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EXTERIOR / DÍA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Banda Sonora Original

Envidio al que puede tocar una guitarra en cualquier sitio

La música siempre ha tenido mucha presencia en nuestra ciudad. Antaño era una cita obligada para muchos grandes artistas: casi todo el mundo pasaba por aquí, y no sé por qué dejaron de venir. Cuando uno ojea el programa de la Aste Nagusia la música vuelve a estar en primer término: orquestas, txarangas, pasacalles, conciertos en Sagüés y así una lista interminable. Me alegra. Creo que la música es el lenguaje más universal, la entendamos o no.

Nunca olvidaré cómo mi tío Salvatore cantaba por los Doors en su propia lengua de wachiney, quien no lo ha hecho. Mi sorpresa llegó cuando mi mejor amigo, gran músico y compositor, me enseño cómo trabajaba sus temas y la importancia del wachiney en el proceso creativo: primero la melodía, cantando en esa lengua que todos llevamos dentro, y luego la letra, adaptándola a la sonoridad.

Creo que siempre he sido un músico frustrado. Envidio al que puede tocar una guitarra en cualquier sitio. Para un cineasta el lío siempre es mayor: cámara, actores, ordenador para montar,... El viaje es más complicado y me gustaría tener esa sencillez de infraestructura.

Hace unos días, salió en la prensa un estudio que explicaba que los parámetros musicales se han empobrecido muchísimo en los últimos tiempos, como escribir un libro o esta columna tan solo con 10 palabras: se podría seguramente, pero sería infinitamente más pobre.

Es una tristeza que las radios estén llenas de grupos que clonan la fórmula hasta la saciedad. A ellos los entiendo; a los que entiendo menos es a los productores en general, aunque hablar de esta raza nos llevaría varios tomos.

Hablando de música, hoy tenemos la suerte de poder disfrutar de una gran banda, Joe La Reina, en las terrazas del Kursaal. Es un grupo de folk joven con grandes letras y un presente y un futuro más que prometedores, a pesar de ir a su aire. En estos tiempos de exaltación de la mediocridad no perdamos la oportunidad de escucharles. Una leyenda del folk ya vino a tocar a la playa hace un tiempo; escuchemos a sus más aventajados discípulos.

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