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UGT denuncia que los despidos de Sargadelos son un intento de “chantaje y coacción” a la plantilla

Asegura que el dueño de la empresa "ha condicionado el dejar sin efecto" su recorte de personal a que los trabajadores "firmen un documento en donde se exige la dimisión" de la representante sindical

Una operaria en la fábrica de Sargadelos pinta un plato.
Una operaria en la fábrica de Sargadelos pinta un plato.Óscal Corral

La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT en Galicia ha denunciado esta mañana el "claro chantaje y coacción" del accionista mayoritario de la cerámica Sargadelos, Segismundo García, a los trabajadores de la factoría de Cervo (Lugo). El sindicato asegura que tras el sorpresivo despido de 49 personas anunciado por el empresario a finales de la semana pasada se esconde la evidente intención de desembarazarse de la representante de este sindicato en la histórica fábrica de la Mariña lucense, con la que García mantiene un enconado enfrentamiento desde que tomó las riendas del negocio en quiebra durante la crisis.

"Rechazamos y condenamos abiertamente el nuevo ataque que de modo directo y personal dirige el consejero delegado a nuestra afiliada, trabajadora de la empresa y representante legal de los trabajadores de Sargadelos Rogelia Mariño", se solidariza UGT en un comunicado de prensa. "Durante más de 30 años ha venido siendo y es representante legal de los trabajadores, elegida por y entre sus compañeros", insiste. "Durante todos estos años en la empresa siempre demostró ser un ejemplo de mujer trabajadora y defensora de los derechos de la plantilla", "muy querida" entre los empleados, proclama el sindicato.

UGT informa además de que, después de un fin de semana de desconcierto tras el anuncio inesperado de recorte de la plantilla por parte del consejero delegado, el sindicato ha "requerido a la empresa para que aporte a la delegada de personal toda la información sobre los despidos efectuados y previstos". "De igual modo", siguen en su nota los representantes de los trabajadores, "queremos denunciar que en el día de hoy Segismundo García ha condicionado el dejar sin efecto los despidos efectuados y el no realizar ninguno más a que el personal de la empresa firme un documento, por él elaborado, en donde se exige la dimisión de Rogelia Mariño". Esta "exigencia" constituye "un claro chantaje y coacción a las personas trabajadoras, que, amén de ilegal, no permitiremos", avisan.

Con este fin, UGT avanza que solicitará de forma "inmediata" la "tutela judicial, incluso penal si fuese el caso, ante semejantes ataques que Segismundo García viene arremetiendo frente a la UGT y frente a dignidad de la trabajadora". El pasado febrero el juzgado de lo Social número 3 de Lugo declaró nulo el despido de Rogelia Mariño, presidenta del comité de empresa de la Fábrica de Cerámica de Sargadelos. La sentencia reconocía a la trabajadora la readmisión en su puesto en las condiciones previas al despido, el cobro de los salarios que no cobró desde diciembre de 2016 y una indemnización de 30.000 euros. Según su sindicato, Mariño Pernas fue despedida tras "cuestionar abiertamente", entre otras cosas, "la decisión de Segismundo García de aumentar la jornada diaria en media hora sin retribución".

El accionista mayoritario y consejero delegado de Sargadelos aseguró la semana pasada a este diario que en el presente la empresa cerámica va económicamente bien. Según García, los 49 despidos anunciados, 12 de ellos inminentes, no tienen que ver con la marcha del negocio sino con la "amenaza" de la representante sindical de exigir una subida de sueldo para estas personas. Los compañeros afectados por la decisión del dueño del grupo empresarial fueron contratados tras la quiebra y el concurso de acreedores en peores condiciones salariales que los empleados que sobrevivieron a la crisis en la planta de Cervo. García reconocía a El País que su recorte de personal, en un momento en que la firma crece en ventas y necesita producción, iba "en serio" y que, de paso, era "un pulso a los sindicatos y a los jueces de lo social y a la Inspección de Trabajo". "Algo que ya deberían haber hecho otros empresarios ante la altanería, soberbia e impunidad con que actúan", afirmaba.

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