Los aliados planean una operación para apoyar a observadores militares de la ONU
Aunque la OTAN "no bajará la guardia" hasta que se consolide la victoria de los rebeldes libios sobre las tropas de Gadafi, ya ha empezado a planificar su papel en la nueva etapa postconflicto. El Consejo del Atlántico Norte (NAC), formado por los embajadores de los Veintiocho aliados, aprobó ayer en Bruselas las "directrices políticas" de la misión de estabilización que sustituirá a la Operación Protector Unificado, que ha sido decisiva para cambiar el curso de la guerra.
Fuentes diplomáticas explicaron que el lanzamiento de la nueva misión de la OTAN está condicionada al cumplimiento de tres requisitos: que haya "una base legal sólida" (es decir, una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU); que se solicite expresamente a la OTAN su intervención; y que el liderazgo corresponda a la ONU o al Grupo de Contacto sobre Libia, "con una amplia participación de actores regionales"; en concreto, de países árabes.
En cualquier caso, según las mismas fuentes, "se descarta de forma tajante el despliegue de tropas sobre el terreno", al menos con carácter permanente.
En estas condiciones, los embajadores han pedido a los responsables militares que empiecen a planear una operación que incluiría el apoyo al despliegue de observadores de la ONU y su eventual rescate en caso de que estuviesen en peligro. Además, la OTAN está dispuesta a prestar apoyo logístico y a realizar misiones de carácter humanitario. También asumirá tareas de vigilancia y apoyo a la seguridad desde el aire, para lo que podría mantener parte del dispositivo que hasta ahora se ocupa de hacer cumplir la zona de exclusión aérea y atacar objetivos terrestres. En cambio, se prevé retirar el dispositivo naval que controla el embargo de armas una vez que la ONU lo levante.
Las fuentes consultadas explicaron que, en principio, la OTAN no se plantea desplegar instructores en suelo libio para reconstruir el aparato de seguridad del país y que probablemente esta función corresponda a la Unión Europea, que lleva varios meses preparándola.
La OTAN esperará para lanzar su nueva operación a que concluyan los combates y a recibir la correspondiente petición, lo que podría producirse en la reunión del Grupo de Contacto prevista para la semana que viene en Francia y donde el Consejo Nacional de Transición (CNT), el Gobierno rebelde libio, presentará sus demandas.
La ministra española de Defensa, Carme Chacón, dijo ayer que, "si a la OTAN se la sigue necesitando en tareas humanitarias o logísticas, España contribuirá", aunque "probablemente con menos medios" que ahora. España participa en la operación en Libia con una fragata, un submarino, cuatro cazas, dos aviones cisterna y uno de vigilancia marítima, con un máximo de 500 militares en total.
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