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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Jugando al ‘Monopoly’: ¿G-3 o G-4?

Se perfila un panorama con tres grandes potencias a una enorme distancia del resto que hace pensar en un G-3, formalizado o no, dirigiendo la política mundial

Hace unos días en Sant Benet de Bages, el pequeño incidente que, sobre el papel de Cataluña en el mundo hubo entre Javier Solana y Jordi Pujol, eclipsó el contenido de la interesante conferencia de Solana sobre el reparto mundial del poder. Me interesaron algunos datos que usó y he querido profundizar en ellos, buscando fuentes y haciendo comparaciones que sus palabras me sugirieron. Lo he hecho sobre todo con la intención de tener una imagen de las previsibles posibilidades futuras de Europa en las relaciones económicas y políticas internacionales.

He tomado como elemento de comparación la riqueza de cada país según el PIB. Las cifras actuales que utilizo son rigurosas (datos del Banco Mundial sobre el PIB de 2011, expresado en billones de dólares, según el método PPA [paridad de poder adquisitivo]). Las estimaciones sobre la futura evolución de las mismas tienen un amplio margen de variación, ya que son fruto de las distintas fuentes que he consultado, de los distintos métodos de simulación y de las distintas hipótesis en las que se basan. Son estimaciones mías, no son tan rigurosas, pero su posible fluctuación no cambia en absoluto el sentido de las tendencias que se observan y, por tanto, no invalidan las conclusiones.

El juego consiste en describir cuál puede ser dentro de tres décadas, la posición relativa de algunos países y, sobre todo, de algunos grupos de países. Los grupos que he escogido son cuatro: 1. El histórico G-7, los siete países occidentales más ricos, que durante años ha tenido un enorme peso en la política mundial. 2. El que algunos llaman ahora el E-7, los siete países emergentes más dinámicos, todos fuera de la órbita occidental. 3. La zona euro. 4. La UE-27. Jugando a sumar, predecir y comparar (con los márgenes de error que ya he dicho) he obtenido los siguientes resultados:

Datos oficiales de 2011. PIB de los países: 1. EE UU, 15,3 billones; 2. China, 11,4; 3. Japón, 4,4; 5. India, 3,7; 6. Alemania, 3,1; 7. Rusia, 2,4; 8. Reino Unido, 2,3; 9. Francia 2,2, y en el puesto 13, España, 1,4. Respecto al PIB de los grupos: G-7, 30,5 billones; E-7 24,5; UE 15,3, y zona euro, 12,2.

Obsérvese que la UE ha alcanzado ya el PIB de EE UU, China se le acerca rápidamente y la India ha sobrepasado a Alemania, Rusia y Reino Unido. La zona euro es similar a China, el grupo E-7 pesa casi tanto como el G-7 y la UE, si actuara unida, pesaría en el actual G-7 tanto como EE UU.

Datos aproximados en 2040. Previsión del PIB de los países: 1. China, 45 billones; 2. EE UU, 34; 3. India, 28; 4. Brasil 8; 5. Japón, 7; 6. Rusia 6; 7. México 6; 8. Alemania, 5; 9. Reino Unido, 5; 10. Indonesia 5; 11. Francia 5, y en el puesto 16, España, 3. Sobre la previsión del PIB de los grupos: E-7, 110 billones; G-7, 60; UE, 30, y la zona euro, 26.

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Antes de 2015 India estará por delante de Japón, y antes de 2020, China sobrepasará a EE UU y Rusia, a Alemania. En 2040, China e India sumarán más que todos los países del G-7 juntos, y el grupo que hemos llamado E-7 sumará casi el doble de riqueza del G-7.

Si las tendencias que se desprenden de las simulaciones efectuadas se cumplen, cosa que seguramente no será exacta, pero no hay razones para pensar que sean muy diferentes, se desprenden algunas conclusiones interesantes:

El siglo XX fue, primero, el siglo de Europa y luego el norteamericano. Ahora, estamos ya entrando en el siglo de Asia, que tendrá pronto cuatro países entre las 10 primeras economías del mundo.

Se perfila un panorama con tres grandes potencias (China, EE UU e India) con PIB por encima de los 30 billones, a una enorme distancia de los siguientes (Brasil, Japón y Rusia, ningún europeo), que no llegarán a los 10 billones. Esto hace pensar en un G-3, formalizado o no, dirigiendo la política mundial. El resto, todos los europeos incluidos, comparsas.

Hay una alternativa menos dura. Puede haber un G-4 si la zona euro se convierte en un poder compacto, ya que tendrá un PIB parecido al de EE UU o India. Se me ocurren tres preguntas clave: ¿Entrará Reino Unido en el euro o saldrá de la UE? ¿Llevarán los crecientes intereses comunes de Alemania y de Rusia a una debilitación de la UE o, al revés, a plantear una UE del Atlántico a los Urales? ¿Mantendrá Turquía el interés en acceder a la UE o derivará hacia el papel de país líder de Oriente Próximo?

El juego es apasionante, su resultado es preocupante, y parece que los actuales líderes europeos están mirando a otra parte…

Joan Majó es ingeniero y exministro.

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