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Louzán gasta 1,2 millones en la sala de un museo renovada hace un año

La Diputación de Pontevedra remodela una instalación cultural que ya le costó 400.000 euros

Una de las salas del edificio Sarmiento, del Museo de Pontevedra
Una de las salas del edificio Sarmiento, del Museo de Pontevedralalo r. villar

“El mejor lugar para enseñar el reflejo de una sociedad pujante y preocupada por la cultura”, lo definió a finales de agosto del pasado año la ministra de Fomento, Ana Pastor, en el acto de inauguración. “La mejor visión panorámica de nuestra historia, a través de un recorrido integral y cronológico por la evolución de Galicia desde los vestigios de los más antiguos pobladores hasta el siglo XIII”, concordó y completó el presidente de la Diputación pontevedresa y del PP en esa provincia, Rafael Louzán. Pese a todas las bendiciones oficiales y a su valor reconocido, la exposición de lo mejor de Pontevedra y Galicia, que todavía no ha cumplido su primer año de vida, será desmontada en breve y guardada a la espera de un nuevo montaje. Más de 400.000 euros y un año de trabajos invertidos para nada.

 Lo que inauguraban el 21 de agosto Pastor, Louzán, la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo y el conselleiro de Educación y Cultura, Jesús Vázquez, era el Edificio Sarmiento, que después de tres años de obras y casi 30 millones de euros, completaba (junto con el llamado Sexto Edificio) el complejo del Museo de Pontevedra. La construcción había finalizado en enero de 2013 y cuatro meses antes se había convocado el concurso de museografía, el diseño del espacio y la instalación de las piezas, por un importe de 605.000 euros.

En el claustro y las dos primeras plantas del Sarmiento se destinaron a exhibir la vasta colección arqueológica del Museo de Pontevedra. “Se mostrarán en primicia algunos testimonios de los más antiguos pobladores de los que tenemos constancia en el Occidente peninsular”, señalaba entonces su director, Carlos Valle. En una visita a las labores de musealización, Louzán explicaba a los medios de comunicación que algunas de las piezas que se iban a exponer al público tenían un gran peso y tamaño. Había petroglifos procedentes de Poio y Cotobade, muestras de pintura rupestre en dólmenes de hace 6.000 años —”las más antiguas expuestas en un museo”, según la institución provincial— y elementos que se remontan a unos 500.000 años.

Sin embargo, el pasado 4 de julio salió a concurso la Creación del Centro Virtual de la Cultura Castreña, enmarcada en el proyecto DepoDeza, cofinanciado en un 70% con fondos europeos Feder, por un importe de 1.285.000 euros. A pesar su nombre, en el Centro de Visitantes de la Comarca de Deza, en el Castro Tecnolóxico (el enorme edificio que diseñaron los arquitectos Mansilla y Tuñón para Casa Consistorial de Lalín) solo se habilitarán 299 metros cuadrados, según el pliego de condiciones. La mayor parte estará en el Museo de Pontevedra: 680,87 metrps cuadrados “en el nivel de planta 1 del Edificio Sarmiento y se incluirá una intervención museográfica de enlace de la visita en la zona que une el ascensor del edificio Sexto con el acceso al nivel 1 del edificio Sarmiento”.

A ojos profanos parece algo confuso, pero la superficie de la planta primera del Sarmiento es 665 metros cuadrados. Es decir, se trata de cambiar la disposición museográfica de tres salas y el claustro del edificio al año de haber gastado en ello más de 400.000 euros de fondos públicos (esta planta, dado el volumen y valor de las piezas, suponía el 70% del coste total de 605.000). Fuentes del Museo rechazaron comentar las razones de esta medida, que atribuyeron al departamento de Cultura de la Diputación. “No es un cambio, se trata de aprovechar fondos europeos para vincular los hallazgos de los castros del Deza con el Museo de Pontevedra, y exponerlos de una forma didáctica”, explica la responsable provincial del área, Ana Isabel Vázquez Reboredo.

“Los contenidos de esa parte del museo, pese al valor arqueológico, son los de mayor dificultad interpretativa, y los niños ven trozos de piedra. De lo que se trata es de exponerlos de una forma menos clásica y más gráfica y tecnológica”, justifica la diputada, que también niega que se vaya a retirar todo lo montado y exhibido desde hace un año. “Recibiremos las propuestas técnicas [el plazo finalizó el pasado jueves día 8] y entonces veremos que plantean, si levantar parte o no, lo estudiaremos detalladamente”, explicó a este periódico.

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Sin embargo, en el documento de consultas fechado el pasado 30 de julio, una empresa inquiría: “Entendemos, según el pliego de condiciones, que la empresa adjudicataria será la responsable de quitar todas las piezas actuales de la exposición permanente, embalarlas y transportarlas a un lugar por ahora indeterminado, desmontar y retirar todas las vitrinas, pedestales y elementos que no se vayan a utilizar; volver a instalar solo las piezas que están en el anexo del concurso. Esta operación tiene un enorme coste, por lo que solicitamos la lista completa de las piezas que se retiran, con sus medidas. ¿Es obligatorio retirar todas las piezas, incluso las que regresarán a la exposición?”, quiere asegurarse una. La respuesta es: “Las piezas deben retirarse todas Posteriormente habrá que volver a mover las que finalmente se van a exhibir”.

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