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El asesinato de un policía presiona al Gobierno de Boric a endurecer las medidas contra la delincuencia

La Moneda y el Congreso acuerdan aprobar 10 proyectos de ley en materia de seguridad en 90 días. El funeral del carabinero empuja a la gente, conmocionada, a las calles

Rocío Montes
Un grupo de carabineros resguarda el ferétro de su compañero asesinado Daniel Palma, durante su funeral en Santiago, este 8 de abril.
Un grupo de carabineros resguarda el ferétro de su compañero asesinado Daniel Palma, durante su funeral en Santiago, este 8 de abril.@Carabdechile (RR SS)

El asesinato a sangre fría de un cabo de carabineros de 33 años el miércoles, en pleno centro de Santiago de Chile, ha dejado en evidente la profunda crisis de seguridad que enfrenta el país. El Gobierno de Gabriel Boric, que comenzó su gestión hace un año y un mes sin tener el orden público entre sus prioridades, se ha visto presionado a hacer del control de la delincuencia su principal prioridad. Para una Administración liderada por una nueva generación de izquierda que ha tenido las libertades públicas entre sus banderas, constituye un gran giro. El cambio arrancó el pasado 4 de septiembre, cuando un 62% de los chilenos rechazó la propuesta de nueva Constitución apoyada por La Moneda, que tras el remezón electoral decidió hacerse cargo de la agenda política que impacta diariamente en la vida de la gente, como el propio control de la delincuencia. El homicidio del carabinero de esta semana, sin embargo, el tercero en el último mes, ha representado un punto de inflexión para la sociedad y la propia política. Es el contexto en que tanto el Gobierno como el Parlamento han acordado aprobar 10 proyectos de ley en materia de seguridad pública en los próximos 90 días.

Este sábado se han realizado los funerales del carabinero asesinado, Daniel Palma, en la ciudad de Rancagua, a unos 100 kilómetros al sur de Santiago, de donde era originario el mártir 1233 de la institución. La ciudadanía desde el mismo jueves se ha manifestado masivamente en distintos puntos del país. Esa tarde, centenares de capitalinos se reunieron en lo que fue el epicentro de las protestas desde 2019, la Plaza Italia, pero en esta ocasión para respaldar a Carabineros, en un grito a las autoridades por mayores niveles de seguridad. La conmoción ha tocado a las principales autoridades políticas. En una señal de unidad, el presidente Boric y los expresidentes Sebastián Piñera, Michelle Bachelet y Ricardo Lagos coincidieron en el responso que se realizó a las pocas horas del asesinato en la iglesia de Carabineros, en el municipio de Providencia. Fue en ese lugar donde el actual mandatario se arrodilló en un abrazo ante la madre de Palma, en una de las imágenes de mayor significado de estas jornadas.

En Rancagua, el cuerpo de Palma ha sido trasladado este sábado a la catedral de la ciudad. La ciudadanía salió a las calles a manifestar su apoyo a la familia y a la institución, con pancartas, globos blancos y verdes –los colores de Carabineros–, y para hacer un llamamiento contra la delincuencia.

En el interior de la iglesia, en plaza Los Héroes, el hermano de la víctima, Mauricio Palma, realizó una dura intervención contra las autoridades. “Ya basta de fiscales y jueces que no hacen su trabajo. No entiendo cuál es el fin de gastar recursos, previniendo el delito, arriesgando la vida de nuestros carabineros para atrapar delincuentes, si al día siguiente estos mismos delincuentes quedan en libertad”, dijo el familiar del policía muerto, entre los aplausos de la concurrencia y de las centenares de personas que lo escuchaban fuera de la iglesia. “Hago un llamado a los parlamentarios a que hagan su trabajo, porque en este momento, el poncho le quedó grande [el desafío se les fue de las manos]. Endurezcan las penas, que la justicia no solo sea una palabra que se pasea de boca en boca. No puede ser que tenga más derecho un delincuente que un carabinero. Esto no puede seguir”, agregó Mauricio Palma, antes del funeral privado en el cementerio de la ciudad.

Un grupo de manifestantes en una protesta en apoyo a los carabineros, el pasado 6 de abril, en Santiago.
Un grupo de manifestantes en una protesta en apoyo a los carabineros, el pasado 6 de abril, en Santiago. ELVIS GONZÁLEZ (EFE)

Desde que hace dos semanas fue asesinada una carabinera en Quilpué, en la región de Valparaíso, la clase política ha apurado una agenda legislativa contra la delincuencia. El presidente Boric ha promulgado en los últimos días leyes que refuerzan las competencias de Gendarmería y crea el delito de extorsión, que aumenta las penas por el delito de porte de armas en lugares altamente concurridos, la que modifica el Código Penal para agravar la pena del delito de secuestro y la que fortalece y protege el ejercicio de de la función de Carabineros, la Policía de Investigaciones (PDI) y Gendarmería. Bautizada como ley Naín-Retamal, en homenaje a dos carabineros asesinados, les entrega mayores poderes para enfrentarse a los delincuentes. La ley empujada por el Gobierno, sin embargo, no contó con el apoyo en el Parlamento de parte de su coalición, Apruebo Dignidad, formada por el Partido Comunista y el Frente Amplio.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, que ingresó al Gobierno tras el plebiscito de septiembre, ha tomado en sus manos el problema del control de la delincuencia. Tras el último asesinato del carabinero, anunció que se intenvendrán 30 de los municipios de Chile donde se concentran las mayores cifras de criminalidad. El viernes, en una reunión de Tohá con el presidente del Senado, Juan Antonio Coloma, de oposición, y con el presidente de la Cámara de Diputados, Vlado Mirosevic, del oficialismo, se acordó aprobar 10 proyectos de ley en materia de seguridad en 90 días. Entre ellas, la que apunta a crear un Ministerio de Seguridad, dar mayores facultades a los municipios en el control de la delincuencia, el cambio en las libertades condicionales de los reincidentes y en la notificación de la expulsión de los extranjeros indocumentados.

Los fiscales, mientras, también endurecen el tono. El Ministerio Público chileno anunció que los fiscales de la Región Metropolitana, la de Santiago de Chile, pedirán a la justicia la prisión preventiva de todos los extranjeros imputados por algún delito que no cuenten con Documento Nacional de Identidad (DNI). Esto, porque dos de los sospechosos del crimen, que no han sido ubicados, son de nacionalidad venezolana.

El clima social y político presiona al Gobierno frente a decisiones clave. Diversas fuerzas políticas, no solo de oposición, empujan a La Moneda para que se decrete un estado de excepción constitucional en la Región Metropolitana de Santiago de Chile para combatir la delincuencia. Lo piden alcaldes y el gobernador capitalino, Claudio Orrego. El Ejecutivo, hasta ahora, no lo ha descartado.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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