Demy y Varda, reencuentro en la Filmoteca
El centro repasa la obra del cineasta con presencia de su viuda
El cineasta francés Jacques Demy (Pontchâteau, 1931-París, 1990) vivió los bombardeos sobre la ciudad de Nantes, en la Segunda Guerra Mundial, con apenas doce años. Ese contacto precoz con la guerra le empapó de la sensación de que las cosas pueden desaparecer de un día para otro, y le llevó a dedicar toda su obra cinematográfica a captar esos breves momentos de felicidad. Así lo explicaba el otro día en la Filmoteca de Catalunya la también cineasta (y viuda de Demy) Agnès Varda, quien se acercó a Barcelona junto a su hija Rosalie Varda-Demy para inaugurar la exposición El món encantat de Jacques Demy, abierta en la Filmoteca hasta el 31 de enero de 2015.
La muestra, que se instala en Barcelona tras pasar por Tokio y París, recorre mediante documentos de todo tipo la vida y obra de este representante de la Nouvelle vague y director entre otros de los musicales Les parapluies de Cherbourg (1964), Les demoiseilles de Rochefort (1967) o Peau d'ane (1970). La exhibición irá acompañada de una retrospectiva de algunas de las principales películas de Demy y Varda, quienes pese a convivir durante años no perdieron sus respectivas personalidades cinematográficas. La selección incluye el film de Varda Jacquot de Nantes (1991), un homenaje a la infancia y la juventud del director a caballo entre el documental y la ficción, que Demy nunca pudo ver terminado.
"Esta exposición no es más que un pretexto para provocar ganas de ver las películas de Jacques Demy", manifestó Varda, horchata en mano, durante un encuentro con la prensa. Al visitar por primera vez la muestra, una versión "aligerada" de la original en París y comisariada por Mathieu Orléan, la cineasta frunció el ceño frente a una foto de Demy en la que éste luce una gorra de marinero: "Siempre se compraba gorros demasiado pequeños".
Sombreros aparte, la muestra provee a los fans de Demy de una sarta de curiosidades periféricas a la obra del cineasta; esbozos de decorados del director de arte Bernard Evein para varias de sus películas, fotografías de sus rodajes (incluyendo una serie de imágenes de la misma Varda de la ópera prima de Demy, Lola) o los óleos y fotografías hechos por el director en sus últimos años de vida, cuando sus películas empezaron a fallar y se distanció prudencialmente del mundo del cine.
La muestra también incluye sendos documentales realizados por los hijos de Demy; uno de ellos, hecho por Rosalie Varda, se centra en el rodaje de Model Shop (1969), el único film que el director grabó en Los Ángeles. "Los cineastas de la Nouvelle vague admiraban el cine americano, pero Demy fue el único en realizar una película allí", comentó el director de la Filmoteca, Esteve Riambau, "y el resultado fue Model Shop, una película totalmente extraterrestre".
Las ciudades, particularmente el Nantes de su infancia y más tarde Los Ángeles, son un elemento esencial en el imaginario de Demy; la exposición repasa también esta relación del director con las urbes de su vida, que varió a través del tiempo.
En sus dibujos de infancia, expuestos en la muestra, Nantes es simbolizada por el taller que su padre regentaba en la ciudad, mientras en películas tardías como Une Chambre en ville (1982), sus calles son filmadas de manera casi gótica. "Siempre rodaba sus películas en escenarios reales, ya fuera Nantes o Rochefort", apuntó Orléan.
Varda reivindicó asimismo la necesidad de restaurar digitalmente las antiguas cintas de Demy para acercarlas a las salas y al público joven: "Jacques era un encantador, un poeta, pero sobre todo era un técnico", apuntó, "y antes de morir en 1990 ya dijo que no quería que sus obras caducasen".
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