"¡Solo falta Muamar!"
La población de Bengasi celebra la caída del cuartel general de Gadafi - Los insurgentes aseguran haber tomado el puerto petrolero de Ras Lanuf
Los pitidos y el ruido del motor de los coches volvieron ayer, a las siete de la tarde, a Bengasi, el bastión de los rebeldes, para celebrar la supuesta caída de Ras Lanuf, el puerto petrolero del este de Libia retomado por enésima vez en lo que va de conflicto, pero sobre todo la toma del palacio de Bab al Azizia, el cuartel de Gadafi en Trípoli.
"Ha sido muy difícil", decía ayer Sadi, uno de los jovenes que celebraba en la plaza central de Bengasi la caída del palacio. "Ha habido que superar tres barreras para acabar conquistando Bab al Azizia. Llevo todo el día hablando por teléfono con mis amigos en el frente y hace unos minutos me han dicho que todo se había acabado. ¡Solo falta Muamar!", gritaba.
Hasta Bengasi llegaron las imágenes de los rebeldes encaramados sobre la estatua del puño de oro que destroza un avión estadounidense y que preside el palacio desde los bombardeos ordenados por Ronald Reagan en 1986. Los rebeldes festejaron a cañonazos la caída de ese símbolo del régimen y esperaron con impaciencia la primera imagen del coronel muerto o arrestado. Esa imagen no llegó y los ciudadanos prolongaron su fiesta por las calles con derrapes y disparos de Kaláshnikov.
Pese a la euforia y la sensación de que todo ha terminado, las operaciones de la OTAN en Libia continuarán hasta que se establezca la seguridad en todo el país, segun dijo ayer en la capital rebelde el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu. El diplomático compareció en rueda prensa junto con Mustafa Abdel Yalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), para afirmar también que todo el dinero que el régimen tiene depositado en bancos occidentales debe "descongelarse para que los libios cuenten con recursos financieros, especialmente antes de que acabe el Ramadán". El Grupo de Contacto sobre Libia, del que forman parte 10 países, se reunirá esta semana para estudiar el levantamiento de estas sanciones y fijar los pasos para la transición en el país una vez que el régimen haya sido disuelto.
El Consejo Nacional de Transición es ya para la mayoría del planeta el único interlocutor libio posible. A Estados Unidos y la mayoría de los miembros de la Unión Europea se le sumaron ayer Irak, Grecia, Nigeria, Marruecos y Bahréin. Estos dos últimos países han sufrido manifestaciones populares contrarias a sus Gobiernos para pedir más apertura y reformas democráticas. También la Autoridad Nacional Palestina y la Liga Árabe han mostrado su aceptación del Consejo Nacional de Transición. En total, son ya unas 40 las naciones que reconocen al CNT como representante legítimo del pueblo libio. China y Rusia se han encargado en los últimos meses de mantener contactos permanentes con sus portavoces, pero siguen considerando a los rebeldes una parte más con la que tratar.
De este a oeste, el país y toda su capacidad de producir combustible está en manos de los insurgentes. Solo quedan algunos puntos aislados en el mapa y la zona de Sirte, leal todavía al dictador. Según fuentes de inteligencia, las tropas de Gadafi tratan ahora de crear un pasillo que conecte Sirte con el suroeste del país hasta Argelia para transportar desde allí la gasolina con la que poder seguir luchando. "La situación es todavía caótica y es imposible determinar con seguridad lo que está ocurriendo en el terreno", destaca la misma fuente.
Los rebeldes aseguraron ayer haber tomado el puerto petrolero de Ras Lanuf, al oeste de Bengasi, obligando a la retirada de las tropas gadafistas, que eran el objetivo de la aviación de la OTAN. "Hemos tomado Ras Lanuf. Ellos han huido hasta el Valle Rojo", declaró a la agencia Reuters un portavoz rebelde, que reiteró que también había caído en sus manos la refinería de Brega. Ras Lanuf alberga una de las terminales petroleras y de ahí salían 195.000 barriles de crudo al día antes del conflicto.
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