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La ciencia en Colombia se queda sin dinero: tiene el menor presupuesto en 15 años

Si bien a la cartera le corresponde el 10% de las regalías, el monto adjudicado por el Gobierno en su presupuesto es más bajo que el de otras administraciones

Juan Pablo Vásquez

No son los mejores tiempos para la ciencia en Colombia. El Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación, que fue creado en enero de 2020 con la promesa de impulsar el desarrollo científico del país y modernizarlo, enfrenta una delicada situación financiera a raíz del poco dinero que obtuvo en el Presupuesto General de la Nación (PGN), su bajísima ejecución de recursos y los cuestionamientos alrededor de su destinación. Asignarle la menor cantidad de fondos en 15 años, medido como porcentaje del PIB del país, se suma a los escándalos que rodean la gestión de la ministra actual, Yesenia Olaya, quien está próxima a cumplir un año en el cargo.

Olaya fue citada el 3 de abril a un debate de control político en el Congreso. Frente a los legisladores de la Comisión Cuarta de la Cámara de Representantes, encargados de debatir el presupuesto, fue blanco de recriminaciones por parte de Jennifer Pedraza, representante a la Cámara del partido de izquierda Dignidad, quien la responsabilizó por la falta de ejecución del poco dinero que administra el Ministerio. “Es muy difícil encontrar a un ministro que se pare y defienda que a su cartera le recorten el presupuesto. Es muy difícil, ustedes lo saben. Y eso es lo que ha hecho usted, ministra”, expresó Pedraza. Este año, al Ministerio le corresponde 0,02% del PIB de Colombia, siendo el sector con menos recursos de todo el Estado.

Las palabras de Pedraza fueron un reproche a la justificación empleada por la ministra al momento de explicar por qué su cartera solo recibió una asignación de 399.000 millones de pesos (cerca de 100 millones de dólares) en el PGN para 2024. Aquella cifra significó una disminución del 17,9% si se le compara con los 487.000 millones (121,7 millones de dólares) adjudicados para 2023. Algunas estimaciones indican que al incluir otras variables, como la inflación, la mengua podría ascender hasta 25%.

Olaya, además de recalcar que las discusiones presupuestales se dieron antes de su llegada al cargo en mayo del año pasado, intentó disipar la preocupación advirtiendo que el Ministerio accede a más recursos si se tienen en cuenta otras fuentes de financiación, como el Sistema General de Regalías, que se encarga de administrar los ingresos estatales producto de la explotación de los recursos naturales del subsuelo, como el petróleo, el carbón y otros metales. “En este proceso estamos evaluando el presupuesto que requiere la ciencia e identificamos dos fuentes de asignación importantes para el sector: son 5,8 billones de pesos (1.500 millones de dólares) si sumamos regalías y beneficios tributarios y el PGN”, afirmó la ministra en una entrevista con El Tiempo en octubre de 2023, solo una semana después de que se aprobara el PGN de 2024.

La mitad de los 5,8 billones de pesos provienen del Sistema General de Regalías y fueron aprobados para 2023 y 2024. Se producen por la extracción minera que critica el Gobierno, y no pueden ser manejados libremente por el Ministerio, pues están sujetos a unas reglas especiales que determinan a qué regiones se deben destinar. La ejecución de esos recursos de regalías, según reveló Pedraza en el debate de control político, está muy por debajo de lo esperado. “A este momento, cuando restan ocho meses para terminar la vigencia de los 2,9 billones de pesos que hay en fondo de ciencia y tecnología de regalías, apenas se ha pagado el 6% de esa plata”, afirmó la congresista. En días previos, la ministra compartió en X un comentario en el que respondía a esas recriminaciones. “No se trata de ejecutar por ejecutar, en un sistema que tiene grandes falencias, se trata de garantizar una ejecución responsable y en temas estratégicos para la transformación de Colombia”, aseveró en la red social.

Las regalías y su ejecución tienen sus bemoles. Desde hace más de una década, con una reforma constitucional al Sistema General de Regalías impulsada durante el mandato de Juan Manuel Santos para repartición más equitativa entre las regiones, el 10% de esos dineros está destinado a la ciencia, la tecnología y la innovación. Por ley estos dineros están sujetos a una periodicidad de ejecución más estricta que el PGN, lo que impide que puedan utilizarse en proyectos de largo aliento, y su cifra exacta varía, pues depende de los precios internacionales del petróleo o el carbón. Existe incertidumbre, además, sobre su duración a largo plazo, dado que los hidrocarburos representan el 72% del Sistema General de Regalías y la transición energética —una de las banderas de este Gobierno— puede disminuir considerablemente su aporte.

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Colombia, junto con Costa Rica, es el segundo miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos porcentaje invierte en investigación y desarrollo. El país destina 0,25% —incluyendo regalías y financiación privada—, muy lejos del promedio de los Estados miembros de ese club, que es de 3,25%. Y hay otro dato alarmante. A falta de información sobre los últimos dos años, entre 2017 y 2021 el sector privado aportó más dinero a la ciencia que el Estado, como lo demuestran los registros y encuestas del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología.

El 7 de abril, después de que se llevara a cabo el debate en el Congreso, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales hizo público su descontento y envió una carta abierta al presidente Gustavo Petro. “El presupuesto asignado por su Gobierno a Minciencias ha sido el más bajo de los últimos 25 años y esta entidad, líder del sector, no ha luchado para obtener los medios que permitan hacer realidad los prerrequisitos mínimos en ciencia y tecnología para cumplir el Plan Nacional de Desarrollo”.

Sin embargo, la mayoría de la atención alrededor de lo que sucede en la entidad se ha centrado en el currículo de la ministra Olaya, quien infló sus credenciales y mintió sobre su supuesta estancia en la Universidad de Harvard como profesora (fue investigadora postdoctoral, pero no docente). Petro, durante un evento en la Casa de Nariño, abordó las críticas sobre ese punto, restándole importancia a la falsa experiencia de Olaya y destacando el mérito que hay detrás de la obtención de un puesto, no importa cuál sea, en la prestigiosa institución norteamericana. En paralelo, los recursos de la cartera, que son los que facilitan la puesta en marcha de proyectos e iniciativas, han pasado relativamente inadvertidos.

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Juan Pablo Vásquez
Es periodista de la edición colombiana de EL PAÍS. Nació en Bucaramanga, Santander. Anteriormente se desempeñó como periodista judicial en 'Revista Semana' y de investigación en Caracol Radio y 'Cambio'.
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