Defensa equipa a los 400 soldados en Kabul con material inseguro

Los soldados españoles destacados en Afganistán son visibles durante la noche con los prismáticos o el visor infrarrojo del enemigo. Las unidades destacadas en Kabul han sido equipadas con el nuevo portaequipos de combate adquirido por el Ejército de Tierra, un chaleco que carece de protección IR contra aparatos de visión infrarroja con la que cuenta todo el material. El IR se exige en las normas OTAN y lo tienen todos los ejércitos de Europa. Yuma, SA, la empresa que obtuvo el concurso, es propiedad de la familia de un alto cargo del Ejército. Defensa ha abierto una investigación interna.

'Están poniendo en juego la vida de nuestros hombres', afirma un experto en material militar

Las tropas españolas que patrullan por Kabul y el resto de efectivos que viajarán a Afganistán la próxima semana -en total 400 hombres-, han sido equipadas con el HK, el nuevo fusil alemán que ha sustituido al Cetme, y con el último modelo de portaequipos de combate que adquirió el Ejército de Tierra el pasado verano a la empresa zaragozana Yuma SA, según confirman fuentes de ese departamento.

Defensa gastó 21 millones de euros (347 millones de pesetas) en la compra de 20.000 portaequipos de combate en dos concursos a los que concurrieron otras dos empresas (Manufacturas Valle y Sei) que sí incluían el IR en su producto y costaban 552.931 euros (92 millones de pesetas) menos. Ambas fueron rechazadas 'por no superar las muestras presentadas los requisitos mínimos exigidos en el pliego de prescripciones técnicas'.

El Ministerio de Defensa ha abierto una investigación sobre esta adjudicación denunciada el pasado mes de diciembre por EL PAÍS, según confirmó un portavoz. Yuma SA, la empresa adjudicataria, es propiedad de la familia Benedi y otros socios. María Rosario Benedi Pérez, ex apoderada y actual jefa de compras de esta sociedad está casada con el coronel José Martínez Nasar, secretario técnico de la Dirección de Asuntos Económicos del Cuartel General del Ejército.

Ninguno de los nuevos 20.000 chalecos o portaequipos de combate cuenta con el tratamiento antirrefacción de rayos infrarrojos (IR) que evita que los soldados se transformen en una antorcha y blanco perfecto en un escenario bélico como Afganistán donde se han estrenado a pesar de los riesgos que conlleva carecer de dicha protección. 'Es como ir vestido de colorado a la guerra', señala un experto en material militar. Federico Trillo, ministro de Defensa, advirtió de que la misión de los soldados españoles en Afganistán era de 'alto riesgo' y previno la posibilidad de que se produzcan bajas durante la misión.

El portaequipos de combate que sustituye a los antiguos correajes es una prenda similar a un chaleco del que cuelgan los cargadores de munición, bombas de mano, mapas, paquetes de cura, etcétera. Cubre el pecho y la espalda del soldado y se coloca encima del uniforme que sí cuenta con el citado tratamiento textil contra infrarrojos, pero cuyo efecto queda anulado por el nuevo equipo estrenado en Afganistán.

La compra del fusil HK ha obligado a reponer los antiguos portaequipos de combate ya que los cargadores de munición tienen otro tamaño y no cabían en el modelo antiguo. Un diseño que sí estaba protegido con IR y que está siendo almacenado.

Todo el material militar de campaña del Ejército, cuyos efectivos son 76.000 hombres, cuenta con IR, incluyendo las fundas de los cascos, mochilas, lonas y vehículos, ya que desde hace años este tratamiento aplicado al tejido y a la pintura es un elemento de seguridad imprescindible.

Representantes de varias empresas que abastecen material al Ejército de Tierra no ocultan su sorpresa al conocer a través de este periódico que los soldados españoles han sido vestidos sin la protección contra infrarrojos. 'Los portaequipos de combate deberían llevar IR. Lo tienen todos los ejércitos de Europa. Parece extraño que se juegue de esta forma con la seguridad de los soldados', afirma el ejecutivo de una de las mayores empresas que abastece al Ejército y que no participó en el citado concurso.

Otro proveedor del Ejército que tampoco concurrió al concurso ganado por Yuma SA asegura que 'es un fallo de difícil justificación' y añade: 'Esto no es solamente un despropósito, sino una irresponsabilidad. Están poniendo en peligro la vida de nuestros soldados. Alguien debería investigar por qué'. Para el presidente de una gran empresa de material militar, que tampoco tuvo relación con el concurso de estos portaequipos, todas las prendas deben llevar IR 'porque no hay ningún problema técnico en su aplicación y además no supone un coste superior'. 'Un sólo muerto por este motivo sería una verdadera catástrofe', añade.

Los empresarios consultados piden que se omita su nombre porque sus empresas participan en los concursos del Ministerio de Defensa. Este periódico solicitó hace un mes la facturación de Yuma SA con Defensa sin haber recibido respuesta.