La policía española participa en la desarticulación de la red de Al Qaeda
Binalshibh reconoció que la reunión de Tarragona fue clave en la preparación del 11-S
Ramzi Binalshibh, a quien se considera la pieza principal de la trama que condujo a los atentados del 11-S, ha caído en las garras del FBI. El testimonio de este yemení de 29 años, cuya detención el pasado día 11 en Pakistán fue anunciada en la madrugada de ayer, puede arrojar luz a los numerosos vínculos que Al Qaeda (la base) tiene en España. Se cree que Binalshibh decidió los últimos flecos del atentado más grave de la historia de EE UU desde Pearl Harbor (1941), durante una reunión con varios de los pilotos suicidas celebrada en Tarragona en junio de 2001. Varios policías españoles se trasladarán a Pakistán, donde ha sido detenido, o Alemania, país que lo reclama, para recabar de sus colegas toda la información que el detenido aporte durante los interrogatorios y que puede ser clave para conocer por qué se reunieron en España el jefe del 11-S y sus hombres ocho semanas antes del atentado y quiénes les prestaron ayuda y apoyo logístico durante un largo encuentro que duró ocho días y en el que dejaron muy pocos rastros.
La policía vigilaba ayer a sospechosos de colaborar con Al Qaeda en España
'La detención de este hombre es la noticia más importante desde el punto de vista operativo desde el 11-S. Si colabora, su interrogatorio puede desmontar la red de la organizacíón en España y otros países europeos', aseguró ayer una fuente policial.
Binalshibh, cuya fotografía vestido con una chaqueta color vino tinto, una camisa blanca y cara de niño bueno, figura en la página web de la policía DKA alemana desde hace un año catalogado como el hombre más buscado de ese país, será interrogado por agentes del FBI sobre sus presuntas relaciones con Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, un sirio de 38 años, casado con una española, el presunto dirigente de Al Qaeda detenido en España y cuyo teléfono de Fuenlabrada (Madrid) apareció en la casa de Hamburgo en la que vivía el yemení junto a Mohamed Atta, el jefe del comando suicida, y Said Bahaji, un piloto frustrado.
La Comisaría General de Información de la policía española, que dirige Jesús de la Morena, y los agentes del FBI destacados en Madrid, Eduardo Sánchez y Luis F. Argüello, destinados en la embajada de la capital española y que han coordinado toda la investigación del rastro de los suicidas del 11-S en España, han remitido a sus colegas desplazados en Pakistán todos los informes de la policía española para intentar obtener respuesta del detenido sobre todos los interrogantes que despertó la cumbre de Atta y sus hombres en la costa española. Una cumbre que, según reconoció recientemente Binalshibh en una entrevista con un periodista de la televisión árabe Al Yasira, fue clave para el desarrollo final del ataque terrorista contra las Torres Gemelas y el Pentágono, que provocó 3.025 muertos y miles de heridos.
Ramzi Binalshibh llegó al aeropuerto de Reus (Tarragona) la tarde del 9 de julio de 2001 en un vuelo de la compañía Aeroyoid procedente de Hamburgo. A las nueve de la noche, el yemení, que vestía de negro e iba acompañado de otra persona de 1,80 metros de altura, complexión fuerte y rasgos árabes, apareció en el mostrador del hotel Mónica (Cambrils), un establecimiento de cuatro estrellas, y pidió 'una habitación barata'. La recepcionista les dijo que el hotel estaba lleno 'porque no encajaban en el perfil del cliente' y porque le produjeron desconfianza. El yemení, que hablaba en perfecto inglés, preguntó por otro hotel cercano y la joven les facilitó una guía de establecimientos próximos, según relatan los informes oficiales de la policía española que publicó EL PAÍS el pasado mes de junio.
El coordinador del atentado del 11-S y su enigmático acompañante, que podría ser Said Bahaji, se dirigieron en coche hasta el hotel Tropicana, que estaba completo, y el recepcionista de este último telefoneó al Mónica para preguntar si tenían una habitación doble para dos clientes, a lo que la empleada que les había rechazado contestó afirmativamente. Cuando a los 10 minutos vio regresar a los dos árabes la joven se quedó paralizada, pero reaccionó con rapidez: 'Les dije que se había producido una anulación y les di una habitación. Sólo habló el yemení. El otro no dijo ni una sola palabra', ha declarado a la policía y al FBI la empleada del hotel.
Ramzi Binalshibh y su acompañante ocuparon la habitación número 412 y a la mañana siguiente abandonaron el hotel tras pagar el yemení con una Visa y sin desayunar, pese a que estaba incluido en el precio. El mismo día 9 en que llegaron a Tarragona, Atta, el jefe de los pilotos suicidas, se dirigía en un coche alquilado en dirección a la costa catalana después de haber dormido una noche en el hotel Diana Cazadora de Madrid, desde donde hizo una llamada telefónica a un móvil, presumiblemente el del yemení. El egipcio Atta había llegado a la capital de España el día 8 procedente de Estados Unidos y era su segunda visita en los últimos seis meses. La anterior fue en enero y sigue siendo un misterio.
La policía barajó la hipótesis de que Atta, de 33 años, fuera la persona que durmió con Binalshibh esa noche en el hotel Mónica, pero se descartó porque las dos empleadas del establecimiento lo describieron como un hombre alto y Atta era bajito. El rastro de Atta y Binalshibh desapareció hasta el día 13 de julio, cuatro días más tarde, en que el jefe del comando se alojó en el hotel Sant Jordi de Tarragona, junto a la playa, donde permaneció hasta el día 15.
El 16 por la tarde, el mismo día en que Atta telefoneó desde una cabina pública del aeropuerto de Reus a la agencia Servisair de Madrid donde alquiló su coche para que le ampliaran el contrato tres días más, Binalshibh tomó su avión de regreso a Hamburgo desde ese mismo aeropuerto. En los asientos próximos de su avión viajaban otros tres árabes que están siendo investigados.
Ayer, en varias ciudades españolas, alguno de los sospechosos de haber colaborado en España con Al Qaeda estaban siendo vigilados por la policía. ¿Colaborará el yemení en el interrogatorio? La mayoría de los muyahidín entrenados en Afganistán fueron preparados para superar pruebas como ésta, pero Ramzi se entrenó más como estudiante de electrónica en Alemania que como combatiente.
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