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Mayor desigualdad y menor atractivo para los negocios: los efectos para Chile de otros diez años de bajo crecimiento

A pesar de que la economía muestra una recuperación y esquivó una recesión en 2023, las proyecciones del Banco Central apuntan a que el PIB no minero se expandirá menos del 2% en la próxima década

Sede del Banco Central de Chile en Santiago, Chile, el 2 de septiembre de 2024.
Sede del Banco Central de Chile en Santiago, Chile, el 2 de septiembre de 2024.Tamara Merino (Bloomberg)
Maolis Castro

La economía chilena se encuentra en un ritmo de dinamismo bajo desde hace 10 años, el cual se pudiera prolongar durante otra década. El augurio del Banco Central de Chile es que el Producto Interno (PIB) no minero –excluye ingresos por minería– será en promedio del 1,8% entre 2025 y 2034. De cumplirse con estas expectativas, el país podría tener dificultades para combatir la pobreza y la desigualdad al reducirse las oportunidades laborales y la disponibilidad de recursos para el gasto social e infraestructura.

A pesar que la economía ha dado muestras de resiliencia y evitó contra todo pronóstico una recesión en 2023, ahora se enfrenta al desafío de romper con el prolongado periodo de estancamiento. Economistas consultados por EL PAÍS señalan que se hace necesario impulsar la productividad y la actividad para obtener un repunte del PIB, pues otra década de crecimiento cercano al 2%, o debajo de esta cifra, podría repercutir negativamente sobre la inversión, el mercado laboral y los recursos fiscales.

Sensación de descontento y frustración

Carlos Smith, académico del centro de investigación de empresa y sociedad de la Universidad del Desarrollo (UDD) explica que una expansión promedio del 1,8% respecto a una población con un crecimiento del 0,5% anual significa que los ingresos aumentarán en sólo el 1,3%. “Eso es como quedar en lo mismo, es decir, se mantienen los ingresos de las personas. Sin embargo, lo que hemos visto en Chile, especialmente después del estallido social de octubre de 2019, es que las demandas por más y mejores prestaciones, particularmente del Estado, en términos de salud, seguridad social y educación, se han disparado. Pero con si se llegara a concretar un bajo crecimiento no hay posibilidad de satisfacer esas demandas”.

Después de dos intentos fallidos de aprobar una nueva Constitución, las demandas sociales que los chilenos manifestaron cinco años atrás, durante las revueltas sociales, continúan vigentes, según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Aunque el bajo dinamismo no se traduce obligatoriamente a la inestabilidad social, sí suele provocar mayor descontento y frustraciones. Lehmann destaca que también aumentan las presiones sociales y potencialmente la delincuencia: “Se produce además un mayor distanciamiento con la clase política, incapaz de abordar las necesidades sociales”.

Concluye, no obstante, que Chile cuenta con un enorme potencial en minería, energías verdes y en algunos mercados con ventajas comparativas. De ahí que se hace fundamental generar las condiciones para aprovechar las oportunidades que surgen de allí. “La experiencia reciente, que advierte de los costos para el desarrollo que implican un bajo crecimiento, irá permitiendo avanzar en esa dirección”, precisa.

¿Una economía menos atractiva para los negocios?

Michèlle Labbé, académica de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián (USS), asegura que una economía con una moderada o poca expansión no suele atraer a los inversionistas. “Hay dos efectos directos del bajo crecimiento, uno de ellos es la caída de los ingresos y otro es que con un PIB inferior al 2% casi no crece la demanda futura, lo que empuja a los inversionistas a acudir a países con mayores oportunidades de que sus proyectos generen más recursos. Es decir, esto afecta a la inversión”, dice

De igual modo, una deficiente inversión externa como nacional, y tanto pública como privada, influye en el dinamismo de la economía. Las proyecciones del Banco Central de Chile no son alentadoras para este 2024. En su último Informe de Política Monetaria indica que la economía crecerá entre un 2,25% y 2,75%, mientras que la inversión en sectores no mineros continúa débil y la minera se espera que seguirá en niveles elevados durante este año.

Limitación de políticas gubernamentales

Si la economía sigue con un bajo crecimiento sólo quedaría espacio para avances acotados en la distribución del ingreso, en la capacidad de abordar las necesidades de los sectores más vulnerables y en las aspiraciones que buscan potenciar el desarrollo del país, asegura Sergio Lehmann, economista jefe de BCI.

Uno de los principales impactos sería una limitación de los recursos destinados a las políticas gubernamentales. El economista sostiene además que la recaudación tributaria puede aumentar de forma acotada, “dejando menos holguras para recursos destinados a abordar los desafíos sociales del país y potenciar el desarrollo”.

El impacto sobre el mercado laboral

El mercado laboral chileno sigue sin recuperarse de la crisis de la pandemia, lo que se hace cuesta arriba en una economía atascada. Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó en un artículo titulado Un mundo con un crecimiento bajo es un mundo desigual e inestable, publicado en julio, que los prolongados períodos de estancamiento, los niveles bajos de creación de empleo e incremento de los salarios producen un alza del desempleo estructural y disminuyen la proporción del ingreso de un país que termina en manos de los empleados; lo que combinado con un espacio fiscal reducido pueden profundizar la disparidad entre la cúspide y la base de la pirámide del ingreso.

Desigualdad

Aunque la pobreza por ingresos se redujo a un histórico del 6,5% en 2022, la desigualdad social aún es significativa. Chile presenta una de las distribuciones de ingreso más desiguales entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y en los períodos de estancamiento de cuatro años o más suelen producirse un aumento de la desigualdad de ingresos cercana al 20%, según un estudio del FMI. El economista Carlos Smith dice que con recursos acotados no existe espacio para generar más políticas y mejoras sociales para potenciar la calidad de la educación y las capacitaciones. “Es una traba finalmente para mejorar los niveles de desigualdad”.


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Sobre la firma

Maolis Castro
Es periodista de EL PAÍS en Chile desde 2024, antes estuvo en el medio económico Bloomberg Línea. Trabajó para EL PAÍS desde Venezuela entre 2016 y 2019. También estuvo en el portal de periodismo de investigación Armando.info y El Nacional. Ha colaborado para medios como Pulso (Chile), The Wall Street Journal y ABC (España).
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