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Madrid deja su sello en el ‘InSight’ de Marte

El medidor de viento, esencial para el trabajo de la sonda de la NASA, se ha diseñado y fabricado en Tres Cantos

Recreación de la sonda 'Insight' en Marte.
Recreación de la sonda 'Insight' en Marte.

Los ingenieros madrileños suman otro reconocimiento espacial. Después del Curiosity, cuyo rover tiene una antena de comunicación realizada en Madrid, ahora es el turno de la sonda InSight de la NASA. El artefacto, que acaba de aterrizar en el planeta rojo para analizar su actividad geológica, lleva consigo un pequeño pero esencial instrumento diseñado y fabricado en Madrid. Se trata de un medidor de viento y temperatura que se utilizará antes de que la sonda perfore el suelo marciano. Es una prueba más de la solidez de la industria espacial de la región.

El Twins —así se le ha bautizado, del inglés Temperature and Wind for InSight— se encuentra en ambos lados del InSight. Su trabajo es clave para la primera fase de la misión. El brazo mecánico de la sonda de la NASA explorará el interior de Marte hasta cinco metros. Pero, antes, necesita saber que la atmósfera está totalmente despegada. Aquí es cuando entran en juego los cilindros de 150 milímetros de ancho fabricados en Madrid. Gracias a sondas de calor, el Twins mide las ráfagas de viento. Así sirve de complemento al sismómetro para evitar falsas detecciones de sismos.

"Una ráfaga de viento podría mover la plataforma y leerse como un pequeño fenómeno sísmico", comenta José Francisco Moreno, al mando del equipo de 15 ingenieros de Airbus (más otros que se han sumado al proyecto), que ha elaborado ese instrumento pensado para funcionar a la perfección en su estreno.

Ese dispositivo, como todos los del Insight, mezcla tecnología de precisión y resistencia. Ha tenido que superar el despegue, siete meses en el espacio y un aterrizaje en Marte. Y ahora debe aguantar condiciones marcianas con cambios de temperatura de hasta 80 grados, y mucho polvo. "Desde el punto de vista de la ingeniería, es un reto complejo", explica Moreno. "Un gran éxito para la industria espacial madrileña, que no es casual. Contamos con ingenieros que tienen ideas muy interesantes y una inversión de muchos millones. Mandar una cosa a Marte no es nada sencillo".

La tecnología del Twins ha aprovechado la de otro artefacto, también fabricado en Madrid. Se trata de la estación meteorológica (REMS) que se encuentra en el Curiosity y que analiza la temperatura del planeta, además de la presión, la humedad y los niveles de radiación ultravioleta.

"Así que ahora [con el InSight] tenemos dos centralitas meteorológicas, ambas construidas en Madrid, que envían datos directamente a la Tierra y que los ingenieros españoles pueden analizar", mantiene Moreno.

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Eugenio Fontán, presidente del Cluster madrileño aeroespacial, añade que la estación meteorológica "resulta crucial a fin de poner en marcha los protocolos de protección en casos de tormenta de polvo, uno de los elementos críticos de la misión".

Polo tecnológico

Fontán recuerda, además, que las señales de la misión espacial de la NASA InSight se reciben y son procesadas en la sede en Villanueva de la Cañada del Centro Europeo de Astronomía Espacial. Y que otra entidad, el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, ha contribuido en el desarrollo de estos proyectos. "O sea, de Madrid al cielo se puede mejor decir, de Madrid a Marte", afirma el experto.

Airbus, que ha liderado el proyecto del Twins, tiene su sede en el polo de Tres Cantos. Este lugar, ubicado a veinte kilómetros de la capital, es una pequeña Silicon Valley espacial. Aquí trabajan decenas de firmas que han colaborado en las principales misiones internacionales de los últimos años. Se hallan empresas como Sener, que ha colaborado con Airbus en el Curiosity, GMV, empresa puntera en centros de control, o Thales, otro gigante del sector.

Algunas de las firmas que trabajan en Madrid también están colaborando en las misiones del futuro. Como la europea ExoMars y la estadounidense, Mars2020, ambas enfocadas en buscar vida en Marte. Y, de paso, preparar el terreno para un futuro viaje tripulado a Marte. "La tecnología la tenemos, solo se trata de encontrar la oportunidad", dice Moreno.

Última joya de un sector pujante

Rosetta. La sonda europea, lanzada en 2004, aterrizó diez años después en un cometa para analizar su superficie y enviar informaciones a la Tierra. La empresa madrileña GMV colaboró en el control de su trayectoria.

Galileo. Hasta 12 empresas españolas participan en el programa europeo de posicionamiento por satélite desarrollado por la UE. Muchas de ellas tienen sede en Madrid.

Curiosity y Opportunity. Antes del InSight, la NASA ha enviado otras dos sondas para bucear en Marte. Curiosity, el vehículo de exploración del planeta rojo, lleva una antena de comunicación fabricada en Madrid.

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