Leonard Rentería o la cultura como motor de vida en Buenaventura

Activista, poeta y rapero, ha liderado protestas pacíficas y participado en iniciativas sociales y comunitarias para visibilizar la realidad de las comunidades afrodescendientes. Creó el primer festival de hip hop de Buenaventura

Leonard Rentería
Leonard RenteríaCorporación Eleggua

Aunque el barrio de Buenaventura en el que nació Leonard Rentería tiene nombre de santo católico (San Francisco de Asís), su proyecto tiene el nombre de deidad yoruba: Corporación Eleggua. Así se llama el espíritu orisha que abre o cierra los caminos de la vida. Rentería sí que sabe de caminos truncados y obstáculos, pero lo que lo hace un referente en su comunidad es su talante y su búsqueda de una transformación social mediante la protesta pacífica y la cultura.

Su destino comenzó a labrarse con unos videos en redes sociales que denunciaban cómo se robaban los recursos para la ciudad. Los llamó Noti Sarcasmo y evidenciaban “cosas tan absurdas como el parque al que supuestamente le habían invertido 3.600 millones de pesos y que iban a inaugurar, cuando la obra no estaba ni al 12% de su ejecución”. Todo empezó a coger más cara para él porque lo invitaron a un programa radial para darle eco a sus historias, y así Noti Sarcasmo alertó a la Contraloría y a otros entes de control, por lo cual decidió ir más allá y formarse en producción audiovisual en el laboratorio de cine comunitario Historias en Kilómetros.

Pero no para contar que ha sido desplazado por la violencia, que mataron a su cuñado o que vive constantemente en el ojo del huracán, sino para demostrar que, aunque pudo convertirse en una persona violenta, dado que creció en un hogar en el que los gritos, los golpes y el machismo eran el pan de cada día, él mismo le dio un giro a su destino cuando, con apenas 13 años, entró al grupo de danza de la Comisión de Justicia y Paz, en el que además formaban a los jóvenes en derechos humanos y étnicos.

“Nunca me dijeron qué tenía que pensar, sino que me enseñaron a pensar, lo que transformó la manera en que veía la vida y me ayudó a dejar de pelear con todo el mundo”. Desde entonces, ha utilizado la cultura como motor de vida: creó el primer festival de hip hop de Buenaventura (Alturas Hip Hop); compuso una canción en homenaje a Candelario Obeso, el primer poeta negro de Colombia, con jóvenes de San Basilio de Palenque; y hasta creó un festival de fotografía y pintura (Fesarte).

Esto no significa que haya dejado de reclamar por las injusticias sociales. De hecho, gran parte de su liderazgo consiste en convocar y organizar protestas pacíficas que pongan de manifiesto lo que es urgente cambiar. “La mejor manera de hacerse escuchar es a través de la comunicación no violenta y de la protesta pacífica. No hay nada que valide más un reclamo que el hecho de hacerlo sin agredir al otro”.

Con apenas 25 años, Rentería hizo parte de la Mesa de Juventud del paro cívico que en 2017 tuvo paralizada a Buenaventura por más de dos semanas y allí entendió que las manifestaciones no son infructuosas. “El paro llevó a que por ley exista hoy un fondo especial para nuestra ciudad y que el PIEDB [Plan Integral Especial para el Desarrollo de Buenaventura] esté incluido en el Plan nacional de desarrollo”.

Hoy, Rentería tiene 31 años y Buenaventura sigue teniendo problemas, pero sus jóvenes han aprendido a salir en paz a la calle, ya sea para abogar por un servicio de agua ininterrumpido o para denunciar el incremento de los índices de violencia. “La causa que defendemos es lo clave. No me juzgo si las cosas no salen exactamente como quiero. El resultado no tiene que ser inmenso. Como dice Oprah Winfrey, el legado es cambiar aunque sea una vida. Cuando flaqueo, voy al barrio en el que crecí, cerca del mar, para recordar de dónde vengo y por quién trabajo”.

A pesar de que marchando fue que se abrió camino, actualmente combina sus prácticas de psicología en la fundación PacificArte con hacer crecer la Corporación Eleggua, que trabaja en una comunicación alternativa para mostrar al Pacífico desde el arte y la cultura, en emprendimientos de productos locales como el viche, y en la intervención social necesaria para brindarles atención psicológica, nivelación académica y otros beneficios a niños y jóvenes, en aras de prevenir las dinámicas de violencia.

Allí trabaja junto a su hermana Marlén, con quien también vive desde que asesinaron a su cuñado, razón por la cual está siempre pendiente de sus sobrinas, para que crezcan en un hogar con el amor y la dignidad necesarios para florecer.

Precisamente, su tesis de grado indaga sobre los factores psicosociales que durante la infancia inciden luego en la conducta criminal de un afrodescendiente porque, al parecer, no es solo la deidad de Eleggua quien decide nuestros rumbos, sino también esos pequeños giros que podemos darle al destino con un hecho tan sencillo como el de bailar y rapear, que al final fue el puente que llevó a Rentería a escoger el camino de la no violencia.

Apoyan Ecopetrol, Movistar y Fundación Corona.

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