Las 12 canciones esenciales del rock andaluz, por Derby Motoreta’s Burrito Kachimba
El grupo sevillano crea para ‘Babelia’ una guía básica de un género que les apasiona, la fusión del flamenco con lo progresivo
En poco tiempo Derby Motoreta’s Burrito Kachimba han conseguido al menos dos cosas importantes: que nos acostumbremos a su cachondo nombre y ya no nos provoque risa, y rescatar una música que parecía olvidada para siempre. A finales de los sesenta surgió algo muy importante en España: una música que daba identidad a este país, el denominado rock andaluz. Ya no se iba a imitar a los Beatles, a los Rolling Stones o a Jimi Hendrix. No. Se trataba de crear algo con raíz flamenca, pero que sonase también a rock.
Aquello duró toda la década de los setenta, pero con la llegada de los ochenta la modernidad pop se lo llevó por delante, quedando solo algunas briznas. Cincuenta años después del nacimiento del rock de raíces o andaluz una banda de Sevilla, Derby Motoreta’s Burrito Kachimba, lo reivindica y lo hace más psicodélico y virulento. Acaban de editar su segundo disco, Hilo negro, y el 27 de mayo actúan en el madrileño festival Tomavistas, que se ha adaptado a los tiempos para conformar un sugerente cartel nacional. Cada día (doce jornadas, del 21 de mayo al 25 de julio) actúan dos grupos para 2.000 personas. Algunos de ellos son Triángulo de Amor Bizarro, La Bien Querida, León Benavente, Joe Crepúsculo, Manel o Califato ¾, otro grupo que apunta al flamenco, esta vez combinado con música electrónica.
Nuestro guía por las canciones esencias del rock andaluz será José Manuel Cabrera Scott Gringo (Sevilla, 37 años), guitarrista y compositor de Derby Motoreta’s Burrito Kachimba. Los cinco miembros del grupo han elegido las doce canciones y él será el portavoz. Gringo anuncia: “Ha sido un dolor, porque hay mucho material. Hemos decidido seleccionar lo que más nos palpita, lo que más conexión tiene con nuestra música”. Gringo define la materia de la que vamos a hablar: “El rock andaluz es un movimiento que apareció a finales de los sesenta y principios de los setenta en el sur, principalmente en Sevilla. Jugaba con el rock progresivo y psicodélico de la época y con la raíz flamenca”.
Estas son sus doce esenciales...
‘Flamenco Rock’ y ‘Bulerías’ (ambas de 1970), por Sabicas con Joe Beck
“El disco que grabaron el guitarrista flamenco Sabicas y el estadounidense Joe Beck, Rock Encounter (1970), se considera la primera experimentación entre el rock y el flamenco. Algunos dicen que Gualberto algún año antes ya tocaba All Along the Watchtower (la canción de Bob Dylan, pero en versión de Jimi Hendrix) mientras los gitanos hacían palmas. Pero de eso no hay constancia grabada. Así que en el disco de Sabicas con Joe Beck está el germen de todo. Ahí se nota una experimentación sónica más cerebral que de corazón, aunque en la canción Flamenco Rock existen un par de momentos de salvajismo donde se huele ya a los Smash. En Bulerías se escucha al batería guiri intentar coger el ritmo de la bulería. Debería estar pensando: ‘Esto qué coño es, dónde está el patrón”.
‘El garrotín’, ‘Ni recuerdo, ni olvido’, ‘Tangos de Ketama’, ‘Tarantos’, ‘Alameda’s Blues’ (todas de 1971), por Smash
“Hemos cogido todas las canciones que tiene Smash con Manuel Molina, porque es lo que más nos hace vibrar de la fusión del flamenco con el rock. A nosotros nos flipa Triana, pero es una cosa más limpia y destilada. Los Smash eran los Pink Floyd de Syd Barret y Triana los Pink Floyd de Wish You Were Here. Los dos grupos parten del mismo concepto, pero van por caminos diferentes. Los Smash tienen esa garra primitiva de los hombres de las praderas con un taparrabos avanzando por la selva con las guitarras de palo. Esas cinco canciones son las únicas que grabó Smash con Manuel Molina”.
El garrotín. “La primera que escuché de Smash. Fue en una fiesta cuando tenía 18 años. Cuando sonó dejé de hablar inmediatamente con la persona que estaba hablando y fui a preguntar qué era eso. Me agarró del pecho. Cambió la vida de todos los Motoreta”.
Ni recuerdo, ni olvido. “Mi tema favorito de Smash. Arranca como si fuera una banda de rock y avanza para que entre la guitarra de palo. Luego canta el Molina: ‘Y es que me quieres matar…’. Más tarde la guitarra y la batería están intentando agarrarse al bajo. Hay un momento en el que casi se rompe la canción, pero se recupera en un final trepidante”.
Tangos de Ketama. “Una progresión dentro del tango. Con esa dualidad entre el inglés y el español. El momento guiri y luego el gitano es que me destripa la cabeza”.
Tarantos. “El revoltijo Smash, pero en plan diversión. Se parece un poco a El garrotín”.
Alameda’s Blues. “Traducían las letras antiguas del flamenco al inglés. Una locura. Es que la escuchas y dices: ‘Pero estos tíos quiénes son. Yo quiero ser sus colegas’. Arranca como un blues con mucha garra y luego aparece Manuel y lo aflamenca todo”.
‘Abre la puerta’, ‘Sé de un lugar’ y ‘En el lago’ (los tres de 1975), por Triana
“El primer disco de Triana, El patio, al que pertenecen estas tres canciones, lo tenía mi padre en vinilo y es uno de los álbumes de mi vida. Lo he mamado desde muy chico. La música de Triana tiene algo muy especial. Es de mirarse para adentro. Es música para cerrar los ojos y viajar. Eso lo tienen muy pocos grupos. Tiene mucha magia. Es un disco que me lo pongo siempre entero, de la primera a la última. Esto es rock andaluz destilado. Mientras Smash y Veneno es salvaje, aquí todo está en su sitio. Y las letras son para tatuártelas”.
“Abre la puerta es el arranque perfecto. Es cuando vas a Port Aventura y estás pensando en todo lo que te vas a montar. La letra de Sé de un lugar habla de uno de los aspectos que menos se ha comentado del rock andaluz: reivindicar la manera de ser y de sentir de los andaluces. Es muy andalucista. Y luego está En el lago, ese gran viaje lisérgico”.
‘Indiopole’ (1977), por Veneno
“El disco Veneno (1977), de Veneno, es muy importante para nosotros. A día de hoy es todavía un disco de vanguardia. Y tiene casi 50 años. Es increíble. Indiopole, que es una canción instrumental, nos flipa porque es lo más rock andaluz de todo el disco. Es un delirio progresivo-flamenco-gitano. Con los hermanos Amador con las dos guitarras de palo. Es alucinante el viaje que se pegan los tíos”.
‘La leyenda del tiempo’ (1979), por Camarón de la Isla
“Este tema es un manual de rock andaluz. Lo tiene todo: un palo flamenco, instrumentos eléctricos, a Raimundo Amador tocando el bajo que es una locura, Camarón cantando, psicodelia… Es la piedra Rosetta del rock andaluz. Y todo en tres minutos y medio”.
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