_
_
_
_
_
BARRIONALISMOS
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Salir del barrio y seguir en él

Guillermo Casado explica que desde hace un año no reside en Alcorcón como si nos estuviera fallando, pero no podría hacerlo después de todo lo que ha hecho

Guillermo Casado y María Eugenia Blázquez.
Guillermo Casado y María Eugenia Blázquez.

Guillermo Casado Mora ha vivido algo más de cuatro décadas en Alcorcón y explica que desde hace un año no reside aquí, medio tímido, como si nos estuviera fallando. Sin embargo, no podría hacerlo, no después de todo lo que ha hecho por el municipio. Recuerdo a Wilyboy, apodo por el que es conocido, en el centro del anfiteatro del parque de Los Castillos, vestido con pantalones de campana y haciendo break dance con pasión. Pasión siempre, en todo lo que ha hecho. Como cuando caminaba por las calles del municipio con una de esas radios gigantes que yo solo había visto en videoclips y en la película de Spike Lee “Haz lo que debas”. Del aparato salía el rap que pretendía diseminar por toda la localidad, plantando la semilla de la cultura hip hop entre los más jóvenes. Y en cierto modo, junto a otras tantas personas, lo logró.

De eso ha pasado mucho tiempo y muchas cosas y muchas buenas. Pero también malas, como que no haya habido la continuidad esperada de un movimiento que parecía invencible en estos lares. “Yo notaba que había chavales enganchados pero las políticas cambiaron. Antes del último alcalde se daban ayudas para que los chavales estuvieran en la calle activos y entretenidos. También había un centro joven en el que se llevaban a cabo actividades y donde yo he llegado a tener a treinta o cuarenta niños haciendo break dance conmigo. Pero se dejó de apostar por la juventud, en ese aspecto, al menos”, explica Casado.

No obstante, Wilyboy continúa intentándolo, de otra manera y con más edad. De hecho, el domingo 30, tendrá lugar Wäifest, un evento que se celebrará en el Centro Social Entrevías. De periferia a periferia. Once artistas urbanos (Musa 71, Chop, Beto Landsky, Banana, Pira, Unai Lobo, Naone, ImanolCilla, E. Gimeno, Oshe y el propio organizador) realizarán una exhibición conjunta que será una oportunidad para compartir y responder a todas las preguntas que puedan tener los asistentes.

María Eugenia Blázquez, la otra parte de Wäifest, es museóloga y viene del mundo de las Bellas Artes. Su formación le ha hecho caer en la cuenta de que, desde hace décadas, está desarrollándose una cultura popular brutal, lo cual ha provocado que, a día de hoy, los museos estén (también) en la calle. “La mayoría de las grandes galerías exponen las obras solo en vitrinas, nosotros queremos hacer una actividad participativa y ciudadana. En este caso, la cultura sale de la ciudadanía para la ciudadanía y con la ciudadanía”, comenta.

La idea de ambos es continuar llamando arte a lo que consideran que lo es, pero sobre todo, tratarlo como tal, profesionalizándolo y convirtiéndolo en algo que también podría ser una salida laboral, aunque naciera en la calle. O, quizá, debido a que salió de ella y lo luchó, y lo lucha y lo merece. No quieren quedarse en la exhibición, sino sumarle debates e interacciones entre diferentes disciplinas, que esté en todas las burbujas de la cultura. Pero sobre todo que vuelva, que no se vaya, que esté.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_