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Vila proyecta la conexión de las dos líneas de Ferrocarrils en Barcelona

El consejero antepone su propuesta a la finalización de todos los tramos de la L9

Dani Cordero

En pleno escenario de adelanto electoral, Santi Vila hizo ayer suyo el viejo proyecto de conectar las líneas de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) en Barcelona. El consejero de Territorio presentó el estudio informativo para prolongar la actual línea Llobregat-Anoia, que actualmente nace en la plaza de España, hasta la estación de Gràcia, por donde pasa la línea del Vallès. El planteamiento no supone la conexión física de las vías de ambas líneas, pero sí las acerca suficientemente como para dejarlas a un golpe de transbordo. La construcción no tiene fecha, aunque está prevista desde hace tiempo para antes de 2020, pero sí coste: 321 millones de euros. Y Vila dejó claro que, en su opinión, esa obra debería anteponerse a la finalización de la Línea 9 del metro, entre otras cosas porque solo tendría una tercera parte del coste.

Las obras de los 4,1 kilómetros de nuevo túnel significarían retomar el uso de tuneladoras en la capital catalana y la llegada del suburbano a zonas de la ciudad actualmente desasistidas. Es el caso de la plaza de Francesc Macià, una de las tres nuevas estaciones previstas, junto a las de Hospital Clínico y Gràcia y la remodelación de Espanya. Según el planteamiento anunciado ayer, la línea discurrirá desde la plaza de España por Gran Vía, girará para tomar la calle Urgell y tras superar la plaza Francesc Macià irá a buscar la Travessera de Gràcia, hasta Via Augusta. Se construirá en doble túnel, lo que permitirá que su profundidad apenas sea en algunos tramos de 18 metros y de 32 metros bajo las edificaciones de Francesc Macià.

Los cálculos del Departamento de Territorio elevan hasta 19 millones de usuarios anuales los que se beneficiarían de la prolongación de la actual línea 8 de FGC. De esos, 14 millones serían nuevos viajeros, lo que permitiría alcanzar los 37 millones de pasajeros anuales, un 38% más. El beneficio total estimado por la operación se acerca a los 42 millones de euros, si se tiene en cuenta el ahorro de tiempo, la reducción de los costes de uso del vehículo y la descongestión del tráfico urbano. El proyecto estima que de los 68.000 usuarios diarios que se beneficiarán de la obra, unos 9.000 abandonarán el uso del coche privado en sus desplazamientos.

Una parte llegará de los 57 millones de pasajeros que usan cada año las líneas del Vallès, el denominado metro del Vallès, que también ganarán conexión con L'Hospitalet de Llobregat. Ahora tienen que tomar el metro para saltar de una línea de FGC a otra.

"Estamos muy contentos de iniciar el trámite informativo de este proyecto, que resuelve una reivindicación histórica", explicó Vila. "Tenemos las cosas preparadas para cuando se puedan hacer. No estamos explicando un imposible", dijo ayer el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, ayer, consciente de que la actual situación financiera de la Generalitat no está para grandes inversiones y que esa prolongación de línea se plantea a medio plazo, si bien el proyecto constructivo podría estar listo el próximo año. La Generalitat, como ya hizo con su propuesta de lanzadera ferroviaria hasta las dos terminales del aeropuerto de El Prat, no descarta que la inversión se pueda efectuar gracias a la colaboración de las iniciativas pública y privada.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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