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El homicidio del rapero Canserbero: la historia en Chile y Venezuela de los hermanos imputados

Tras la reapertura del caso, Natalia y Guillermo Améstica están detenidos desde diciembre en Caracas. La familia se fue de Santiago de Chile en 1974 y se radicó en Maracay, en el Estado de Aragua

Homicidio de Canserbero y Molnar
Natalia y Guillermo Améstica, imputados en el homicidio de Canserbero y Molnar.Archivo Familiar
Ana María Sanhueza

El 6 abril de 1974, los padres de Natalia y Guillermo Améstica Moraga –los hermanos imputados en diciembre por el fiscal general de Venezuela Tarek William Saab por el homicidio calificado del rapero Tirone González, Canserbero, y el bajista de reggae Carlos Molnar en enero de 2015–, tomaron un avión, junto a tres hijos, desde Santiago a Venezuela. Fueron parte de las cientos de familias que dejaron Chile tras el golpe de Estado en el que fue derrocado el presidente socialista Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.

Entonces, Guillermo Améstica Miranda y Alicia Moraga Montecinos vivían en la Población Roosevelt, en el municipio de Cerro Navia, un sector popular de Santiago. Tenían tres hijos: Bárbara, hoy de 55 años, Guillermo de 54 y Tamara de 53. El abuelo, Víctor Manuel Moraga, obrero de la construcción, era simpatizante del Partido Comunista. “Nos allanaron tres veces la casa y él estuvo detenido en el Estadio Nacional”, cuenta Bárbara Améstica a EL PAÍS.

La familia se radicó en Maracay, en el Estado de Aragua, una ciudad a unos 100 kilómetros de Caracas. Allá, en 1979, nació Natalia Améstica, de nacionalidad chilena y venezolana.

En Santiago de Chile, el padre de la familia era pintor de lettering y hacía carteles publicitarios con brocha. Fue un rubro que continuó en Maracay, donde instaló un pequeño local que, con los años, se digitalizó y se transformó en una empresa con más de 150 trabajadores. En ella laboraron sus cuatro hijos. Natalia lo hizo al comienzo de manera esporádica, en marketing digital, pues estaba estudiando veterinaria en la Universidad Central de Venezuela. Cuando cerró la firma en 2012, Natalia siguió en esa área y también en identificación de marca y difusión por redes sociales, como independiente. No ha ejercido como veterinaria.

Guillermo, en tanto, dicen sus hermanas, al momento de su detención tenía una empresa de elaboración de mobiliarios para locales comerciales.

Hoy, Guillermo y Natalia Améstica están detenidos en Caracas por el crimen del rapero Canserbero –incluido en octubre de 2023 en la lista de los de los 50 grandes nombres en la historia del rap por la revista Rolling Stone– y del bajista Carlos Molnar, quien era pareja de Natalia. Además, hay otras cinco personas imputadas. Por casi nueve años el caso fue catalogado como homicidio-suicidio. La versión oficial indicaba que, tras una discusión, Canserbero apuñaló a Molnar, quien colaboraba con sus giras, y luego se lanzó del décimo piso. Ambos amigos estaban en el departamento en el que en 2015 vivían el bajista y Améstica, en Maracay.

Tamara y Bárbara Améstica, hermanas de los acusados, sostienen la fotografía de Natalia y Guillermo, el 11 de enero en Santiago (Chile).
Tamara y Bárbara Améstica, hermanas de los acusados, sostienen la fotografía de Natalia y Guillermo, el 11 de enero en Santiago (Chile).Sofía Yanjarí

La causa fue reabierta en noviembre de 2023, con Saab como fiscal general. Ha dicho que hizo más 120 diligencias, entre ellas la exhumación del cadáver de Canserbero y, a fines de diciembre, realizó la imputación. Exhibió vídeos en los que Natalia Améstica confiesa que puso un sedante a un té y que cuando Canserbero y Molnar estaban somnolientos, los asesinó a puñaladas. Y que su hermano, quien también admitió los hechos, la ayudó a alterar la escena, para lo que sobornó con 10.000 dólares a funcionarios del servicio de inteligencia estatal, el Sebin. En las grabaciones ambos están con las manos maniatadas.

En los vídeos, Natalia Améstica señala que “después de esto me fui a Chile, huyendo, aterrada, pensando que al final se iba a saber la verdad”. Según relata Bárbara, a fines de 2015 Natalia se fue a Ecuador, donde estuvo hasta 2017. Fue un viaje, dice, que hizo para estar con su hija, entonces de 11 años. La niña había ido en ese país, donde vivía su padre, mientras sucedía la indagatoria.

Luego de Ecuador, agrega la familia, Natalia y su hija estuvieron un mes a Chile, donde sus padres, Guillermo Améstica y Alicia Moraga, pasaban, como cada año, una temporada. Y que regresaron a Venezuela en 2017.

Las hermanas Bárbara y Tamara Améstica se encuentran en Chile para pedir la colaboración de las autoridades, representadas por los abogados Ciro Colombara y Jennifer Alfaro, para que gestionen que a sus hermanos se les permita, como ciudadanos chilenos, contar con un defensor privado en Venezuela, pues están con un defensor público.

El miércoles 10, tras una sesión en la que expusieron junto a sus abogados en la Comisión de Derechos Humanos del Senado, los senadores oficiaron al canciller chileno Alberto van Klaveren para que disponga de “las medidas que sean necesarias para que nuestros representantes en la República de Venezuela adopten las acciones pertinentes en el caso que afecta a los ciudadanos chilenos Natalia y Guillermo Améstica, con especial atención a su integridad física, al respeto a las normas del debido proceso y al acceso a un abogado privado, todos reconocidos como derechos fundamentales en la Carta de Naciones Unidas”. “Lo anterior, sin avocarse, en ningún caso, a la causa pendiente o a revisar los fundamentos o contenidos de sus resoluciones”, señala el documento.

Compañeros de colegio

Natalia Améstica y Carlos Molnar, músico venezolano al que llamaban Sotoperro, fueron compañeros en el Colegio San José, en Macaray. Se reencontraron años después. Cada uno tenía un hijo y una hija de relaciones anteriores. Los cuatro se fueron a vivir juntos a un departamento en Maracay, él mismo que ha sido foco de la indagatoria.

Cuando se reencontraron, él tenía una banda de reggae, Zion TPL. La pareja, cuentan Bárbara y Tamara Améstica, formó Cana Producciones, un nombre que, agregan, mezclaba las sílabas Ca de Carlos y Na de Natalia. Señalan que como Cana Producciones organizaron el Festival Full Reverberancia, de reggae.

Según las hermanas Améstica, el músico Molnar y el rapero Canserbero se conocieron cuando una empresa telefónica incluyó dos canciones, una de cada uno, en el lanzamiento de un móvil. Forjaron una amistad. Luego el rapero pidió al bajista de raggae que colaborara en sus recitales y giras.

Precisamente, una de esas giras, de diciembre de 2014, a Argentina y Chile, para la fiscalía venezolana está el origen del caso. Según los vídeos, Natalia Améstica señala: “El problema empezó en Chile un mes antes, cuando en plena gira supe, después de haber hecho la organización y comprar los pasajes para irnos para allá, que no iba a recibir pago por parte de Carlos” y que quería recibir “un porcentaje”. Agregó que Canserbero le expresó que no quería que lo manejera “yo como manager”, pese a que ella había hecho, además, ”todos los trabajos de marketing para sus fechas”. “Eso me dolió mucho. Y quedé con mucho sufrimiento interno por desprecio”.

Por esos días también se encontraba en Chile Tamara Améstica, estudiando. Recuerda que en Santiago se juntó con Natalia, Carlos y Cansebero, y que fueron a uno de los conciertos del rapero y luego a comer pizza. También rememora un café que, en esas fechas, tomó con Molnar en un centro comercial en Santiago, y que fue un diálogo muy cercano.

Bárbara cuenta que las fiestas de Navidad de 2014 y el Año Nuevo de 2015 la pareja las pasó en casa de sus padres, Guillermo y Alicia, en Maracay. Dice que eran muy unidos, y que su hermano Guillermo era cercano a Molnar. Y que hasta hoy su familia se ve con la madre del bajista de reggae.

También señala Bárbara que Natalia Améstica y Carlos Molnar, después de seis años viviendo juntos, “habían acordado casarse. Y, por solicitud mía, también por la Iglesia. Era el mejor momento de ellos como pareja. Estaban súper unidos. Y esta tragedia viene a echar por tierra todos esos sueños que tenían”, dice.

Según Bárbara, Natalia no era manager de Canserbero, sino que ayudaba a su pareja, y que era él quien se encargaba de las gestiones de las presentaciones que alcanzaron a hacer con el rapero.

En febrero Canserbero haría un concierto en Panamá, evento que organizaba junto a Molnar.


Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.
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