Un hombre para todo
Desde hace casi 20 años, Alfonso Pomeda, un vallecano nacido a mediados de los setenta, ha encadenado iniciativas que han dinamizado la escena electrónica de Madrid
Desde hace casi 20 años, Alfonso Pomeda, un vallecano nacido a mediados de los setenta, ha encadenado iniciativas que han dinamizado la escena electrónica de Madrid, siempre buscando la aventura y alejándose, en lo posible, de la comodidad del centro. Sus propuestas —en espacios no demasiado grandes, en horarios diferentes a los habituales y con músicas que no suelen ser las mayoritarias— han recibido la aprobación de un público deseoso de ideas frescas y diferentes.
Alfonso, más conocido como F-on, se ha visto involucrado en proyectos como Danceteria, Bauhaus, Morpheus, Skyline, Genesis, Sonikas… A todo esto habría que sumar una tienda de discos (Is the Place) rendida a la electrónica actual, una distribuidora y su participación en cuatro sellos (Downbeat, Eleve, Memories on Wax y Antimatter). Como se puede comprobar, su faceta de promotor, organizador y gurú de la escena madrileña es realmente inabarcable.
Hoy se le podrá ver pinchando en Alpenglühen, dentro del club Moroder, alternando ambient y techno de bajas pulsaciones. Por otra parte, sigue programando en el Café Populart, un espacio en el que tienen cabida los sonidos de raíz negra; esta semana con José Rico, el jueves; A Galan Called Angel, el viernes; e Ind0 & Clap Kent, el sábado. Ese mismo día, además, organiza Downbeat, su propia fiesta en la sala Siroco; el invitado será DaRand Land, veterano del deep house americano.
Su nombre también está detrás de dos de las propuestas más interesantes de las últimas semanas: A.A.M.M. (Asociación de los Amigos de la Música Moderna), un club privado con acceso restringido a socios; e Interclub, una fiesta en la sala El Sótano donde cada domingo se invita a cuatro colectivos diferentes de la ciudad: esta vez son Captcha, Troubled Kids, Coma y Femur.