Los científicos son los profesionales en los que más confían los colombianos

El 76% de los colombianos confía en los científicos y solo el 24% confía en los líderes políticos, según revela una encuesta global presentada este martes por la consultora Edelman en un foro conjunto con EL PAÍS América. Los resultados del barómetro Edelman Trust 2023: Navegando un mundo polarizado, enfocados en Colombia, muestran además que la confianza de los ciudadanos en los periodistas, en los gerentes de las empresas y en los otros ciudadanos es muy baja. Solo el 34% confía en los comunicadores, el 45% en los CEOs y el 47% en sus compatriotas en general. Esto contrasta con la confianza que hay en los vecinos del barrio (52%), las personas de la comunidad (52) y los compañeros de trabajo (72).

La alta confianza que tienen los colombianos en los científicos es importante para este momento político en el que el gobierno de Gustavo Petro tiene en trámite legislativo tres reformas sociales en las que las opiniones de la ciencia parecen necesarias y valoradas. Así lo reconocen los investigadores de Edelman que presentaron el sondeo. “Uno de los datos más importantes de la encuesta es la confianza en los científicos. Estamos en un momento en el que se discuten las reformas, pero tenemos que hacerlas técnicas. Este es un llamado a que oigamos a los científicos, a los expertos y a los académicos”, dijo Daniel Quiroga, Vicepresidente para América Latina y Director de EGA Colombia, durante el evento.

En el panel de discusión, moderado por Roberto Pombo, director editorial de Prisa Media, participaron Gabriel Cifuentes, analista político y columnista; María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la Fundación Ideas para la Paz; Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa, y María del Pilar López, profesora e investigadora de la Universidad de los Andes.

El sondeo también muestra que el 65% de los encuestados cree que los profesores son actores que unen a la ciudadanía y solo el 19% cree que son una fuerza divisoria. Pasa lo contrario con los ricos y poderosos, los líderes políticos y los periodistas. La mayoría de la gente que respondió las preguntas cree que estas personas son responsables de la polarización en el país. Edelman encontró que la falta de confianza y la sensación de que las sociedades se han dividido está presente en los 28 países en los que tomó la muestra. De ellos, solo Argentina es más polarizado que Colombia.

Otro de los hallazgos más relevantes de la investigación fue el crecimiento en la confianza que tienen los colombianos en las empresas, sobre todo en las familiares. “El 68% de los colombianos cree que las empresas están haciendo lo correcto y el 85% dice lo mismo en concreto de su empleador”. En contraste, solo un 40% cree lo mismo del Gobierno y apenas un 38% de los medios. Sin embargo, María Victoria Llorente invitó a la consultora a revisar quiénes habían respondido a la encuesta y sobre todo a analizar qué tipo de relación laboral tenían. “En Ideas para la Paz hemos visto que en muchos lugares hay conflictos muy profundos entre las comunidades y las empresas. La desconfianza de la gente con las compañías es alta, pero la idea de que las empresas pueden hacer más por la gente que vive en el lugar en el que operan es mayor”.

Sin embargo, aunque la confianza en las compañías crece, la percepción del tejido social se debilita. El 71% de los ciudadanos cree que la falta de civismo y respeto mutuo hoy en día está en el peor nivel que haya visto. Mientras que el 63% de las personas cree que el tejido social que una vez mantuvo unido a este país se ha vuelto demasiado débil para servir como base para la unidad y el propósito común.

La consultora también muestra que en Colombia “la ideología se convierte en identidad”. Según el informe, pocos ciudadanos ayudarían, vivirían o trabajarían con personas con puntos de vista distintos. Solo el 33% de los encuestados ayudaría a una persona que no estuviera de acuerdo con él o ella. Los números empeoran al preguntar si el encuestado está dispuesto a trabajar en el mismo sitio o a vivir en el mismo barrio con alguien que piensa distinto. Solo el 20% y 17% dijo que sí, respectivamente.

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