Andrés Calle, presidente de la Cámara: “El Partido Liberal está salvando la reforma a la salud”

Desde antes de la posesión de Gustavo Petro en la Presidencia de Colombia, el Partido Liberal manifestó su interés por apoyarlo. Que el primer presidente de izquierda del país contara con el espaldarazo de una colectividad histórica calmó a diferentes sectores que temían por sus promesas de cambio. Paradójicamente, ese cambio es el motivo de la ruptura entre Petro y el expresidente César Gaviria, jefe del liberalismo, quien anunció esta semana que solicitará a las directivas del partido que se declaren en independencia frente al Gobierno debido a sus desacuerdos con la reforma a la salud. De confirmarse esta mudanza de postura, disminuiría considerablemente la suerte de las iniciativas que presente el Ejecutivo en el Congreso.

Andrés Calle (Montelíbano, 31 años) se encuentra en una dualidad en medio de la coyuntura. Desde el pasado 20 de julio es presidente de la Cámara de Representantes, en donde se llevan a cabo los debates de la reforma, pertenece al Partido Liberal y es fiel defensor de la Administración de Gustavo Petro. Sus dos principales referentes políticos están enfrentados, lo que abre un manto de duda sobre cómo se comportará él, así como el resto de la bancada liberal, en el trámite de la reforma a la salud.

Pregunta. La Cámara de Representantes discute la reforma a la salud, una iniciativa que no pasa inadvertida y sobre la que existen muchos reparos aún. ¿Usted, como presidente y defensor de la reforma, qué papel desempeña en toda esta coyuntura?

Respuesta. Es una gran responsabilidad. Estamos en un momento de cambio para el país. Tenemos un dirigente distinto a los demás, que es Gustavo Petro. Su historia, origen, trayectoria política y propuestas de cambio son distintas a las de cualquier otro mandatario. Eso, sin duda, es un reto que tenemos desde la Presidencia de la Cámara. Es una propuesta para construir condiciones de justicia social en el país.

P. Esta reforma es la actual obsesión del Gobierno. Algunos sectores que se oponen lo han acusado de no brindar garantías en los debates. ¿Qué responde?

R. Creo que la obsesión más grande que tenemos como país es asegurar condiciones de justicia social. Para esto se requieren reformas de salud, laboral y pensional, entre otras. La reforma a la salud busca llevar derechos a territorios rurales. Hay dos países distintos en Colombia: el de las ciudades capitales y el de los territorios rurales, en donde no llegan médicos, enfermeras, ni utensilios para prestar servicios de salud. Esa Colombia está olvidada y por esa Colombia nosotros tenemos el deber de trabajar. Lo mismo podemos decir de la población que llega a la edad de pensión y no tiene la oportunidad de vivir con dignidad. Para ellos hay que generar condiciones de justicia social. En el mismo sentido, hay que adecuar nuestras leyes a la normatividad internacional en materia laboral. Son tres tareas pendientes, tres apuestas.

P. Le entiendo. Sin embargo, ¿está impulsando sin garantías de discusión esta reforma?

R. Llegué a este cargo para construir un acuerdo bajo la diferencia y procurar una mejor democracia. Por eso no hemos corrido en el debate de la reforma a la salud. Son cinco meses que lleva este debate. Dos meses del representante David Racero [del Pacto Histórico] como presidente y tres meses desde que con mi equipo pusimos la reforma en la agenda legislativa. Hemos tenido debates de más de 14 horas en una sesión en la plenaria de la Cámara de Representantes y creado comisiones accidentales que duraron más de 15 días. También hemos celebrado sesiones informales para escuchar a la ciudadanía. Nadie puede decir que se está pupitreando [aprobar sin discutir] porque ha tenido el tiempo suficiente del debate.

P. ¿Ve posibilidades de éxito?

R. Hay un mandato popular, de una mayoría de colombianos, que eligió al presidente Gustavo Petro. En el Congreso está la totalidad del pueblo. La reforma que presentó el presidente ha tenido un gran número de modificaciones en los debates que se han realizado hasta ahora. Luego de que logremos la aprobación, que aspiro a que sea esta semana, faltarían dos debates en el Senado de la República y luego una conciliación. Es decir, todavía falta mucho trecho para la reforma a la salud. Hay que avanzar, en todo caso, porque es una deuda que tenemos con los colombianos que eligieron un proyecto de cambio. El saboteo o evitar el debate sobre la reforma a la salud no puede ser una opción.

P. El jefe de su partido, el expresidente César Gaviria, anunció recientemente que intentará que el Partido Liberal, al que usted pertenece, se declare en independencia y abandone la coalición de Gobierno. Uno de los motivos, según dijo en un comunicado que firmó, es la reforma a la salud. ¿Cómo enfrenta esta dualidad?

R. Hoy hay una verdad: los liberales apoyan al Gobierno por decisión de su bancada y de la institucionalidad del partido. La realidad de la reforma a la salud y de las iniciativas de Gobierno es que los representantes liberales han venido acompañándolas. Más de 27 representantes liberales han venido votando la reforma a la salud. El partido de Luis Carlos Galán y de Jorge Eliécer Gaitán, el partido que defiende la justicia social, al campesino y al trabajador, está acompañando a Gustavo Petro. Le voy a decir algo: el Partido Liberal está salvando la reforma a la salud.

P. Eventualmente habrá una convención del partido y allí se discutirá si se declaran en independencia. ¿No estaría en una encrucijada si se materializa la advertencia de Gaviria?

R. Llevar a cabo una convención no es decisión de los congresistas ni del presidente de la colectividad, es un mandato de la ley. Cada dos años todos los partidos tienen que hacer una convención para elegir a sus directivas y escuchar a sus bases. Es una petición de la juventud, de los campesinos, de la dirigencia de base que quiere ser escuchada por la dirigencia nacional. Es urgente hacerlo. El llamado que nosotros hacemos es que como el partido más grande de la historia de Colombia celebremos nuestra convención para escuchar a nuestras bases y avanzar hacia un futuro con vocación de poder para el partido.

P. ¿Se considera más liberal o petrista?

R. Liberal. Soy liberal de historia, de origen y de pensamiento.

P. En medio de todas estas discusiones y su cercanía al Gobierno, ¿cómo es su relación con el expresidente César Gaviria?

R. Es buena y lo considero mi amigo. Llegué al partido en el 2017. Cuando presenté mi candidatura a la Cámara de Representantes, él fue quien firmó mi aval. Lo respeto como el hombre de la Constitución de 1991. No obstante, creo que el partido, y él lo sabe, debe hacer una reflexión sobre cómo vamos a enfrentar el futuro.

P. El presidente Petro responsabiliza de muchos problemas actuales a Gaviria y a los cambios “neoliberales” que trajo consigo la Constitución de 1991. Usted, al ser liberal y defensor de este Gobierno, ¿en dónde se ubica en medio de esas dos orillas que parecen opuestos?

R. Las propuestas del cambio no son sólo del presidente Petro, son un mandato popular. Gobernar sin las políticas que el pueblo eligió sería un problema, una mentira a la ciudadanía. Yo fui uno de los jóvenes liberales que acompañó al presidente Petro desde la primera vuelta y lo hice convencido de que el liberalismo debe acompañar este proyecto de justicia social. No creo que exista una contradicción. El neoliberalismo, que es una tendencia política que llegó a nuestro país en otro momento de la historia, ha llegado a su fin porque no logró avanzar en materia de desarrollo y justicia social.

P. Su hermano Gabriel se lanzó a la Gobernación de Córdoba, su departamento de origen, sin el aval del Partido Liberal, que prefirió apoyar a Erasmo Zuleta, quien resultó ganando. ¿Se comentó este tema en su familia?

R. Mi hermano se avaló con 340.000 firmas de cordobeses que lo llevaron a ser candidato. Nuestro primer interés era tener el aval del Partido Liberal, lo que me hubiese permitido acompañarlo en esa candidatura. Desafortunadamente por decisiones erróneas del partido y de la dirigencia departamental, una dirigencia rancia y ampliamente corrupta, se tomó la decisión de acompañar al candidato de Iván Duque y Álvaro Uribe.

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