Tres palestinos mueren en Gaza por disparos del Ejército israelí

Según fuentes militares, un individuo con uniforme de la Fuerza 17, unidad de élite de la guardia de Yaser Arafat, se aproximó y disparó con un fusil de asalto kalashnikov a un grupo de soldados del Ejército israelí, cerca del asentamiento judío de Netzarim, en la franja de Gaza. Estos respondieron a los disparos y mataron al agresor.

Por otra parte, un adolescente de 15 años ha resultado muerto y otros cuatro heridos al recibir varios disparos de soldados israelíes cerca del control de carreteras de Erez, que une la franja de Gaza e Israel, según han indicado fuentes médicas.

El incidente ocurrió cuando jóvenes palestinos se manifestaron lanzando piedras a los soldados israelíes, que respondieron con munición real.

El joven muerto fue herido de bala en el corazón, mientras que los otros cuatro recibieron sendos tiros en la cabeza y el pecho.

En otro incidente ocurrido en la localidad de Beit Hanun, también en la franja de Gaza, otro joven palestino de 17 años ha muerto por disparos de efectivos del Ejército también durante una protesta.

Estas muertes coinciden con un recrudecimiento de la Intifada palestina que ayer fue contestada por Israel con bombardeos lanzados por helicópteros en Gaza y en la ciudad cisjordana de Ramala que tuvieron por objetivos bases y otros edificios de la Fuerza 17, a quien Israel culpa directamente de la ola de ataques antiisraelíes.

Dos palestinos murieron y casi cien resultaron heridos en la operación de castigo lanzada por Israel en represalia por los últimos atentados terroristas.

Hoy se ha sabido que durante estos bombardeos el apartamento de Arafat en Gaza resultó dañado anoche. Las ventanas del apartamento se rompieron después de que un misil alcanzara el edificio vecino. La explosión también provocó daños en algunas paredes de la vivienda. Arafat se encontraba en la reunión de la Liga Árabe en Amman (Jordania) cuando se produjo el ataque.

Los países occidentales han abogado por que palestinos e israelíes se esfuercen en acabar con la violencia, mientras los árabes han arreciado sus críticas contra EE UU por vetar la creación de una misión de observadores en Gaza y Cisjordania.

En la misma línea que los europeos, el presidente de EE UU, George W. Bush, ha instado a los dirigentes del conflicto para que acaben con las contínuas provocaciones y que ha provocado una nueva escalada de violencia en los últimos días en Oriente Medio.

"La provocación ha durado demasiado tiempo", ha dicho Bush en una conferencia de prensa anunciada por sorpresa. "A Israel le pido que controle la situación y que haga todo lo posible por volver a la normalidad". El presidente de EE UU también ha recordado a Arafat que la ANP debe pronunciarse en contra de la violencia y la inmediata detención de los autores de los atentados.

Bush se ha referido también las palabras de Sharon durante la reunión que ambos mantuvieron la pasada semana en la Casa Blanca en la que el primer ministro aseguró que quería "ir en la dirección de la paz".

El mandatario estadounidense ha insistido en que su posición respecto al compromiso de paz en Oriente Próximo no ha variado, pero ha recordado que corresponde "a las partes tomar las decisiones para lograr la paz". Por ello, ha aclarado que Estados Unidos no tratará de forzar un compromiso de paz, aunque sí allanará el camino.

Bush ha pedido al secretario de Estado, Colin Powell, que hoy mismo llame a Arafat "para pedirle que haga lo posible por parar la violencia".