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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Macba y CAP. ¿Por qué no?

La ampliación del museo y la del centro de salud deben ser simultáneas, no podría entenderse de otra forma. Las dos son posibles y necesarias, además de complementarias

El espacio donde el Ayuntamiento propone que crezca el Macba o el CAP.
El espacio donde el Ayuntamiento propone que crezca el Macba o el CAP.Carles Ribas

La decisión del actual Gobierno Municipal de proponer, a tres meses de las elecciones, que se revoque la concesión de la capilla de la Misericordia, hecha al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) hace seis años, para que se construya en aquél espacio un nuevo Centro de Asistencia Primaria (CAP), nos lleva a pedir a los Concejales de los diversos partidos del Ayuntamiento que se concedan un breve tiempo de reflexión antes de tomar una decisión que, sin duda, condicionará el futuro del principal museo de arte contemporáneo de Cataluña. El Macba es un museo pequeño y frágil, pero que juega en la “liga de los grandes”, dentro y fuera de Europa.

Afirmamos que la ampliación del Macba y la del CAP deben ser simultáneas, no podría entenderse de otra forma. Las dos cosas son posibles y necesarias, además de complementarias. Contraponer cultura y salud a propósito de cesión de la capilla de la Misericordia no solo es un falso debate —incluso perverso—, sino una triste discusión, impropia de la Barcelona de 2019.

El Consistorio tendrá que tomar próximamente una decisión entre revocar la concesión, o construir el CAP en otro lugar del barrio. El actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, que defiende lo primero, improvisó hace algunas semanas cuatro posibles ubicaciones alternativas para la ampliación del museo, que fueron formuladas muy sucintamente, y sobre las que sus autores ya aceptan que tienen grandes incógnitas. A pesar de ello, merecen ser estudiadas técnicamente y en su caso validadas por la dirección del museo, además de por su máximo órgano de gobierno, el Consejo General, formado por el propio Ayuntamiento, el Departamento de Cultura de la Generalitat y el Ministerio de Cultura, además de la Fundación Macba.

También afirmamos que cualquier alternativa a la capilla de la Misericordia no debería ser aceptada por el Consistorio sin que exista previamente una solución consensuada por todas las partes implicadas. Una solución que sea viable, tanto técnica como políticamente, y que esté dotada de los recursos financieros suficientes. Hacerlo de otro modo sería asestar un golpe gravísimo al museo, ya que la ampliación nunca se llevaría a cabo y éste se vería limitado a sus espacios actuales indefinidamente. Las casi 6.000 obras que hay en sus sótanos, adquiridas con fondos públicos y privados se quedarían sin exponer quizá para siempre.

La segunda opción consiste en mantener la concesión de la Misericordia al Macba y construir un nuevo edificio para el CAP. No olvidemos que el Ministerio de Cultura y la Unión Europea han comprometido 5,5 millones de euros destinados a su ampliación a la capilla de La Misericordia. En relación a esta opción se han formulado dos propuestas para ubicar el nuevo CAP: una por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Generalitat, con la participación de técnicos del Ayuntamiento, y otra del Gobierno Municipal.

La opción de Patrimonio consiste en construir el CAP en un nuevo edificio anexo al que ahora ocupa, acortando así en 16 meses el tiempo de una hipotética construcción en la Misericordia. El CatSalut se opone a ello en base a un supuesto riesgo —que nunca ha fundamentado— de radiación electromagnética procedente de una subestación eléctrica adyacente. El dictamen del Col.legi d’Enginyers, consultado sobre este caso en concreto, concluye contundentemente que no hay ningún riesgo. El estudio demuestra con mediciones reales en una subestación idéntica actualmente en funcionamiento su total seguridad. Dado que no hay peligro en este caso tampoco lo hay en las 15 subestaciones idénticas que funcionan en lugares habitados y muy concurridos de Barcelona.

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Por otra parte, la propuesta del Ayuntamiento consiste en construir un nuevo edificio para el CAP junto al Macba, frente a la pared en la que ahora están los murales de Eduardo Chillida y Keith Haring. Nuestra respuesta es: ¿por qué no, si es posible?

Es urgente encontrar una solución a este triste debate, ahora contaminado por las próximas elecciones, y decidir qué es lo mejor tanto para los vecinos del Raval como para todos los ciudadanos de Barcelona y, en consecuencia, tomar decisiones integradoras que sumen y no excluyan ni confronten necesidades que, por razones distintas, son prioritarias en ambos casos.

Ignasi Aballí y Joan Anton Maragall son portavoces de la plataforma +Macba +Cultura.

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