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La división interna de Podemos pone en peligro su alianza electoral con IU

Errejón no acepta a Sol Sánchez (IU) como número dos, pero su partido sí

Juan José Mateo

El desencuentro que mantienen Íñigo Errejón, candidato del partido a la Comunidad, y Ramón Espinar, secretario general de Podemos en Madrid, tensó ayer al máximo las negociaciones de esta formación con IU para elaborar una lista conjunta para las autonómicas de mayo. Nada más anunciar Podemos que había llegado a un principio de acuerdo con IU que incluía aceptar como número dos a Sol Sánchez, Errejón desmintió la operación y aclaró que no acepta ese extremo del pacto. En consecuencia, IU dio un plazo de tres días para cerrar la negociación, que también afecta a la confluencia con el proyecto de Manuela Carmena en la capital y a otros municipios.

Iñigo Errejón, en una imagen de archivo.
Iñigo Errejón, en una imagen de archivo. FERNANDO VILLAR (EFE)

"El problema es la pelea interna entre la dirección de Podemos y su candidato. No hay comunicación alguna entre ellos". Las quejas que acompañaron ayer a los dirigentes de IU cuando acudieron a reunirse con los de Podemos se vieron inmediatamente reflejadas por el formato de la cita. En lugar de un encuentro bilateral, hubo tres partes negociadoras. A un lado, Podemos, con Espinar a la cabeza. Al otro, IU, con Álvaro Aguilera al frente. Y en medio, el equipo de Errejón, representado por Pedro de Palacios pese a que pertenece a la formación de Espinar. El resultado fue caótico.

Podemos anunció un pacto autonómico que incluía aceptar a la líder regional de IU, Sol Sánchez, como número dos de la lista conjunta, y reservar un 25% de los puestos para su formación. IU, por su parte, reconoció que ese es su objetivo en la negociación, pero matizó que esta no estaba cerrada. Y el equipo de Errejón desmintió directamente el acuerdo, subrayó que el candidato no acepta a Sánchez como su segunda —puesto que ahora mismo ocuparía Clara Serra, la portavoz parlamentaria de Podemos— y recordó el "largo historial de conflictos" entre el aspirante y Espinar.

Como consecuencia, IU abrió un plazo de tres días para intentar sellar la paz, lo que todas las partes consideran posible. De que los implicados superen sus diferencias depende el panorama electoral con el que la izquierda afrontará los comicios de mayo.

Así, las dos formaciones negocian desde hace semanas confluencias municipales. Ese proceso también ha desvelado un choque de intereses de difícil conciliación, que IU pide superar con la convocatoria de primarias para que las bases diriman las diferencias que no logran desencallar los dirigentes.

"Podemos está siendo excesivamente exigente en municipios, pidiendo cabezas de lista en lugares donde antes no han participado o donde estamos de igual a igual", explicaron desde IU antes de la cita de ayer, poniendo como ejemplo Coslada.

"Pero estamos negociando y las cosas, con sus tensiones, van avanzando", matizó un interlocutor de la dirección regional de Podemos. "Sin más".

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Incluso superando sus diferencias en todas esas circunscripciones, Podemos e IU tendrán aún que afrontar una negociación clave: su unión al proyecto de Más Madrid, con el que Manuela Carmena se presenta a la reelección en la capital. Que seis de los actuales concejales de Podemos decidieran no presentarse a las primarias de este partido, integrándose directamente en la nueva plataforma, refleja las dificultades que tendrán todas las partes para encontrar acomodo a sus representantes en la lista.

Desplazar al PP

Lo que une a los partidos de izquierdas es su deseo de sumar fuerzas para desplazar al PP del poder en mayo con una alianza a la que también se incorpore Equo, y que probablemente necesite de un pacto poselectoral con el PSOE para tener éxito.

Sin embargo, los estrategas de Podemos e IU negocian sabiendo que la lógica de las matemáticas —sumar aumenta el resultado— no siempre se aplica en política: las confluencias de las dos fuerzas en las elecciones generales de 2016 y en las andaluzas de 2018 obtuvieron peores balances que los cosechados por ambos partidos por separado en los comicios precedentes (se dejaron un 17% y un 32% de los votos, respectivamente).

"Pero no hay ninguna duda de que hay que confluir. Hay una voluntad ratificada por nuestra militancia en más de un 98% porque consideran que para salir a ganar en 2019 lo tenemos que hacer conjuntamente con nuestras fuerzas hermanas", dijo una segunda fuente de la dirección regional de Podemos en referencia a IU y Equo. "No hay debate", insistió. "Estratégicamente no cabe otra posibilidad", añadió. Y remató: "El mayor dato es que IU estuvo a punto de entrar en la Asamblea en las elecciones de 2015, y que si lo hubiera hecho ahora probablemente no estaría gobernando Ángel Garrido".

El decisivo diputado que la izquierda no sumó en 2015

Si algo espolea la alianza electoral entre Podemos, Izquierda Unida y Equo es saber que un solo diputado decidió que el Partido Popular siguiera gobernando en Madrid tras las elecciones autonómicas de 2015.

El Gobierno de Ángel Garrido, sustituto de Cristina Cifuentes, que dimitió por el caso máster, se sustenta sobre dos ingredientes que el pacto de estos tres partidos pretende corregir. Primero, que el resultado electoral fue tan ajustado como para que la investidura de Cifuentes saliera adelante por un solo voto, y únicamente tras un acuerdo con Ciudadanos. Y segundo, que Izquierda Unida no consiguió entrar en la Cámara regional porque no cumplió el requisito de sumar como mínimo el 5% de los votos emitidos (se quedó en el 4,14%), restando en el proceso 130.890 votos a PSOE y Podemos que bien podrían haberles dado ese escaño clave.

La confluencia de Podemos con Izquierda Unida intenta resolver ese problema. Sin embargo, a menos de cinco meses de las elecciones, ya negocian contra reloj.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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