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Milei, el ‘tuitero en jefe’ que despide, insulta, disciplina y persigue

La rabieta del presidente argentino contra la cantante Lali Espósito es el último ejemplo de su manejo de las redes sociales, donde insulta a sus opositores y alienta las burlas a sus detractores

ARGENTINA - JAVIER MILEI - TWITTER - X
GETTY
José Pablo Criales

Durante la última semana, los argentinos se enteraron de que la inflación anual ya superaba el 250%, que la energía aumentaba un 150% y que el Gobierno no tenía intención alguna de actualizar el salario mínimo, el más bajo de la región después de Venezuela. Hasta la expresidenta Cristina Kirchner abandonó meses de silencio para confrontar por primera vez con el presidente, el ultraderechista Javier Milei. La agenda pública, sin embargo, ha sido acaparada por las rabietas del mandatario contra una de las artistas más populares de Argentina, la cantante pop y actriz Lali Espósito.

Milei lleva semanas insultando a través de su perfil de X a Espósito, a la que acusa de “vivir del Estado” y “robar comida a los niños pobres” por haber cantado alguna vez en un festival financiado con dinero público. Espósito, de 32 años, trabaja como actriz desde los diez y, con cinco discos publicados en la última década, el año pasado se convirtió en la primera mujer de su generación en llenar de fans un estadio en Argentina. Estos datos han sido irrelevantes para los miles de seguidores que, alentados por un me gusta o un retuit del presidente, han inundado las redes con mensajes violentos contra la artista. La saña escaló este jueves, después de que Milei volviese al ataque en una entrevista televisiva y dedicase unas tres horas a avalar centenares de mensajes de sus seguidores contra una artista que osó decir en público que no estaba de acuerdo con sus políticas. No fue la primera vez que el mandatario alentaba un ataque dirigido a sus opositores a través de X.

Las redes sociales de Javier Milei se han convertido en la agenda oficial de su Gobierno. El presidente pasa un promedio de dos horas diarias en la red social, según ha reconstruido un sitio web independiente que monitorea la actividad de su perfil en X. Solo durante la última semana, el ultraderechista ha compartido más de 2.000 posteos, entre elogios de sus seguidores e insultos a sus detractores. A través de X, y siempre a partir del me gusta a algún perfil anónimo, Milei ha adelantado cambios en su gabinete, despedido a funcionarios y alentado una cacería de brujas contra los diputados que se opusieron a sus grandes proyectos legislativos. En la lista de víctimas están desde Lali Espósito hasta al presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab.

“Klaus Schwab está siendo atendido por un equipo médico, empezó a convulsionar y escupir espuma por la boca mientras escuchaba el discurso del presidente Milei”, fue uno de los mensajes irónicos que replicó el presidente argentino la madrugada del 18 de enero, después de haber participado en el foro de Davos, la gran reunión empresaria organizada por el economista alemán.

Ante una sala medio vacía que lo escuchó atónita, Milei había despotricado el día anterior contra “el socialismo que ha cooptado al mundo” y llamó a los empresarios reunidos a “no ceder ante el avance del Estado”. Tras las burlas que generó su discurso, el presidente pasó la noche revisando sus redes. “Javier Milei dejando Davos después de decirle a Klaus Schwab que se vaya a la mierda”, decía otro de los mensajes que reposteó el presidente, que venía ilustrado con la imagen de un guerrero musculoso escoltado por dos mujeres que cargaban su falo a hombros.

Casi una semana después, en medio de una tensa disputa por la distribución de dinero público entre el Gobierno federal y las provincias, Milei despidió a su ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, acusado de filtrar a la prensa los presuntos insultos del presidente hacia los gobernadores durante una reunión de Gabinete. La única confirmación del despido fue durante horas un me gusta del presidente a un seguidor anónimo que afirmaba que el ministerio de Infraestructura bajaría de rango para convertirse en una secretaría a cargo del Ministerio de Economía. Lo dicho por ese militante anónimo fue confirmado la noche del 26 de enero por el Gobierno, con el argumento de que Ferraro renunciaba por motivos personales.

Guillermo Ferraro, exministro de Infraestructura despedido por Milei tras 45 días de Gobierno.
Guillermo Ferraro, exministro de Infraestructura despedido por Milei tras 45 días de Gobierno.Cámara de Diputados de la Nación

Otro despido similar ocurrió después de que la gran ley de desguace del Estado impulsada por Milei fuera tumbada en el Congreso. El pasado 7 de febrero, Milei compartió un mensaje contra de Osvaldo Giordano, ahora exdirector de la administración de la Seguridad Social, que le acusaba de estar casado con una diputada que votó en contra del proyecto. “Deberían echarlo inmediatamente por traidor”, decía el mensaje de otro usuario anónimo. Giordano, funcionario cercano al peronismo federal que había entrado al cargo como parte de las alianzas del Gobierno de Milei, fue despedido al día siguiente.

Esa fue la última rabieta de una cacería de brujas que Milei había iniciado a principios de febrero mientras viajaba en visita oficial a Israel e Italia. Su primera gira presidencial coincidió con la votación de su ley de desguace del Estado en el Congreso y, una vez rechazada, el presidente se encargó de señalar uno por uno a los “traidores” que habían aceptado negociar reformas, pero que en última instancia rechazaron, entre otras cosas, darle facultades legislativas especiales. “IMPERDIBLE HILO. Aquí podrás mapear algunos de los nombres de la casta empobrecedora con sus caras…”, fue el mensaje del presidente al compartir el posteo de uno de sus seguidores que señalaba a los diputados en una suerte de lista negra.

Con Lali Espósito, el presidente fue especialmente agresivo. La apodó “Lali Depósito”, compartió imágenes hechas con Inteligencia Artificial que la mostraban huyendo con bolsas de dinero ante la mirada triste de niños famélicos, y hasta la acusó de usar una pista en lugar de cantar durante sus conciertos. Todo porque la artista, en agosto del año pasado, tuiteó que le parecía “peligrosa” y “triste” su victoria en las primarias presidenciales.

“Usted es el capitán de un barco en el que viajamos todos, los que lo votaron y los que no, y por eso deseo que el camino que elija lleve a todos a un mejor lugar, democráticamente acepto el camino que eligió la mayoría y desde el respeto quiero tener la libertad de poder pensar distinto”, le escribió la artista el jueves en una carta pública. “No creo en el camino sea la falta de respeto y la descalificación sin sentido”. Con gran parte del sector cultural en su contra, incluidos algunos periodistas de sus medios más afines, Milei respondió por la noche en una entrevista radial. “Ella empezó”, se defendió.

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Sobre la firma

José Pablo Criales
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Trabaja en el diario desde 2019, fue redactor en México y parte del equipo de la mesa digital de América. Es licenciado en Comunicación por la Universidad Austral y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS.
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