar prácticamente en la mezcla”, relata el cantante. “Entonces veníamos de una tragedia y en vez de hacer un disco reflexivo lo sacamos sin respirar. Todo canciones cortas, directas. Igual este es el reflexivo. Hay temas de 9 minutos [Organised man blues], mucha variación en cada una y desde luego está más meditado”. La obra es, como toda la de la banda, difícil de clasificar. A veces se mueve entre el funk punky y el punk funky, otras mira más al blues, pero siempre con el punto de mira puesto en el objetivo de la banda para con su público, “generar estados de ánimo”, en palabras de Rober.

Rober!, vocalista y líder de Atom Rhumba, durante la entrevista en Madrid.
Rober!, vocalista y líder de Atom Rhumba, durante la entrevista en Madrid.Inma Flores

Atom Rhumba no trata de contar nada muy concreto en sus álbumes. “No hay un mensaje, lo que hay es la intención de provocar algo en quienes nos escuchan. Hay tanta música que no te provoca nada. Buscamos remover, pero no para mal. Antes tendíamos más a hacer cortes y sorprender en exceso. Y en este disco damos más respiros pero la intención sigue siendo la misma”. Todo ello se observa en los cuatro temas que componen el núcleo duro de Cosmic Lexicon, a partir de Voy cableado, el primer single del LP, una canción con el sello inconfundible de la banda que da paso a otras dos (Red turning blue y Pompas de sangre y miel) más reposadas y que evidencian la evolución melódica y el trabajo instrumental de la banda. Con Fat Jackson, cantada en falsete por Rober, vuelve la locura condensada en poco más de minuto y medio: un viaje vertiginoso por la histeria de la vida humana, que es hasta la fecha el último sencillo de la banda, con videoclip en stop motion firmado por la cordobesa Beatriz Sánchez.

Es la primera vez que Atom Rhumba suena en español. Sucede en cuatro de las 12 canciones del disco. "Al final me sentí cómodo, pero la verdad es que cuesta. Tengo que adaptar el tono y la voz y a ratos me sale el punkarra de la Margen Izquierda que llevo dentro", confiesa Rober. Voy cableado había sido grabada antes en inglés como Automatically updated, y escuchando las dos versiones del tema se puede observar ese cambio. Uno de los temas en castellano, Tejedor de misterios (quizás el que más se aleja de la potencia habitual de la banda para acercarse al pop melódico), ha sido escrito por Nacho Vegas, con quien el guitarrista Joseba Irazoki colabora asiduamente. 

En el directo es donde se puede comprobar dónde está la frontera entre el descontrol y el show. Sobre el escenario destacan las presencias volcánicas de Rober e Irazoki. "Es nuestro hábitat natural. Ahí es donde nos desplegamos y donde nos permitimos improvisar. Aunque casi siempre es algo atado: hay momentos en cada tema para dejarnos llevar algo más", destaca el cantante. La inactividad comienza a ser agua pasada: ya van cerca de una veintena de conciertos este año y esperan otros tantos, incluidas las presencias en festivales como el Metrópoli de Gijón o el Mundaka Festival. "Noto mucho el efecto que tiene Internet ahora y la importancia de los bolos. Tocas, la gente habla, y crece una bola de nieve. En ese sentido los festivales nos vienen muy bien para que nos conozcan otros públicos", sostiene Rober, que destaca los viajes internacionales (ya los hicieron en su día y llegaron a tocar en Japón) por el desgaste físico, mental y económico que suelen implicar para el grupo.

Atom Rhumba se ha ido retocando hasta dar con la formación actual, compuesta por músicos de larga trayectoria fraguados en la escena vasca. Al talento y la presencia de Rober se suman Joseba Irazoki (Nacho Vegas) a la guitarra, Iñigo Garcés (aka Cabezafuego, miembro intermitente) en los teclados y la percusión, Andoni Etxebeste (también en Havoc o Supersweet) de batería y Jaime Nieto como bajista. Unos se dedican profesionalmente a la música (Irazoki) y otros no (Rober). “La banda se ha ido cuajando de forma paulatina, así que ha sido un proceso natural. Joseba lleva nueve años con nosotros, Andoni desde diciembre. Pero más o menos nos conocíamos todos y nos entendemos, aunque no haya necesariamente los mismos gustos. Eso es clave, además de que tengamos buena relación entre todos”, señala Rober.

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