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Una grabación confirma que el cachorro de la osa atacada por un macho en Palencia sigue vivo

El osezno y la hembra reciben alimento mientras se intenta conocer la salud de la madre

Imágenes de la cría de la osa herida en la pelea con un macho en la Montaña Palentina.
Juan Navarro
Valladolid -

El osezno sigue vivo. Las cámaras de vigilancia instaladas en el entorno de la cueva de la Montaña Palentina donde se refugió la osa herida tras pelear con un oso pardo macho han ratificado que el cachorro permanece junto a la madre. El aún lactante fue protegido por la plantígrada cuando hace casi una semana les atacó un oso, que acabó muriendo despeñado ―es habitual que los machos en celo intentan matar a los oseznos para que las hembras vuelvan al ciclo reproductivo―. La osa también cayó por el precipicio, pero sobrevivió, aunque ahora el equipo desplegado entre los riscos busca conocer cómo se encuentra de salud para ayudarla. De momento han dejado alimentos y agua en la caverna donde se han refugiado madre y cría.

Los agentes ambientales desplegados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, en coordinación con la Fundación Oso Pardo, han certificado la buena noticia mediante unas grabaciones de la noche del jueves. El osezno ha sido registrado gracias a esas cámaras instaladas frente a la cueva donde se han refugiado, prácticamente inaccesible. Los especialistas insisten en que la osa, que protege a su cría y se encuentra probablemente herida, supone un peligro para las personas que se acerquen en busca de información sobre su estado.

El siguiente paso del operativo consiste en seguir dando soporte alimenticio y agua a los mamíferos y, según ha indicado la consejería en un comunicado, “intentar comprobar el alcance de las lesiones de la osa para valorar su viabilidad, o si, por el contrario, el osezno tuviera que ser capturado para lograr su supervivencia y llevado a instalaciones especializadas hasta que alcance el peso y edad adecuados”. El osezno apenas tiene medio año de vida y sigue necesitando mamar de la madre hasta que el instinto se le vaya agudizando y pueda alimentarse por su cuenta. En ocasiones precedentes en las que estos omnívoros se quedan huérfanos, se ha intentado criar a los ejemplares hasta que pueden valerse por sí mismos, buscando siempre que tengan el mínimo contacto con los humanos. La importancia de la osa en estos parajes es capital porque apenas hay “entre seis y ocho hembras”, según cifras oficiales, en esta zona oriental de la Montaña Palentina, en el norte de la provincia.

La Junta ha recordado que este método de cría alternativa funcionó entre 2019 y 2020 con Saba y Éndriga, dos úrsidos que, “tras su paso por las instalaciones de aclimatación en condiciones de semilibertad que la Junta posee en la finca de Valsemana (León), pudieron ser reintroducidos con éxito en la cordillera Cantábrica”. Ahora todavía hay que saber cómo está la madre y calibrar así qué futuro le espera al osezno.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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