12 muertos y más de 50 desaparecidos en Italia al naufragar un barco con inmigrantes
El barco, con 65 clandestinos a bordo, se hundió cuando era remolcado a Lampedusa
Equipos de rescate de la Marina italiana rastrearon ayer durante horas las aguas del Canal de Sicilia, a 70 millas de la isla de Lampedusa, en busca de supervivientes del naufragio de un barco que se hundió la noche del jueves con 65 inmigrantes clandestinos a bordo. Las perspectivas de encontrar con vida a los náufragos disminuyen con las horas. Ayer fueron recuperados 12 cadáveres.
Once pasajeros de la embarcación fueron rescatados inmediatamente después de producirse la tragedia por un pesquero y una patrullera de la Marina italiana. El alcalde de Lampedusa, Salvatore Martello, lanzó duras críticas al ministro del Interior, Claudio Scajola, por la falta de medios de rescate de que dispone Sicilia, una isla en la que recalan constantemente embarcaciones cargadas de inmigrantes clandestinos, y en cuyas inmediaciones se han producido ya media docena de naufragios con un saldo de víctimas estremecedor. Las aguas donde se hundió el barco son internacionales y están bajo jurisdicción de Malta, pero la pequeña nación no había enviado aún ningún medio de auxilio.
El del jueves es sólo el último episodio trágico de una larga serie y, como en casos anteriores, el drama tuvo una larga gestación. Las dificultades de la embarcación, de apenas diez metros de eslora, sobrecargada por el peso de 65 personas, entre ellas ocho mujeres y ocho niños, en medio de un mar revuelto, fueron observadas por el capitán del pesquero Elide, Vito Diodato, que avisó por radio a la Capitanía de Lampedusa. Eran apenas las dos de la tarde del jueves y el Elide, apoyado por una patrullera de la Marina, la Cassiopea, se aproximó al barco clandestino para socorrerlo. 'Lanzamos un cabo de unos 60 metros de longitud e intentamos remolcarlo hasta el puerto', relató después el capitán Diodato. Pero una ola se tragó en un momento la embarcación. Los testigos del naufragio recordaban ayer con horror los gritos de auxilio de los pasajeros, en la oscuridad de la noche, mientras la barca, partida por las olas, se hundía inexorablemente.
'Echamos al mar todos los salvavidas que llevábamos, todos los objetos que podían servir para agarrarse, pero no se pudo hacer nada', relató Diodato, cuya embarcación llegó al alba de ayer al puerto de Lampedusa con nueve supervivientes a bordo, algunos de nacionalidad liberiana. Otros dos supervivientes fueron recogidos por la patrullera Cassiopea. Uno de los rescatados, Alexander Jorge Puble, de 22 años de edad, de Liberia, explicó en inglés que la pequeña nave había zarpado de un puerto del norte de Turquía y que llevaban ocho días en el mar cuando sobrevino la tragedia. Otro de sus compañeros, también liberiano, aseguró que los inmigrantes habían pagado 4.000 dólares (4.400 euros) por cabeza para ser conducidos a Italia. Diez de los náufragos fueron alojados en las instalaciones de acogida de inmigrantes de la isla, y el undécimo, que presentaba una bronconeumonía, fue trasladado al hospital de Trapani.
Michele Niosi, comandante de la Capitanía del puerto de Lampedusa, manifestó ayer serias dudas respecto a la veracidad del relato de los jóvenes supervivientes. 'Es poco probable que una embarcación tan pequeña, de diez metros, hubiera hecho un recorrido tan largo'. La hipótesis más probable, según Niosi, es que el barco hubiera zarpado un par de días antes del norte de África, con la esperanza de alcanzar las costas de Lampedusa en un tiempo razonable.
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