Del lino a lo cibernético
La artista portuguesa Cristina Rodrigues (Oporto, 1980) exhibe su obra O sudário hasta el 14 de enero en Matadero
En Várzea de Calde, Viseu (Portugal), hay mujeres tejedoras que conservan los milenarios secretos de la elaboración del lino, uno de los materiales textiles más antiguos que se conocen. Hasta allí viajó la artista portuguesa Cristina Rodrigues (Oporto, 1980) para crear la instalación textil O sudário con motivo de la bienal de Colombo (Sri Lanka) de 2016 y que ahora se puede ver, hasta el 14 de enero, en el Centro Internacional de Artes Vivas, Matadero (Paseo de la Chopera, 14). En su instalación, situada en la Nave 10, Rodrigues combina el trabajo de 22 de esas tejedoras, paneles de cien metros de lino, con franjas de seda y cintas de raso, creando un diálogo entre tradición y modernidad que, como el resto de su obra, toca con la antropología, la etnografía, la sostenibilidad y reivindica el papel de la mujer como conservadora de las tradiciones culturales.
No es la única instalación con la que comienza el año Matadero. El belga Kris Verdonck tira en su trabajo, que se puede ver en la Nave 11 hasta el 7 de enero, por unos derroteros bien diferentes: la interacción futura entre humanos y tecnología, que aún no sabemos con certeza si será utópica o distópica, pero que, sin duda, resulta inquietante. Verdonck presenta un circuito de nueve instalaciones, bajo el título IN VOID II, en las que las relaciones entre seres humanos y máquinas no están del todo claras: ¿subordinación? ¿dominación? ¿colaboración?
Motores al desnudo, orquestas fantasmales, esculturas inflables, algunas de las piezas están inspiradas en las obras literarias de autores como J.G. Ballard o Franz Kafka, o en la música de Erik Satie. Aunque pueda parecer ciencia ficción viene muy al hilo de las controversias en torno a la Singularidad Tecnológica, teoría que pronostica un cercano salto a un nuevo tipo de humanidad que combine lo biológico con lo cibernético: la posthumanidad.