Un búnker para repasar la guerra
Carteia pretende convertir en museo uno de sus sistemas defensivos más recientes
Ahora mismo está sin vestir. En 1939, como parte del plan de defensa de los vencedores de la Guerra Civil frente a posibles ataques desde Gibraltar, se construyeron en la costa gaditana unas 500 fortificaciones. Tres de ellas, dos búnkeres y un nido de ametralladoras, se fijaron en el enclave arqueológico de Carteia (San Roque). Ahora, como un nuevo atractivo de este floreciente yacimiento, se prepara la musealización de uno de los búnkeres, el que miraba al río Guadarranque. “Queremos vestirlo y hacerlo cercano a la gente”, resume animado el coordinador de este enclave, Manuel Jaén.
Carteia ha batido en 2012 su récord de visitantes con más de 6.000, un 12% más que el año pasado. Es la marca ya batida desde que abrió en 2011. Este logro se atribuye fundamentalmente a una importante campaña para mejorar la comunicación del enclave con más presencia mediática, mejores señalizaciones en la carretera y una apuesta por divulgar sus actividades con mayor brío. También se han incrementado las posibilidades de visita, al abrirse hace justo un año el búnker militar.
Carteia ha batido en 2012 su récord de visitantes con más de 6.000, un 12% más que el año pasado
Al visitante le recibe ahora un largo pasillo de 28 metros. El búnker está dividido en dos estancias simétricas en cada extremo y una en el centro. Allí se ubicaban ametralladoras y cañones de 45 milímetros. “Nunca se usó en acción de guerra pero sí estuvo guarnecido, con su tropa dentro”, explica Jaén. Su misión era proteger la retaguardia. Por eso mira al Guadarranque y la playa y no a la bahía de Algeciras. Lo que pretende el proyecto de musealización es una iniciativa pionera en España y es fomentar la divulgación sobre la vida de guerra recreando la vida cotidiana de los soldados que allí se encontraban. “Colocaremos el armamento, los enseres propios de los militares. Habrá paneles explicativos sobre esa época. Será un trabajo divulgativo y didáctico para crear sensaciones, emociones y empatía en el visitante. Recrearemos la vida en una cámara de tiro”, avanza el coordinador del enclave arqueológico. “En Cartagena y Almería se ha hecho algo parecido pero en refugios, no en un búnker como este”.
El búnker y su museo servirán para reforzar la intensa oferta de este espacio en San Roque, que ha ido progresivamente, desde 2001, incrementando sus actividades y posibilidades, gracias a la colaboración de la administración con la empresa privada, con el apoyo de la refinería Cepsa.
El circuito de visitas contempla restos desde el siglo IV antes de Cristo hasta la actualidad
La importancia arqueológica de Carteia es indiscutible. Es uno de los mejores resúmenes de la historia de Andalucía. La ciudad ejerció de fortín, elegida por su posición estratégica para dominar el río Guadarranque y el mar Mediterráneo. Los arqueólogos calculan que fue en el siglo VII antes de Cristo cuando se creó aquí una factoría fenicia. Después ejerció de primera colonia romana asentada fuera de suelo itálico, precisamente seleccionada para competir con la fuerza comercial de los fenicios. Y, a partir de ahí, pasaron todas las civilizaciones hasta la Segunda Guerra Mundial. El circuito habitual de visitas contempla restos desde el siglo IV antes de Cristo hasta la actualidad. Incluye un gran templo, las termas, varias viviendas, calles y una factoría de salazones de época romana. Hay también una muralla púnica, una necrópolis visigoda, una torre vigía del siglo XVI y el búnker del siglo XX. También hay un teatro romano, aunque solo se puede contemplar en visitas extraordinarias.
La idea del búnker musealizado servirá para consolidar la oferta más contemporánea y añadir un atractivo novedoso al enclave. En el año que lleva abierto al público ha tenido una gran aceptación entre los asiduos a Carteia, muchos procedentes del turismo de la Costa del Sol. Los trabajos, con el apoyo económico que permite la colaboración pública y privada, pretenden terminarse en el primer semestre de 2013. De momento, el búnker desnudo cumple un año abierto. Pronto se vestirá de guerra.
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