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Luis Fernando Múnera, rector de la Javeriana: “Un error estratégico del sector privado, o de cierta clase política, es ir acorralando a un Gobierno que tiende a aislarse”

El sacerdote jesuita enfatiza en que las universidades deben servir de puente en un país polarizado. “Quedarnos en la crispación social es malo para todos, a pesar del rédito político para algunos”, comenta en el ‘Reto Democracia’, de PRISA Media

Luis Fernando Munera, rector de la Universidad Javeriana
El rector de la Universidad Javeriana, Luis Fernando Múnera, en el foro 'Reto Democracia', el 10 de agosto de 2023.PRISA
Lucas Reynoso

Luis Fernando Múnera (Medellín, 53 años) es un sacerdote jesuita que ha ocupado todo tipo de posiciones en la Pontificia Universidad Javeriana, una de las más prestigiosas de Colombia. Comenzó como estudiante en 1991 y continuó como profesor, director de la carrera de Filosofía y decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. Ahora es el rector, justo cuando el Gobierno de Gustavo Petro ha presentado los primeros borradores de su ambiciosa reforma a la educación. Para Múnera, es una gran oportunidad que no está exenta de inquietudes. Le preocupa que universidades como la Javeriana puedan ser víctimas colaterales de “una desconfianza mutua entre el Gobierno y el sector privado”.

El rector, que tiene un doctorado en Filosofía, es enfático en señalar la necesidad de dialogar y en destacar el potencial de las universidades de ser “un puente” en un país cada vez más polarizado. Valora la diversidad de líderes presentes este jueves en el Reto Democracia, un foro de PRISA Media (sociedad editora de EL PAÍS) para que el sector público, el empresariado y la sociedad civil debatan sobre las oportunidades y los desafíos de las instituciones colombianas. No obstante, atento a los temas de paz, expresa su preocupación ante un clima de desanimo y ansiedad por la creciente violencia. “Se habló mucho de seguridad porque hoy es uno de los temas que más polariza”, remarca en entrevista con EL PAÍS.

Pregunta. ¿A qué se refiere al afirmar que no sabe si el sector educativo ha sido terco o ingenuo en sus intenciones de aportar a los debates por la reforma?

Respuesta. En los borradores no se habla mucho de las universidades privadas, que son el 46% de las matrículas de la educación superior. Hay todo un tema de si el Estado va a continuar con sus créditos de apoyo financiero a los estudiantes. Hay temor... pero no se trata de defendernos, hay que proponer y entender que esta es una oportunidad para estructurar un sistema mixto que se abra al mundo del trabajo y termine con la frustración de no poder estudiar.

P. ¿Se sienten escuchados por el Ministerio?

R. Hay un error estratégico del sector privado, o de una cierta clase política, de ir acorralando a un Gobierno que además tiende a aislarse. Cada vez crece más la desconfianza y creo que es importante que quien pueda se encargue de generar puentes. Considero que las universidades tenemos la suficiente credibilidad y acogida para por lo menos intentarlo. Si nos quedamos en medio de la crispación social, en una situación económica que no está fácil... eso es malo para todos, a pesar del rédito político para algunos.

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P. ¿Pueden ser víctimas colaterales de esta tensión con el sector privado?

R. Sí. Hay una mutua desconfianza entre el Gobierno y el sector privado.

P. Hay graves problemas de financiamiento para las universidades públicas, sobre todo en las regiones. ¿No deberían tener prioridad por sobre las privadas?

R. Es importante que el sistema público se fortalezca, pero no es una cosa o la otra. Apoyar a la universidad pública no tiene que significar no apoyar a las instituciones no oficiales (no digamos privadas, porque realmente prestamos un servicio público). Si quieres aumentar los cupos, vale la pena aprovechar la capacidad instalada y ociosa del sistema privado. Si quieres ampliar la infraestructura, los costos son menores.

P. ¿Qué le gustaría ver en la reforma a la educación?

R. Se necesita un sistema articulado que incluya a la formación para el trabajo, la técnica. También se requiere más flexibilidad en la acreditación de los programas académicos: hoy hay un cuello de botella, hay que acreditar cada uno por separado y se te pueden ir dos años esperando al Ministerio. Proponemos que se acrediten más bien los sistemas de aseguramiento de calidad de las universidades, con más autonomía en la gestión de calidad. Además, hay que fortalecer la formación a lo largo de la vida y adaptarnos a las nuevas tecnologías.

Luis Fernando Munera durante una entrevista con EL PAÍS.
Luis Fernando Munera durante una entrevista con EL PAÍS. PRISA

P. ¿Tiene miedo del impacto que pueda tener la inteligencia artificial en los próximos años?

R. Es una herramienta. Mucho de lo que hacemos los seres humanos no es necesariamente pensar: muchas veces copiamos, sistematizamos y repetimos, hacemos operaciones mecánicas con el lenguaje. Cuando lees dos o tres textos y haces un resumen, no siempre estás poniendo tu parte, tu palabra... haces algo técnico que ahora puede hacer una máquina, que recoge datos más rápido que nosotros. Quizá esto nos ayuda a valorar más lo humano, las cosas que no hace la máquina: pensar, reflexionar, soñar. Nos va a costar adaptarnos, pero seguiremos siendo algo que cultiva nuestra humanidad. La universidad es irremplazable como lugar de encuentro humano entre generaciones distintas, como lugar donde se forma el pensamiento y la mirada crítica.

P. El Ejecutivo ha llamado a un gran acuerdo nacional. ¿Por qué se insiste con una idea que casi nunca se materializa?

R. Hablan de un acuerdo porque hay conciencia de la polarización. No sé si lo que está viendo el Gobierno es que las coaliciones políticas están muy difíciles de componer, en una legislatura complicada porque los políticos están ocupados con la campaña [para las elecciones regionales de octubre]. No sé si el presidente quiere apostar por un acuerdo nacional que nos saque de la coyuntura parlamentaria y que logre un apoyo ciudadano más amplio a las reformas. Este Gobierno generó una gran expectativa con sus propuestas y ese es uno de sus grandes problemas... todos sabemos que es un proceso técnicamente difícil y largo.

P. La polarización fue una de las preocupaciones que sobresalió en el foro. ¿Qué está pasando?

R. La noción de un enemigo interno común, que eran las FARC, había unido al país. El acuerdo de paz levantó otras demandas sociales que estaban silenciadas y, además, se convirtió en un lugar de polarización, de derecha e izquierda, de lo liberal y lo estatista, de la política y lo social. La polarización tiene que ver con unas demandas que se expresaron muy desbordadamente en el estallido social de 2021, con una población que se siente muy excluida y una reacción de mucho temor.

P. Pero la división y la crispación política no son fenómenos exclusivos de Colombia.

R. No. Y la puedes leer distinto en Estados Unidos o en Chile. Los medios nuevos —las redes sociales, los memes—, con mensajes más cortos, dan menos lugar para la argumentación y las proposiciones más razonadas. Son un desafío para la política.

P. Hoy se habló mucho de seguridad y paz, pese a que era un foro sobre la democracia. ¿Por qué?

R. Porque hoy uno de los temas que más polariza es la seguridad. El Gobierno ganó las elecciones con la promesa de proteger a los líderes sociales y ahora le enrostran que el tema de seguridad y de violencia sigue creciendo. Le dicen: ‘Que usted esté en el Gobierno no ha resuelto el problema, se sigue agudizando’. Sectores como el Centro Democrático piden proteger más al Ejército y a la Policía, invertir más en seguridad. Señalan que nuestros soldados y militares están abandonados, como comentaron en el foro.

P. La senadora Paloma Valencia mencionó el presunto plan de asesinar al fiscal general, mientras que el politólogo León Valencia expresó su preocupación por un ambiente dañino para la paz total. ¿Cómo ve al Ejército de Liberación Nacional en esta ecuación?

R. Está el ELN y está la paz total. Con el ELN siempre ha sido muy difícil negociar porque es una estructura muy federada. Además, los grandes temas del país se negociaron con las FARC y es poco claro qué negociar ahora. El ELN siempre ha estado muy metido en el tema de petróleo, pero eso ha ido perdiendo relevancia. Por otro lado, veo muy complicado negociar la paz total con los grupos que no han tenido acción política. Vamos a estar en una espiral permanente de negociaciones.

Foro 'Reto Democracia' de PRISA Media, en Bogotá, el 10 de agosto de 2023.
Foro 'Reto Democracia' de PRISA Media, en Bogotá, el 10 de agosto de 2023.PRISA

P. También estuvo muy presente la idea de estar en crisis, de que está en juego la legitimidad democrática de Colombia. Pero congresistas como David Racero y Clara López (Pacto Histórico) matizaron que la crisis es un tópico recurrente.

R. La idea de una crisis moviliza mucho porque, ante eso, llega un salvador. Un mesías que dice: ‘Yo voy a salvarlos’. Pero eso es deslegitimar lo que está pasando... hay que dejar que se hagan los proyectos, que el país siga avanzando. El Gobierno llegó en una crisis proponiendo el cambio y ahora otros dicen que estamos en una crisis nueva, que entonces necesitamos otro cambio.

P. ¿El país está mejor que cuando usted era estudiante universitario?

R. Si miras el país con perspectiva histórica, ha avanzado. Hay participación de sectores que nunca habían participado, una sociedad más consciente de lo que significa el narcotráfico como destrucción social, una juventud más educada y una clase media más grande. Pero decirle esto a la gente que está sufriendo... es difícil. Es cierto también que el covid nos generó una situación psicológica y que retrocedimos en problemas como la pobreza.

P. ¿Qué ideas se lleva de este foro?

R. Me parece muy valioso que unos medios de comunicación logren congregar gente de orillas tan distintas y las ponga a hablar. Y veo dos cosas. Por un lado, un desánimo que se va generando ante el auge de la violencia, una desesperanza colectiva. Por otro, me parece interesante el consenso de que cuestionar malas prácticas no puede llevarnos a cuestionar la legitimidad del sistema. Se dice que hay corrupción, peligro en las elecciones, constreñimiento al votante... pero todo el mundo se cuida. Aunque cuestionamos cómo funciona la democracia, entendemos que no podemos abandonar la democracia como sistema político.

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