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CRÍTICA: Fabio Biondi con la Orquesta de Valencia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Mirando hacia el XIX

Exquisitez y técnica en el arpa de Luisa Domingo

Fue este un programa asomado al siglo XIX, pero con los pies en el XVIII. Comenzó con la 49 de Haydn, una de sus sinfonías “Sturm und Drang”, que pone en escena el valor del sentimiento –y del sentimentalismo- tan caro al siglo XIX. Vino luego el op. 77 de Boieldieu, un concierto para arpa que muestra las mejoras técnicas que éste y otros instrumentos reclamaban para salir de la segunda fila donde andaban encorsetados. Y se concluyó con el Beethoven de Las criaturas de Prometeo: todo un catálogo de temas, motivos y procedimientos que se reencuentran luego, elaborados con mayor ambición, en otras obras suyas, pero que aparecen ya con ese sello de energía y dramatismo que los hace inconfundibles.

De esta obra sólo suele programarse la obertura, quizá porque el conjunto resulte un tanto deslavazado: habría que preguntarse, con todo, si lo es en mayor medida que muchas otras partituras de ballet cuando se escuchan sin el nexo argumental y escénico que la danza proporciona. Es una música, por otra parte, que exige numerosas intervenciones solistas a los miembros de la orquesta: flauta, fagot, violonchelo, clarinete, corno di basseto y oboe, intervenciones que resultaron impecables. Fabio Biondi consiguió, además, dar a los números el carácter bailable que les corresponde por naturaleza.

Obras de Haydn, Boieldieu y Beethoven.

Palau de la Música. Valencia, 16 de enero de 2015.

Arpa: Luisa Domingo.

Orquesta de Valencia.

Director: Fabio Biondi

No hubo tanta suerte con el Haydn inicial. Es cierto que no se contaba con instrumentos originales, y que la Orquesta de Valencia se mueve mejor en otros repertorios. Pero cabría suponer que la batuta de un especialista como Biondi ayudaría a superar problemas. Sin embargo, la falta de claridad en el tejido sinfónico y la sonoridad poco limpia siguió estando ahí, con excepción del Adagio inicial, donde todo el mundo parecía haberse puesto las pilas sobre la manera de traducir al compositor de Rohrau.

Similar hubiera sido el balance con el Concierto de Boieldieu de no ser por la solista, cuyas intervenciones encandilaron al público. Le faltó a la orquesta la exquisitez y el primor, valores sin los que esta partitura se derrumba. No fue así en lo que respecta a Luisa Domingo, cuyo instrumento sonó con un fraseo rico y natural, una noble presentación de las melodías, una pulsación ágil y certera, y un convincente abanico de sonoridades. Lástima que, en ocasiones, resultara tapada por la orquesta, sin que Biondi hiciera gran cosa por evitarlo.

Se escuchará de nuevo en Valencia al director siciliano el próximo día 25, esta vez con Europa Galante, conjunto muy ligado a él y a los planteamientos historicistas. Darán, en versión de concierto, Adriano in Siria, de Francesco Maria Veracini.

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