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Los Casuals, a la juez: “Gracias, doña Elena”

Los acusados alaban a la presidenta del tribunal que ha de decidir si les condena

Jesús García Bueno

El juicio a la banda de los Casuals, la facción más violenta de los Boixos Nois, concluyó ayer de un modo insólito: cuatro de los 29 acusados aprovecharon su derecho a la última palabra para dar las gracias a Elena Guindulain, la presidenta del tribunal que deberá decidir en unas semanas si les condena por una ristra de delitos violentos: extorsión a dueños de discotecas, palizas por encargo e intentos de homicidio. El presunto jefe de los Casuals, Ricardo Mateo, afronta una petición de 120 años de cárcel.

“Quiero mostrar mi gratitud al tribunal por su honorabilidad y su savoir faire, y en particular a doña Elena por el equilibrio mostrado al poner orden en la sala con mano izquierda”, afirmó ante el micrófono César Muñoz, acusado de amedrentar a testigos y de tráfico de drogas. Muñoz, uno de los miembros de la banda que sigue en prisión provisional por este caso, también dio las gracias a una agente judicial que les garantizó la imparcialidad del tribunal ante “las calumnias de la prensa”.

La alusión al orden no fue gratuita: el pasado lunes, algunos casuals se amotinaron en la sala de vistas y amenazaron con marcharse del juicio en protesta por el aumento de las medidas de seguridad de la policía autonómica. Los acusados propinaron puñetazos a los mossos en uno de los incidentes más graves ocurridos en la Audiencia de Barcelona.

El estallido violento del lunes fue la culminación de un juicio repleto de incidentes desagradables

El estallido violento del lunes fue la culminación de un juicio repleto de incidentes desagradables, en el que los Casuals se hicieron amos y señores del escenario y convirtieron el juicio en un teatro: sonoros abucheos a los testigos díscolos y palmaditas en la espalda a los afines; advertencias a los periodistas, comentarios jocosos y almuerzos en plena sala. Muchos de los testigos clave del caso se desdijeron de sus acusaciones precisamente por temor a los jóvenes, con cuerpos de gimnasio y aspecto amenazante.

Ante tal panorama, la magistrada se limitó, en la mayoría de ocasiones, a llamarles la atención y reñirles. Cuando se reanudó el juicio tras el motín, preguntó uno a uno a los acusados: “Su abogado ha dicho que usted se comprometía a portarse bien. ¿Es así?”

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Los agradecimientos a “doña Elena” también llegaron de Alejandro Betoret, un abogado que encargó a otro de los acusados propinar una paliza a un hombre que había agredido violentamente a su hija. “De no ser por la mediación de su señoría, yo estaría muerto”, dijo Betoret. La fiscal, explicó, no le permitió ausentarse de las sesiones del juicio para acudir a diálisis; la magistrada, sí. “La fiscal no tuvo piedad”, añadió.

Otro acusado admitió que el caso le ha “amargado la vida”, pero matizó que su sufrimiento ha sido menor gracias a la magistrada. “Soy inocente. Y del Real Madrid. Si esta gente fuera tan radical del Barça, ya me habrían matado”, dijo. Joel Ramírez dio las gracias a su abogado “y a usted en especial” —hablaba a Guindulain— y también usó los colores de su equipo para alejarse de los Casuals: “No pertenezco a nada. ¡Yo soy del Real Betis Balompié hasta la muerte!”.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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