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‘El corazón del daño’, una obra magistral

La escritora argentina María Negroni publica una novela autobiográfica con una narradora marcada por la ausencia emocional de la madre durante la niñez

Retrato promocional de la autora María Negroni, cedido por LITERATURA RANDOM HOUSE. Fotografía: Alejandro Guyot
Retrato promocional de María Negroni, cedido por Random House.Alejandro Guyot

Pensemos en una imagen de El corazón del daño. La narradora, niña aún, escucha el asma de su madre. El asma es “una tortura que nubla los sentidos”, pero también, y sobre todo, la metáfora que se carga los atributos de la madre: una agonía que la aísla y la muestra severa y jadeante. Es el sentido de la inadecuación de la madre, el egoísmo de su dolor. La niña, desde su habitación: “Esperaba en vano que ella me cantara un arrorró, que dejara el pasillo para venir a sentarse a mi lado”. Pero la madre no acude y la niña permanece “en algún fin que el mundo contuviese”. “Cosa rara crecer”, escribe, “una se rodea como puede, si no de afecto, al menos de presencia, de caparazón”. Y un poco más adelante la narradora dice: “Muchas veces pensé que el pasillo —la interminable sustracción del amor que ese pasillo instauraba— me había bendecido”.

Es decir: ante la ausencia de la madre, la niña desarrolla una capacidad de “metonimia” (referirse a una cosa con el nombre de otra con la que está relacionada por contigüidad). Es el pasillo, aquello que la separa de su madre, precisamente lo que se carga de una materia maternal. Pero también es su ausencia. Y, más aún, es esa ausencia (esa desposesión) aquello que la bendice: es un umbral. Porque si la resta que somos se apropia de las posibilidades de ser cualquier cosa mediante la imaginación, entonces estamos bendecidos, todo lo poseemos.

Disculpen que haya empezado tan al grano, pero no se me ocurre un ejemplo mejor de las posibilidades más extremas de la escritura para crear realidad, para mostrar a la vez cómo opera la literatura (por contigüidad antes que por mímesis) y aquello que hemos dado en llamar poesía: ese lenguaje que es siempre más que lo que nombra, porque incluye la palabra y su imposibilidad.

No obstante, sugerir que El corazón del daño es poesía sería quedarse corto. María Negroni (Rosario, 1951) es una de las grandes poetas argentinas de estas décadas, pero de una manera extraña sus libros de poemas pueden parecer siempre otra cosa: ensayos, por ejemplo. ¿Y qué es El corazón del daño? Una obra narrativa hermanada (por acoso y exactitud) con las de Clarice Lispector, la Nathalie Sarraute de Infancia o Marguerite Duras. Una lección de escritura.

Entre madre e hija existe ese indudable amor que hoy llamaríamos tóxico

La relación de la autora con su madre centra el material autobiográfico del que se nutre este libro. Estas “vidas dañadas” (en expresión de Adorno, un referente de esta escritura) se orbitan y, para existir, no pueden dejar de mirarse. Entre madre e hija existe ese indudable amor que hoy llamaríamos tóxico. Pero El corazón del daño, con su ajuste de cuentas (“la virulencia es la lujuria del dócil”), también es una autobiografía en un sentido más amplio. Surge del esfuerzo de habitar con escritura la propia vida, quién sabe si para darle un sentido o quitárselo: las primeras lecturas formativas, el compromiso político en los años de la dictadura militar, el exilio voluntario en Nueva York, el regreso y los cuidados de la madre anciana.

La madre como motor de la escritura en su dureza y en su ausencia. La escritura como lengua materna inhabitable. Una obra magistral.

Portada del libro 'El corazón del daño', de María Negroni. EDITORIAL LITERATURA RANDOM HOUSE

El corazón del daño

Autora: María Negroni.


Editorial: Random House, 2023.


Formato: tapa blanda (144 páginas, 17 euros), e-book (7,59 euros) y audiolibro (9,89 euros).

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