La aviación de la OTAN rastrea todo el país en busca de fuerzas gadafistas
Naciones Unidas convoca el viernes la primera cumbre sobre la nueva Libia
"Trípoli ya no está bajo control de Gadafi", aunque permanecen activos algunos "focos de lucha", aseguró ayer el portavoz militar de la Operación Protector Unificado de la OTAN, el coronel canadiense Roland Lavoie. Aunque Lavoie declinó confirmar si la OTAN bombardeó el bastión de Gadafi en Trípoli, los testigos del ataque aseguran que los aviones de la Alianza atacaron con fiereza la fortaleza del dictador y sobrevolaron sin descanso la zona.
Lavoie añadió que la situación todavía era "peligrosa para los civiles", de modo que no quiso vaticinar cuándo terminarán las operaciones militares. Dijo además que la OTAN "apunta a los cuarteles generales", así que "si Gadafi está en uno de los lugares desde donde se controlan y organizan los ataques" de su Ejército, "es un objetivo legítimo y le atacaremos".
"Si Gadafi está en un cuartel militar será un objetivo legítimo", dice la Alianza
Lavoie tampoco quiso confirmarlo, pero los rebeldes también han asegurado que la aviación de la Alianza ha intensificado sus tareas de observación en busca de Gadafi o lo que quede de sus fuerzas. El diario The Daily Telegraph asegura que la Fuerza Aérea británica y aeronaves de otros países rastrean todo el país, sobre todo al sur, en el desierto, para localizar los vestigios del régimen.
Mientras la OTAN vislumbra el final de la operación militar, la diplomacia internacional empieza a prepararse para la próxima fase en Libia. Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, convocó ayer oficialmente a los líderes de la Unión Africana, Liga Árabe, Unión Europea y de la Organización para la Cooperación Islámica a una primera reunión el viernes en la sede del organismo en Nueva York.
El propósito del encuentro es "desarrollar vías en las que la comunidad internacional pueda trabajar junta en la fase posterior al conflicto" y garantizar que la transición se lleva delante de una manera "ordenada". Abdel-Elah al Khatid, su enviado especial para Libia, ya discute en Doha la próxima fase con los responsables del Consejo Nacional de Transición.
"Tenemos que estar listos para responder cuando las autoridades libias nos especifiquen las áreas en las que les gustaría tener nuestra asistencia", señala la ONU, donde admiten que este proceso no está exento de "riesgos". Por eso, explican, la esperanza que genera el cambio de régimen debe cimentarse con una buena planificación que garantice la unidad de acción.
La asistencia de la ONU se centraría en áreas como la seguridad, la recuperación económica, la preparación de elecciones o la redacción de la futura Constitución. Pero en estos casos, como condición previa, desde el organismo se deja claro que es vital que el conflicto cese y haya una fuerza que garantice el alto el fuego. Eso requeriría la autorización del Consejo de Seguridad.
En paralelo, el presidente estadounidense Barack Obama habló de la situación en Libia con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy. Los dos mandatarios coincidieron en que Muamar el Gadafi y su entorno deben "aceptar" que su tiempo pasó y que deben ceder el poder "de una vez por todas". Pero también creen que el Consejo de Transición Nacional debe mostrar su "liderazgo".
Mientras tanto, el ministro alemán de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle (FDP), propuso ayer en Berlín que el dinero confiscado de las cuentas europeas de la familia Gadafi pase a disposición de los rebeldes libios. Propone una nueva resolución de Naciones Unidas que lo regule. El jefe de la diplomacia alemana dijo que se trata de "evitar que el país se hunda en el caos". Alemania concederá un primer crédito de 100 millones de euros a los rebeldes libios.
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