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El brote de cólera en Haití ha dejado más de 450 muertos

Médicos Sin Fronteras no espera otra “explosión de casos” que desemboque en una epidemia. Las vacunas y la mejora de la crisis de escasez de combustible han contribuido a frenar los casos

Cólera en Haití
Una mujer carga a su hijo con síntomas de cólera, en una de las clínicas de Médicos Sin Fronteras en Puerto Príncipe, el 30 de noviembre de 2022.RICHARD PIERRIN (AFP)
Noor Mahtani

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El Ministerio de Salud Pública de Haití ha confirmado que el cólera se ha cobrado las vidas de al menos 452 personas desde su estallido el 3 de octubre. La enfermedad, que se había extinguido hacía tres años, llegó a un país en llamas, sumido en una de las peores crisis sociopolíticas de su historia, en medio de una ola de violencia y un fuerte estallido social que ha detenido durante meses al país caribeño de 11,5 millones de habitantes. Para el equipo de Médicos sin Fronteras en el territorio, si bien las cifras son preocupantes, creen “con mucha seguridad” que no se dará otra “explosión de casos” y que esto no descontrolará la epidemia.

Según un balance epidemiológico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las autoridades sanitarias han registrado 1.561 casos confirmados en los diez departamentos del país, 22.469 sospechosos y más de 18.000 hospitalizaciones con síntomas muy relacionados a esta patología. El 57% de estas detecciones son hombres y el 47% tiene 19 años o menos, siendo los niños los más afectados. El 19% de los contagios se produjeron en la población entre uno y cuatro años y el 15%, entre los de cinco y nueve.

El cólera es una enfermedad bacteriana causada por alimentos o agua contaminados que provoca diarrea acuosa aguda y vómitos que pueden derivar en deshidratación. Los casos más leves se tratan con sales de rehidratación oral. Pero los graves requieren de líquidos intravenosos y antibióticos y pueden ser mortales. En un país en el que la asistencia sanitaria es intermitente en los cascos urbanos y prácticamente inexistente en las zonas rurales, la detección precoz conseguir los medicamentos requeridos no siempre es fácil. De acuerdo a las estimaciones de Médicos del Mundo, dos de cada tres haitianos no tienen acceso a un centro de salud.

A mediados de noviembre, Haití comenzó a recuperarse de la escasez de carburante ocasionada por la violencia y el control de grupos armados, según explica Alexandre Marcou, responsable de comunicación de MSF desde Puerto Príncipe. Para él, esa mejoría —que conlleva mayores facilidades para el transporte de personas e insumos— y la vacunación son las principales razones por las que la sintomatología de los pacientes no es tan severa como hace tres meses: “Es innegable que existe un subregistro por la situación en el país. Pero ha habido un muy notorio descenso de hospitalizaciones. Nosotros mismos estuvimos muy saturados. Un escenario que nada tiene que ver con estos días. Creemos que se va a estabilizar”.

Cuando hace tres meses saltaron las alarmas por el regreso de la enfermedad, los expertos sanitarios temieron lo peor. A mediados de octubre, se conoció que el brote había dejado 19 muertes, 422 casos sospechosos y 268 hospitalizaciones. Hoy la cifra de fallecidos se ha multiplicado por 23. El mapa de contagios es un puñado de manchas rojas, especialmente oscuras en la zona oeste, donde se acumulan más del 70% de los casos. Marcou insiste: “Puede que parezca que ha empeorado muchísimo, pero la vuelta de combustible ha permitido el acceso al agua potable, lo cual ha marcado una enorme diferencia. También se han terminado las temporadas de lluvias... Hay zonas en las que se ha vacunado al 65% de la población y MSF ha clorado 200 puntos en Puerto Príncipe. Esperamos que mejore”.

La coordinadora residente y humanitaria de la ONU en Haití, Ulrika Richardson, fue una de las expertas que advirtió de esta “tendencia preocupante” desde que se declaró el brote a principios de octubre. “Tenemos desafíos logísticos, se pueden imaginar, y el desafío de seguridad, pero podemos estar presentes y podemos ayudar a las personas”, dijo en una rueda de prensa en Nueva York.

A mediados de diciembre, Haití recibió alrededor de 1,17 millones de dosis de la vacuna anticolérica oral, con ayuda de la OPS, mientras los casos en el país seguían aumentando. La campaña de vacunación ya comenzó y se dirigió inicialmente a la población mayor de un año de Cité Soleil, Delmas, Tabarre, Carrefour y Puerto Príncipe, en el departamento del Oeste, Mirebalais, y en el del Centro. Se espera que lleguen otras 500.000 en las próximas semanas.

“Haití tiene experiencia en la gestión del cólera, pero la frágil situación de seguridad ha ralentizado los esfuerzos de respuesta, por lo que estas vacunas son una buena noticia”, dijo la directora de la organización en un comunicado, Carissa F. Etienne. La experiencia se la dio la epidemia que vivió el país entre 2010 y 2019, cuando registró más de 820.000 casos y 10.000 defunciones por cólera.

Los que conocen las heridas del país coindicen en que esta es una de tantas crisis olvidadas. Durante 2022, de la financiación del Plan de Respuesta de Emergencias en Haití, valorizada en 373,2 millones de dólares, apenas ha llegado el 42,2%, con tan solo un 12,7% de cobertura de las necesidades en el sector salud.


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