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Luces jondas

Carmen Linares, Arcángel y Marina Heredia triunfan en Flamenco on Fire con 'Tempo de luz', un espectáculo que irá al Festival de Nueva York

Carmen Linares canta en el Flamenco On Fire, en Pamplona.
Carmen Linares canta en el Flamenco On Fire, en Pamplona.Javier Fergo - Flamenco on Fire

La IV edición de Flamenco on Fire, el festival flamenco de Pamplona, presentaba un espectáculo, Tempo de luz, que reunía a tres figuras actuales, una de ellas, Carmen Linares, más veterana, con un largo recorrido ejemplar en el que ha bebido de las mejores fuentes, pero que no ha tenido reparo en buscar nuevas formas, colaboraciones y mezclas diversas, siempre de una manera acertada y contenida, sin saltos en el vacío.

Las otras dos voces de la noche eran Arcángel y Marina Heredia, sin duda de lo mejor que podemos encontrar hoy en el flamenco todavía joven, aunque ya bien experimentado y con una base enjundiosa. También ambos, partiendo de raíces antiguas, han experimentado y buscado nuevos caminos. Pero a ninguno de los dos les falta algo de lo que van sobrados, la jondura, cada uno a su manera. A las tres voces se unen las guitarras de Miguel Ángel Cortés y de El Bola y la percusión de Paquito González.

Este espectáculo, Tempo de luz, que parecería creado para negar los tiempos oscuros, de infamia y de terror que hoy se viven, fue estrenado recientemente en el Grec barcelonés, aunque, con dirección musical de Isidro Muñoz, ha sido pensado para el próximo festival flamenco de Nueva York, donde recibirá su verdadero bautismo. Mientras tanto, ha pasado por este Flamenco on Fire, que es también una cita para la luminosidad vitalista, un certamen del que todos hablan elogiosamente, valiente y distinto, pero que no tiene asegurada su quinta edición el año próximo.

En los espectáculos flamencos es de agradecer que sean presentados con profesionalidad, bien vestidos en conjunto, con cierto trabajo escénico que les de fluidez y coherencia, después de todo, y aunque lo que amemos en el flamenco sea su profundidad y parte emotiva, es una música crecida y madurada en el espectáculo, desde el siglo XIX. Este montaje tiene todo eso, incluso cuando interviene en el mismo la bailaora Ana Morales, que con sus mudanzas entre clásicas y flamenquísima dio más empaque si cabe, y hasta luz, al espectáculo.

La voz de Carmen Linares ha perdido poderío. Sería insensato pretender que llegue adonde llegaba hace veinte años, o hace solo diez años. Sin embargo, esa voz ahora rota no ha perdido ni un ápice de jondura, al revés, si cabe (lo que no es fácil en una voz tan flamenca) la ha ganado. Sentada o en pie (Se equivocó la paloma) Carmen nos dijo de nuevo por qué lleva tantos años siendo considerada como la gran señora del flamenco.

En plena gloria y plenitud se encuentran Arcángel y Marina Heredia, tan distintos, tan complementarios, tan payo uno, tan gitana la otra. Esas dos caras del flamenco que siempre han convivido sin que una sea la A y la otra la B. Un Tempo de luz rematado, como no podía ser de otra forma, con la luminosidad naciente y salina de las cantiñas de Cádiz. Excelente propuesta.

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