Las paradojas de la ley electoral francesa
El sistema permite la victoria de candidatos 'indisciplinados' y el castigo a políticos establecidos
Martine Aubry, todopoderosa ministra socialista, no supera en Lille el 31% mientras el primer secretario del partido, François Hollande, necesita del voto del muy minoritario electorado comunista para vencer en la segunda vuelta, conservar su acta de diputado y, quizás, su puesto en el partido.
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